Un reportaje investiga si «fue un montaje o una verdadera historia de amor» la boda de la actriz y cantante Sara Montiel y el cubano Tony Hernández en el mes de octubre de 2002 en Majadahonda

MARIANA BENITO. La dictadura de los hermanos Castro (Fidel y Raúl) con partido único en Cuba sin elecciones plurales, ni libertad de expresión o de movimientos dura ya 64 años desde que en 1959 derrocara al presidente constitucional Fulgencio Batista Zaldívar y ha sumido a la mayoría de los habitantes de la isla en una profunda pobreza. El periodista Álex Ander de «El Periódico de España» publicaba este 9 de agosto (2023) un reportaje en el que investiga si «fue un montaje o una verdadera historia de amor» la boda de la actriz y cantante Sara Montiel y el cubano Tony Hernández en el mes de octubre de 2002 en Majadahonda. Y según sus fuentes consultadas, ha descubierto que «Tony reside actualmente en el municipio de San Antonio de los Baños, al sureste de La Habana, donde no nada precisamente en la abundancia, y dedica parte de su tiempo a atender a una persona mayor en su hogar. “Desde niño adoré a Sara, y hubiese sido incapaz de perjudicarla”, comentó Tony en su última entrevista, concedida el pasado mes de marzo. «Todavía hoy la adoro, la sigo escuchando y admirando. Incluso me gasto el dinero que no tengo en fotografías, y la gente me dice «¿No te da vergüenza? ¡Con lo mal que se portó contigo!», pero yo les digo «Se portó así porque ella era así, pero, en el fondo, la adoro, la quiero y la perdoné siempre».

Álex Ander, autor del reportaje, se define a sí mismo como «el defensor de las causas perdidas»

Fue en el mes de octubre de 2002 cuando la pareja se casó por lo civil en el Ayuntamiento de Majadahonda (Madrid), aunque el “sí, quiero” oficial se lo dieron varios días atrás, cuando acudieron al consistorio para supuestamente arreglar unos papeles. A la salida del edificio les esperaban algunos fotógrafos y curiosos que empezaron a gritar «¡Viva los novios!”. Sara, jugando al despiste para preservar la exclusiva, y demostrando que a pesar de llevar años sin rodar una película conservaba sus habilidades para la actuación, se limitó a poner cara de sorprendida y a soltar aquello de «¿Pero qué pasaaa? ¿Pero qué invento es esto?». «Qué fue de… Tony Hernández, el superfán de Sara Montiel que logró casarse con la diva manchega. El cubano ganó dinero con aquel romance donde siempre planeó la sombra del montaje; actualmente no parece vivir su etapa más boyante», relata el periodista, para explicar que «el cuarto matrimonio de Sara ensombreció su imagen en un país que la admiraba por las más de cincuenta películas, documentales y álbumes musicales con que contaba a sus espaldas. Varias publicaciones compararon su romance con el que su colega Marujita Díaz había mantenido con Dinio García, otra historia que levantó todo tipo de especulaciones debido a la diferencia de edad que separaba a ambos. Las revistas también pusieron a parir a Tony, que llegó a ser acusado de estar detrás del robo que su esposa había sufrido en agosto de 2001, cuando varios ladrones entraron en su ático madrileño y, tras amenazar a Sara y a sus acompañantes con unos punzones, se hicieron con el contenido de su caja fuerte».

Los contrayentes cobraron unos 120.000 euros por la carísima exclusiva, cuya autora fue la periodista Chelo García Cortés

Según publicó la prensa especializada, los contrayentes cobraron unos 120.000 euros por la exclusiva, que fue portada de la revista ¡Hola!. Sara, que parecía totalmente decidida a disfrutar del momento, aparecía en las fotos ataviada con un vestido de Antonio Ardón y una corona de flores naturales, y había sido maquillada por su estilista y buen amigo Manuel Zamorano. «Me he casado porque quiero mucho a Tony y me siento muy a gusto a su lado”, comentó. “Yo no puedo esperar a casarme dentro de uno o dos años, porque yo no tengo futuro, sólo presente», recuerda el periódico. Y añade: «Otro amigo de la manchega, Carlos Ferrando, contó en su libro «La delgada línea rosa» que, por decisión de Sara, él fue el único periodista que asistió al show en calidad de amigo: «Sus dos hijos se negaron, rotundamente, a formar parte de esa farsa. Lógicamente, también estaba la autora de la carísima exclusiva, Chelo García Cortés«. Y agregó que, en sus meses con Tony Hernández, la manchega fue cambiando a peor: «Sus amigos de siempre dejamos de frecuentarla. Solíamos soltar cualquier excusa para no acompañarlos. Por mucho que ella me invitara a cenar huevos fritos en su casa, le decía que no me venía bien por hache o por be. No me gustaba la compañía de Tony ni algunos gestos raros que tenían entre ellos», finaliza el reportaje.

 

Majadahonda Magazin