LIDIA GARCIA. «Tanto el dominio dsalud.com como el de wacr.info fueron adquiridos desde el mismo correo electrónico y dirección (calle, piso y oficina) en Majadahonda (Madrid). Hay otros dominios asociados a ese email, como ladietadefinitiva.net, de la que quedan vestigios en Archive.org: “El método para adelgazar más eficaz del mundo. Sin pasar hambre. Sin contar calorías. Sin pesar la comida”. La publicación pertenece a la empresa Ediciones Mk3 SL, presidida por el periodista José Antonio Campoy, con una experiencia que incluye el paso por diversos medios, entre ellos la Agencia EFE y ABC, y la docencia en la Universidad Complutense. En su presentación profesional menciona también experiencia en RTVE. No tenemos constancia de contratos laborales asociados al ente, pero pudo tener lugar otro tipo de colaboración con él. Campoy dirigió en años más recientes la revista “Más Allá de la Ciencia” y publicó el libro “Entrevista a un extraterrestre: Geenom”. Por su parte, el ente público audiovisual español ha creado un departamento denominado «Verifica RTVE» que se dedica a «desmentir noticias», al igual que otros departamentos similares que han surgido en el ámbito de la comunicación en los últimos tiempos. Los aludidos, por su parte, replican: Campoy afirma que verifican sus textos salvo “las opiniones que son subjetivas siempre y están avaladas por nuestra Carta Magna y las leyes nacionales e internacionales”. Y pregunta por qué RTVE se arroga “el derecho a decidir qué informaciones publicadas por un medio de comunicación son o no ciertas” y cree, refiriéndose al fact-checking, que “lo que ustedes hacen es, sencillamente, ilegal”. Damos ambas versiones:


DISCOVERY SALUD: «Las cifras de muertos no demuestran que haya habido una pandemia. Según el Gobierno, en las 21 primeras semanas de año se habían producido en España 43.945 muertes más que en el mismo periodo de 2019 dando así a entender que nuestro país ha sufrido realmente una pandemia y, por tanto, las medidas que adoptó -incluido el uso de mascarillas y el confinamiento- han estado siempre justificadas. Cuestión aparte sería si la gestión de las mismas fueron las más adecuadas en cada momento, si fueron necesarias, oportunas y convenientes y si -como afirma gratuitamente- el problema no se resolverá hasta que haya una vacuna que pueda inocularse a la mayoría de la población. Ahora bien, ¿es todo eso así? La respuesta es «no». El artículo analiza las contradicciones de las cifras de víctimas ofrecidas por instancias oficiales y aun así las da por buenas en “un ejercicio de buena voluntad” para pasar a explicar lo que las provocó. Además de la causa mencionada, ofrece otros motivos alternativos al virus para los fallecimientos, como que las urgencias se abarrotaron de personas sin protección contra la gripe y otras infecciones, que se dejó morir a muchos por falta de medios, que se aplicaron tratamientos médicos ineficaces, que no se atendió a personas mayores y que se decidió el uso de mascarillas, perjudiciales. Todas esas situaciones han sido narradas por los medios de comunicación y vividas por muchos ciudadanos, pero la interpretación de la revista es que se derivaron de un “colapso social que provocó la campaña de terror informativo”, no un contagio detectado por los científicos. “¿Qué hace pues la sociedad aplaudiendo y considerando “héroes” a quienes asumieron que se enfrentaban a una infección respiratoria aguda causada por un “nuevo coronavirus” y muy posiblemente contribuyeron con sus tratamientos a la muerte de miles de personas?”, finaliza la revista.

VERIFICA RTVE: La revista Discovery Salud señala factores alternativos a la presencia objetiva del SARS-CoV-2 entre nosotros, como que el miedo y la depresión provocados por el estado de alerta debilitaron el sistema inmune de muchas personas, llegando a provocar su muerte. No hay estudios científicos que lo avalen. Es falso. “Una situación estresante puede provocar una bajada inmunológica. Pero hablamos de casos extremos, como la muerte de un hijo o un bombardeo. Que las muertes las haya provocado el estrés de las noticias, cuando apenas se vieron cadáveres o gente agonizando, que eso provocase cientos de miles de fallecidos en tantos países a la vez… no. Quizá en algún caso muy puntual, con muchas patologías previas, en alguna residencia, pero darlo como explicación general es ridículo”. Manuel Muñoz, catedrático y profesor de Evaluación Psicológica Clínica y de la Salud en la Universidad Complutense de Madrid, pone como ejemplos los campos de refugiados, lugares sometidos a un estrés incluso mayor, también con restricciones de espacio y muchos problemas, donde este nivel de fallecimientos no se da: “No hay ningún estudio que pueda relacionar el nivel de estrés del COVID-19 con un aumento de fallecidos como el que ha habido”. Verifica RTVE también considera que en el artículo de Discovery Salud hay elementos de verdad pero esta es una táctica habitual en los contenidos de desinformación y ello no justifica la distorsión de las causas de mortalidad en la pandemia o la negación de la misma. El recorrido por otros artículos de la revista y por su trayectoria muestra que no se trata de una excepción. En origen, no fueron el terror informativo, el miedo, la ansiedad o la depresión las causas principales tras la muerte de más de medio millón de personas en el mundo y más de 28.000 en España, sino un virus. La información es falsa», concluye.

 

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