JORGE RUBIO. «Mi familia lo llevaba muy mal, lo tengo que decir, pero respetaron mi decisión. Es muy complicado, porque a partir de ese momento eres el hijo de alcalde, o su mujer, o te conozco o no te conozco. Vas a un restaurante y la gente se acerca a darte la enhorabuena, a quejarse, siempre hay algún loco que te insulta… En fin, tienes que acostumbrarte a ser un personaje público, y si te gusta bien, y como además es voluntario pues ya está». Ahora que su mandato llega a su final, el alcalde de Majadahonda Narciso de Foxá ha recordado a la periodista Ely del Valle en el programa Buenos días Madrid cuáles fueron los motivos que le llevaron a ser el primer edil de la ciudad. Foxá responde a estas y otras cuestiones sobre su trayectoria política al frente del Ayuntamiento de Majadahonda en una entrevista realizada en Onda Madrid en la que reitera una vez más su decisión de no presentarse a la alcaldía en las próximas elecciones. A través de las preguntas, el primer edil desgrana la responsabilidad que entraña su cargo ante los vecinos y también algunos aspectos de su vida personal, como su relación con su mujer e hijo. O su entrada en política «profesional» con el equipo del hoy tan cuestionado judicialmente ex ministro del PP Rodrigo Rato. A continuación reproducimos algunas de sus respuestas en esta controvertida entrevista donde se aprecia a un Foxá desinhibido y a calzón quitado:


Agustín de Foxá

¿Cómo llegaste a la alcaldía de Majadahonda? Cuándo empezaste a interesarte de la política? ¿Cómo pasas a ocupar la alcaldía? –Bueno, pues como casi siempre estas cosas son casualidades de la vida y circunstancias además. A mí la política me ha interesado desde pequeñito, porque mi familia era muy política y en su seno había tertulias políticas. Yo de pequeño he vivido ese mundo. Después me dediqué a la empresa privada y estuve muchos años en ella, pero estando ahí ya fui concejal del Ayuntamiento de Majadahonda sin dedicación exclusiva. Yo tenía un sueldo y solo tenía dedicación de unas horas a la semana.

Y así estaba cuando de repente en uno de los lapsus, ya que en la empresa privada si eres director general cambias mucho, me llamaron para entrar en el equipo económico del Ministerio de Economía cuando ganó el PP las elecciones. Y sobre todo muy dedicado al sector del turismo, que es donde yo estaba trabajando. Todo este rollo lo cuento porque ahí empecé a “profesionalizarme”. Después se perdieron las elecciones con todo el lío de los atentados de Atocha. Yo estaba en Majadahonda y pasó lo que pasó con el anterior alcalde. Y me quedé. Ya me habían ofrecido antes que ocupase el cargo y dije que no podía dedicarme en exclusiva a esto. Pero llegado ese momento me quedé de forma provisional. Pero las cosas provisionales siempre terminan quedándose fijas.

¿Cómo lleva tu familia la dedicación al mundo de la política? Encima te conviertes en «el alcalde» y eso lleva una implicación familiar… –De eso no cabe duda. Pasar a ser una de persona anónima a una pública tiene sus consecuencias. Hay gente a la que le gusta más y a otros menos y algunos lo llevan mejor y otros peor. Mi familia lo llevaba muy mal, lo tengo que decir, pero respetaron mi decisión. Es muy complicado, porque a partir de ese momento eres el hijo de alcalde, o su mujer, o te conozco o no te conozco. Vas a un restaurante y la gente se acerca a darte la enhorabuena, a quejarse, siempre hay algún loco que te insulta. En fin, tienes que acostumbrarte a ser un personaje público, y si te gusta bien, y como además es voluntario pues ya está. Mañana Segunda Parte: «UN ALCALDE TIENE QUE HACER A VECES TRAFICO DE INFLUENCIAS».

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