
Dr. David Vázquez Alba (Servicio de Urología del Hospital Puerta de Hierro Majadahonda): «Aunque no lo parezca, el verano es una época que puede modificar los factores que excitan el erotismo de forma significativa, ya que esta estación no solo marca el inicio de las vacaciones y los días más largos, sino que también puede tener un impacto directo en el deseo sexual»
MARIANA BENITO. (7 de agosto de 20259. «El verano puede convertirse en un buen momento para mejorar la calidad de vida. Muchos hombres aprovechan esta época para cuidar más su alimentación, adoptando dietas mediterráneas, y para practicar ejercicio físico, hábitos que contribuyen a prevenir y mejorar la disfunción eréctil si se mantienen de forma regular. El estrés también desempeña un papel clave. Aunque la presión laboral suele reducirse en vacaciones, puede aumentar el estrés personal al pasar más tiempo con la familia o por la sensación de “tener que rendir” sexualmente. De hecho, se ha comprobado que durante el verano aumenta la venta de fármacos para la disfunción eréctil. En conclusión, el verano puede despertar el deseo sexual, pero sus efectos varían según los hábitos y el estado emocional de cada persona. Mantener una buena hidratación, evitar excesos y cuidar el descanso son claves para disfrutar plenamente de esta época». Así lo explica el doctor David Vázquez Alba, jefe del Servicio de Urología del Hospital Puerta de Hierro (Majadahonda, Madrid), en una entrevista concedida a Europa Press Salud e Infosalus, donde analiza cómo el calor, el clima y ciertos hábitos propios de esta estación pueden influir tanto positiva como negativamente en la libido y en la función eréctil masculina.
EL VERANO DESPIERTA EL DESEO SEXUAL: Según este especialista, la disfunción eréctil se define como la incapacidad de mantener una relación sexual satisfactoria debido a problemas en la erección, que pueden deberse a causas físicas o psicológicas. Y, aunque no lo parezca, el verano es una época que puede modificar estos factores de forma significativa, ya que el verano no solo marca el inicio de las vacaciones y los días más largos, sino que también puede tener un impacto directo en el deseo sexual. Entre los aspectos positivos, el doctor David Vázquez Alba señala que el calor y el ambiente veraniego favorecen una mayor liberación de hormonas relacionadas con el placer, como la oxitocina y la dopamina. Además, durante las vacaciones es habitual que disminuya el estrés laboral y que aumente el tiempo libre, lo que ayuda a propiciar encuentros más relajados. También destaca la importancia de la exposición al sol, que eleva los niveles de vitamina D, un elemento asociado al incremento del deseo sexual.

David Vázquez Alba, jefe del Servicio de Urología del Hospital Puerta de Hierro (Majadahonda, Madrid): «el calor, el clima y ciertos hábitos propios de esta estación pueden influir tanto positiva como negativamente en la libido y en la función eréctil masculina».

Durante las vacaciones es frecuente un mayor consumo de alcohol y variaciones en la dieta, que a menudo no son saludables
EL VERANO TAMBIÉN PUEDE JUGAR EN CONTRA. Las altas temperaturas afectan al descanso nocturno, provocando insomnio o sudoraciones que reducen el estado de ánimo y la motivación sexual. A esto se suma la deshidratación y la fatiga asociadas al calor, que disminuyen la energía disponible para la intimidad. Otro factor relevante son los cambios en los hábitos de vida. Durante las vacaciones es frecuente un mayor consumo de alcohol y variaciones en la dieta, que a menudo no son saludables. Aunque el alcohol puede incrementar inicialmente el deseo sexual, su abuso está vinculado con dificultades para mantener la erección, lo que popularmente se conoce como “gatillazo”, finaliza el reportaje emitido por Cadena Dial.