J. FEDERICO M./ J. BACHILLER. «Alguien me había dicho que nos fuéramos preparando y como siempre hay algún voluntario que se ofrece como portador de las malas noticias he estado escribiendo durante el pleno dos folios con los argumentos de defensa, porque ustedes han venido a pillarnos». Así respondió el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá, al «ataque por sorpresa» que recibió de la Oposición, que se conjuró para presentar por la vía de urgencia y sin aviso previo una moción de condena al PP de Majadahonda por el «caso Gurtel» con pleno extraordinario incluido. La iniciativa, fraguada en secreto el lunes tras la sentencia de Willy Ortega, la leyó Mercedes Pedreira, la concejala centrista a la que todos los grupos designaron para esta tarea. Y ella se cuidó mucho de precisar que actuaba por designación y no a título propio. Pero Foxá estalló como un volcán: acusó a los partidos de «deslealtad» y a los concejales de protagonizar una «actuación deleznable», pidió perdón «cien veces» por el «daño» que «Willy» y los 2 concejales Juanjo Moreno y Pepe Peñas habían hecho al municipio, recordó que fue él quien con un grupo de ediles leales lo «desbancó» de la alcaldía «cuando nada se sabía de un caso que la UCO (Guardia Civil) ha tardado 10 años en desentrañar». Y aceptó que tanto Pedreira como la ex concejala de IU, Loles Dolz, habían ayudado a echar a Ortega al impedir otro nuevo latrocinio a los numerosos que ya acumula y que le han condenado a casi 40 años de cárcel (saldrá de Soto del Real con 90 años): el «pelotazo» de las parcelas, por el que se hubiera llevado 60 millones de € más a los que ya acumulaba en sus cuentas de Suiza e Isla de Nevis (Caribe).


Foxá desveló algo más: «Fue el Ayuntamiento de Majadahonda a través de sus abogados personados en la causa quien pidió que el PP fuera declarado «partícipe a título lucrativo» para «poder recuperar algo del dinero que habían robado». Serán casi 1,5 millones de euros, pero lo que no dijo el alcalde es que «desenmascarar» a Willy Ortega, que había sido designado sucesor por Ricardo Romero de Tejada, no solo le libró de la imputación judicial sino que quizás le costó el puesto, ya que primero Esperanza Aguirre (que le desmontó su equipo de concejales y le colocó uno nuevo de su confianza) y posteriormente Cristina Cifuentes, que impulsó también a un sucesor «in pectore» a mitad de esta legislatura, quizás nunca se lo perdonaron. El primer edil espera publicar un libro de memorias tras dejar la alcaldía en 2019, quizás la segunda parte de «El Cosmopolitan ¿es rojo?», donde narra el atentado islamista que sufrió en Bombay (India) cuando fue a recoger el cadáver de su hermano y coincidió allí precisamente con el célebre viaje oficial de Esperanza Aguirre.

El debate plenario apeló continuamente a la memoria. De hecho, al que no perdonó Foxá fue al entonces portavoz socialista Manuel Fort, hoy presidente del PSOE con Borja Cabezón, del que aseguró que actuó en complicidad «política» con Pepe Peñas y Juanjo Moreno cuando éstos se salieron o fueron expulsados del PP e iban a formar un partido sufragado por la Gürtel denominado «Corporación Majadahonda». Y puso a Mercedes Pedreira por testigo de esa sintonía. También arremetió contra Juancho Santana (IU), del que recordó su votó en contra de una moción que aceptaba el millón de euros que el capo Correa ofreció para pagar parte del robo efectuado al Ayuntamiento de Majadahonda si desbloqueban sus cuentas.

Santana abandonó momentáneamente el pleno con gesto tan airado como el del alcalde: «¡No se vaya, que ahora voy a por usted!», conminó Foxá, que después negó el turno de palabra a los demás concejales. Esto motivó que pese al «silencio de los corderos» de los demás portavoces ante el colérico alcalde, Santana dejara constancia de los impedimentos del primer edil para cercenar el debate, lo que popularmente se denomina como «alcaldada». La pólvora del edil de IU, sin embargo, pareció mojada: en los «ruegos y preguntas» solo acertó a reprochar que los servicios jurídicos del Ayuntamiento no se hubieran personado en la «vistilla» que confirmó la entrada en la cárcel de Ortega, algo que el alcalde juzgó intranscendente.

La algarada continuó al llegar el turno de ruegos y preguntas de los vecinos. En primer lugar Loles Dolz, la ex concejal de IU que fue testigo del «caso Gurtel» en la Audiencia Nacional y que debía estar avisada de la «encerrona», declaró: “no puedo de ninguna manera aceptar esa especie de sombra que ha quedado con respecto a lo que hizo Izquierda Unida a través de su portavoz, que en ese momento era yo, con el tema de las parcelas con la trama Gurtel”. Y prosiguió: ”votábamos en contra sistemáticamente de todo lo que el Equipo de Gobierno hacía”. Añadió que “mucho antes de que supiéramos ni nombre ni apellidos de esa trama lo pusimos en conocimiento primero del Tribunal de Cuentas y después de la Fiscalía con todos los indicios y pruebas de lo que se estaba cometiendo en Majadahonda, por lo tanto quiero velar por el buen nombre de IU en ese momento y no dejar la mínima sombra de duda”.

El alcalde, Narciso de Foxá, que también fue testigo en el juicio de la Audiencia Nacional junto a un grupo de funcionarios que declararon contra Ortega, «la Barbie» y compañía, reconoció su valentía denunciando estos hechos. También le recordó que por ello fueron los primeros a los que llamaron como testigos de la Fiscalía en este caso, y aclaró el motivo por el cual había mencionado la actuación de IU: “la resolución del expediente de contratación para enajenación de las parcelas municipales por procedimiento abierto mediante concurso tuvo como resultado 15 votos a favor del PP y Centristas, ningún voto en contra y 9 abstenciones de PSOE, IU y los concejales José Luis Peñas Domingo y Juan José Moreno», votación que dio como resultado «dejar desierto el concurso».

Y sobre esa abstención concluyó: “no pongo en duda su actuación, lo que pasa es que hay veces en las que la gente se equivoca”, algo que la ex concejal Loles Dolz reconoció. Y Foxá finalizó: “pero usted lo arregló con creces haciendo otras cosas”. Y así, entre unos y otros, un pleno que había transcurrido como una balsa de aceite concluyó tras 6 horas como una olla a presión bajo la misma tensión y silencio que el de los cementerios. Por cierto, como recordaron varios concejales a lo largo de la sesión, se cumplía justo 1 año para las elecciones locales en Majadahonda, que se celebrarán el 26 de mayo de 2019. Y este ha sido el «pistoletazo» de salida de la campaña electoral.

Majadahonda Magazin