
«Felix Rodriguez De La Fuente, naturalista español que dedicó su vida a la divulgación y a la defensa de la fauna ibérica, y a reivindicar la conservación de los ecosistemas en una época difícil por el creciente afán expansionista del hombre. El lobo ibérico perseguido y diezmado hasta ponerlo en peligro de extinción»: ¿es posible la convivencia?
MIGUEL SANCHIZ. (16 de marzo de 2025). Atlas de Geografía Humana: el lobo y el hombre (I). El lobo ha ocupado un lugar destacado en la Historia del Hombre. En muchas culturas, el lobo simboliza fuerza, libertad y lealtad, siendo protagonista de leyendas, mitologías y cuentos. Por ejemplo, en la mitología romana, la loba Luperca amamantó a Rómulo y Remo, fundadores de Roma. En otras tradiciones, el lobo representa astucia o peligro, reflejando el respeto y temor que generaba entre las poblaciones que con él conviven. Más allá del simbolismo, el lobo compatible con un papel crucial en la domesticación del perro, el compañero más antiguo del hombre. Genéticamente emparentados, los perros descienden de lobos que, hace millones de años, se acercaron a los asentamientos humanos. Hoy en día, el lobo sigue siendo esencial para los ecosistemas, regulando poblaciones de herbívoros y fomentando la biodiversidad. Sin embargo, su supervivencia enfrenta desafíos debido a la caza y la pérdida de hábitat. Comprender la importancia del lobo y su relación histórica con el ser humano es clave para su conservación. En este Atlas de la Geografía Humana, queremos dedicar una serie al Lobo como individuo con el que convivimos.
LOS LOBOS VIVEN EN MANADAS ESTRUCTURADAS DONDE CADA MIEMBRO CUMPLE UN ROL ESPECÍFICO. Conocen a cada uno de sus pequeños y participan activamente en su crianza. Lo más fascinante es que son uno de los pocos animales que cuidan de sus padres ancianos. Este comportamiento refleja un profundo sentido de respeto intergeneracional, similar al que existe en muchas culturas humanas donde los ancianos son considerados guardianes del conocimiento y la tradición. En un mundo donde la vejez a veces se percibe como una carga, los lobos nos enseñan el valor de la experiencia y el cuidado mutuo. Los lobos no solo sobreviven; piensan, sueñan y planifican. Además, se ha demostrado que los lobos son un 25% más inteligentes que los perros. La marcha de la manada de lobos es un ejemplo fascinante de organización, estrategia y cuidado comunitario. Lejos de ser un simple desplazamiento, la formación que adoptan los lobos al moverse juntos refleja la profunda inteligencia social y el instinto protector que caracteriza a esta especie.
CUANDO UNA MANADA DE LOBOS SE DESPLAZA, YA SEA PARA CAZAR, MIGRAR O PATRULLAR SU TERRITORIO, cada miembro ocupa una posición estratégica que garantiza la seguridad y eficiencia del grupo: Los primeros en la marcha suelen ser los lobos jóvenes, fuertes y enérgicos. Estos individuos encabezan el grupo porque son los más capaces de abrir camino, enfrentar posibles amenazas y resistir el agotismo. Su fuerza y velocidad los hacen ideales para explorar el terreno y marcar el ritmo del desplazamiento. Además, al liderar el grupo, pueden alertar al resto de la manada sobre la presencia de peligros o presas cercanas. En el corazón de la formación se ubican las hembras reproductoras y las crías. Esta posición central es la más protegida, ya que garantiza su seguridad frente a ataques de depredadores o rivales. Las hembras son fundamentales para la continuidad genética de la manada, mientras que las crías representan su futuro. Por lo tanto, colocarlas en el centro demuestra el profundo sentido de protección y cuidado que caracteriza a los lobos. La importancia del centro de la manada radica en que protege la vida y el futuro del grupo. Cerrando la marcha se encuentran los lobos ancianos o aquellos con mayor experiencia
EL LOBO ALFA Y LA LOBA ALFA SON LAS FIGURAS CENTRALES EN LA ESTRUCTURA SOCIAL DE UNA MANADA DE LOBOS. Lejos de ser simples líderes autoritarios, estos individuos cumplen roles fundamentales que aseguran la estabilidad, supervivencia y éxito del grupo. Su liderazgo se basa en la experiencia, el respeto mutuo y la capacidad de tomar decisiones clave para el bienestar colectivo. El lobo alfa, generalmente el macho dominante, no es solo el líder de la manada, sino también su principal protector y estratega. Su rol se fundamenta en la experiencia, la fuerza y la habilidad para tomar decisiones que favorezcan la supervivencia del grupo. El lobo alfa lidera la toma de decisiones estratégicas, como determinar cuándo y dónde cazar, defender el territorio o migrar en busca de recursos. Su conocimiento del entorno y su instinto le permiten guiar a la manada hacia lugares seguros y con abundante alimento.
EL MACHO Y LA HEMBRA ALFA SON LOS LÍDERES DE LA MANADA, generalmente los individuos más fuertes, experimentados y capaces de tomar decisiones para el bienestar del grupo. Son responsables de la reproducción porque sus crías tendrán mayores probabilidades de supervivencia al heredar rasgos favorables y recibir el apoyo y protección del grupo. Aunque el comportamiento reproductivo se centra en la pareja alfa, en algunas circunstancias, otros miembros de la manada, como hijos adultos o lobos subordinados, pueden reproducirse. Esto suele ocurrir si hay recursos abundantes o cuando la manada es lo suficientemente grande y fuerte como para cuidar de muchos individuos. La cooperación en la crianza de los cachorros es fundamental. Toda la manada ayuda a alimentarlos, protegerlos y enseñarles las habilidades necesarias para sobrevivir, lo que refuerza los lazos sociales y asegura la continuidad de la manada. Su capacidad para reproducirse no se basa únicamente en la dominancia, sino en su fortaleza genética y experiencia. La loba alfa elige cuidadosamente al lobo alfa como pareja, garantizando así que las crías hereden las mejores cualidades para liderar en el futuro. Estas crías recibirán el máximo cuidado, aprendizaje y protección, lo que asegura la continuidad y fortaleza de la manada. Próximos capítulos: «la loba y la mujer» (II) y «los pastores y el lobo» (y III)
Bonito artículo de biodiversidad, Miguel.
Gracias por compartir.