
Silvia Anula sobre El Fandi: «No me cabe la menor duda que estas 25 temporadas en lo más alto, son un gran testimonio de tu entrega y tu pasión por el toro. Desde aquí, desearte toda la suerte del mundo para tu cita en Majadahonda y en todas las plazas que están por venir. Muchísimas gracias, David»
SILVIA ANULA. Una vida entera dedicada al mundo del toro y con un arte que emociona a todos ha pasado por Radio Majadahonda. Sin duda, uno de los toreros más carismáticos del escalafón, en todos los sentidos, por su forma de transmitir a los tendidos, de conectar con el público, de generar esa expectación… No es solo el diestro que celebra en este 2025 sus 25 años de alternativa, ni el maestro que regresa este 20 de septiembre a la Plaza de Toros de Majadahonda. Es además, aquel ídolo de mi infancia que despertaba mi admiración desde la barrera, un gran referente que marcó mis primeros pasos como aficionada al mundo del toro. He tenido la oportunidad de entrevistar al maestro David Fandila «El Fandi» para hablar de su trayectoria, su pasión y la huella imborrable que deja en el mundo del toro. Y eso no se olvida. Un auténtico honor y un gran privilegio el poder conversar contigo, maestro. Desde aquí, agradecerte enormemente tu sinceridad y tus reflexiones. No me cabe la menor duda que estas 25 temporadas en lo más alto, son un gran testimonio de tu entrega y tu pasión por el toro. Desde aquí, desearte toda la suerte del mundo para tu cita en Majadahonda y en todas las plazas que están por venir. Muchísimas gracias, David.
PREGUNTA: David, lo primero de todo, enhorabuena porque en este año 2025 estás de celebración con esos 25 años desde tu alternativa. ¿Qué sientes al mirar atrás y ver todo el camino que has recorrido? ¿Eres el torero que imaginaste ser en aquel entonces? DAVID FANDILA»EL FANDI»: Feliz de hablar contigo de nuevo y de tantas cosas que celebrar, muchas gracias. La verdad es que es un año bonito y, sobre todo, un sueño que en mi mejor sueño no me hubiera podido imaginar. Parece que pasa rápido, pero la verdad es que en esos 25 años intensos ha habido muchas cosas y, sobre todo, sentir el haber crecido tanto como persona y como torero con estos 25 años y profesión, disfrutarla, vivirla… Tener grandiosos recuerdos que creo que tengo. La verdad es que es como me quisiera ver después de 25 años… He sido el torero que creo que mis circunstancias han hecho que tenga que ser en cada momento, independientemente de mi personalidad. Siempre buscar un sello propio que me identificara. Me han gustado muchos toreros, pero intentando siempre sacar las cosas que quería e intentar asemejarme a ellos porque fuera también tenía mi propia personalidad. Ese carisma es lo que siempre he buscado y, a partir de ahí, creo que año a año podemos ir evolucionando, creciendo, mejorando muchas cosas… Habrá muchas que todavía creo que puedo mejorar y, sobre todo, disfrutar cada temporada y renovar ilusiones. Yo creo que cuando pasa el tiempo en esta profesión, lo importante o lo difícil es que esas ilusiones se renueven y que tengas a la vez un objetivo de mostrar cosas y que la gente también quiera verte.
P: A lo largo de tu carrera, te has consolidado como un torero de enorme regularidad y figura del escalafón estando siempre ahí arriba. ¿Cuál es el secreto para mantenerte en la cima durante tanto tiempo? D. F: La ilusión, el no estancarte, no dar las cosas por hechas sino siempre tener la confianza en que se pueden hacer las cosas mejor, que puedes crecer, tanto dentro como fuera de la plaza, que creo que también es muy importante en el entorno. Y, con esos pasitos a pasitos, creo en que todos los días hay que intentar mejorar cosas, descubrir cosas, las anomalías de cada torero cuando pasa cierto tiempo se parecen, pero evolucionan en muchos aspectos, tanto técnica como artísticamente. Entonces, en base a esa búsqueda y a esa ilusión por querer crecer, hace que uno se vea fresco en la plaza. Estos dos años atrás han sido durísimos por las lesiones que he tenido en la espalda y han sido los dos años más complicados de mi vida. Intentar que no se notara y mantener esa personalidad mía físicamente ha sido muy complicado. Y, por fin, a partir del año pasado, al final de la temporada, ya empecé a encontrarme bien en este año de 2025. Aparte de la tarde aniversario, es como si me hubiera quitado un peso de encima. Empiezo a ser yo, a sentirme a gusto, y estamos sin dolores. La verdad es que me siento feliz y afortunado, por eso te digo que ha sido otro revulsivo increíble que te ha dado la vida, y a pesar de ser un año más, ha sido como si me quitaras tres.
P: ¿Cuáles dirías que han sido los momentos más importantes que hayan marcado tu trayectoria durante estas dos décadas y media? D. F: Tardes ha habido muchas, muy bonitas, especialmente que hayan significado y que hayan tenido, a lo mejor no el éxito rotundo que uno busca, pero sí que hayan tenido frutos. Pero yo me quedo con la temporada de Granada, la temporada de 2005 y la de 2013. Fueron dos tardes muy especiales para mí, muy señaladas, que pasaron cosas, independientemente de lo artístico. Si me emociona algo es la gente, las dos jornadas… Yo creo que independientemente de cómo sirvieran esas dos tardes, han sido para mí personalmente las más bonitas. P: Ahora vamos a cambiar un poco de tercio, hablemos de ese 20 de septiembre, cuando vuelves a la Plaza de Toros de Majadahonda. ¿Qué significado tiene para tí volver a este ruedo? D. F: Una plaza que siempre se me ha dado bien, creo. No es el capricho, porque siempre he disfrutado, pero hay veces que hay sitios, hay plazas, o algunas plazas que no son de la categoría que a uno le gusta, pero tienen un feeling con el que te has sentido a gusto. Y Majadahonda es una de ellas, lo hablábamos hace un tiempo también. Es una de las que uno tiene el calendario con ganas de pisar y de que la corrida esté lista. Y sobre todo a la gente creo que le gusta el concepto del toreo que tenemos. De hecho, creo que el toreo se me dio bastante bien allí, así que ojalá que Dios quiera y que sobre todo lo que siempre pedimos, que la corrida nos de opciones de hacer cosas…
P: Majadahonda es una plaza con un público que combina aficionados del Oeste de Madrid como aficionados también de la capital. Y hablando del Oeste de Madrid, donde nació precisamente el maestro José Tomás, en Galapagar. ¿Te ha gustado este torero o crees que desfigura el toreo con riesgos innecesarios y casi suicidas? D. F: Creo que el maestro tenía la cabeza muy fuerte y sabía muy bien lo que hacía. Lo que era difícil era hacer lo que hacía él. En cierto momento, en su tauromaquia y en su concepto, él sabía los terrenos que pisaba y lo que buscaba. De hecho, yo creo que lo demuestra en que la gran figura que ha mandado tanto es porque ha hecho algo que no han sido capaz de hacerlo otros. En ese tipo de niveles, locos hay muy poquito. El que lo hace, lo hace con mucha conciencia. Lo que es muy difícil, yo diría casi imposible, es ser capaz de tener esa idea, trabajarla, hacerla y luego que salga. Es de un mérito increíble.
P: ¿Cómo te preparas tú física y mentalmente? ¿Hay algún aspecto de tu toreo que estés trabajando más a fondo? D. F: Físicamente estos tres años han sido como un calvario porque la limitación de la operación de la espalda me ha dejado fastidiado y se ha centrado todo en potenciar la pierna. He tenido que perder mucha masa muscular y ha sido un poco complicado. Normalmente, los inviernos son para coger el puntillo de físicamente encontrarme bien y luego torear en un tentadero. Me gusta torear mucho pero mejor cuando me apetece o tengo ese feeling que busca algo, busco una vaca en casa de amigos o en mi propia casa… No es ir a torear por torear, no es entrenar por entrenar, eso no me gusta… Entreno siempre todos los días entre la mañana y la tarde. Lo que pasa es que hay días que lo cojo 20 minutos y otro día que lo cojo 3 horas. No me gusta ir a entrenar para trabajar… pero el feeling y la vaca hay que buscarla y sobre todo ya cuando uno lleva cierto tiempo y hay cosas que en medio tiene asimiladas: lo más importante son las sensaciones y lo que el cuerpo te pide.
P: ¿Qué lecciones sobre la vida has aprendido dentro del ruedo que no hubieras podido aprender en ningún otro lugar? D. F: No sé si hubiera aprendido más o menos en otro lugar, lo que sí sé es que esta profesión me ha abierto los ojos a muchas cosas en la vida, el sacrificio, la constancia, y el ser consciente. Cada día tener los pies en el suelo, no volar, ser consciente de la situación en la que estás en cada momento… Yo creo que eso me ha valido mucho también en la vida, tanto dentro como fuera de la plaza, y todo eso me lo ha enseñado el mundo del toro y todo lo que lo ha rodeado durante 20 años. Y más allá de ello, ahora creo que miro la vida desde otro punto de vista, no sé si me imaginaba lo que soñaba, pero lo que me ha encantado ha sido crecer como torero, no creo que sea el mismo que creció como persona fuera, pero dentro y fuera de la plaza, soy al final como yo quería.
P: La relación con el toro, tanto como animal como compañero, es el eje principal de la lidia. Después de 25 años, ¿Ha evolucionado tu percepción sobre el animal? ¿Qué buscas en un toro? D. F: Ha evolucionado considerablemente. Yo llevo 20 años con una pequeña ganadería, que es mi pasión y mi hobby, no como ganadero oficialmente, pero sí, me encanta la mezcla, buscar, seleccionar un punto y un concepto como torero y como ganadero. Entonces, en esa búsqueda sí que asimila el toro que tú quieres, me gusta el toro con movilidad, con obediencia, con ritmo, que sea bravo, que transita… Es ahí un poco un mix de todo lo que uno busca o todo lo que a uno le gusta, que transmita genéticamente, encontrarlo y seleccionarlo tanto en tu casa como a la hora de elegir la ganadería si quieres matar. Y eso es bastante complicadillo.
P: Más allá del valor y de la técnica que tú profesión requiere, ¿Dónde encuentras la inspiración para seguir creando arte cada tarde? D. F: En la conexión con la gente, donde uno hace, crea o intenta, hay veces que haces cosas que tú notas que encajan, que enganchan… Son esas ocasiones que uno busca, y luego en los profesionales encerrados en casa uno busca el concepto más puro o la forma más solvente donde tú quieras sacar lo que tú llevas dentro. Yo siempre digo a la gente que va a la plaza que lo importante es ir a ver que pase algo, porque no siempre sale el toro que te deja hacer lo que tú quieres y como tú quieres. Hay que tener esa capacidad pasiva, esa capacidad de que pase algo con el toro que sea. Ese es el ambiente como a mí me gusta, con la variedad, repertorio, lo que sea, pero al final, en esos 15 minutos tiene que pasar todo y cortar la oreja. Ahí está la regularidad, pero es ahí también un poco muchas veces donde se sacrifica el concepto que uno trabaja diario. Pero bueno, una cosa al final ayuda a la otra, supongo que será como los trabajos, hay que sacarlo adelante y ahí se le saca con más ganas y con más ayuda, yo creo que eso es lo que hay que hacer…
P: ¿Qué opinas sobre el momento actual en el que se encuentra la tauromaquia en España? ¿Qué futuro ves para la Fiesta? D. F: Yo siempre he opinado que son ciclos. En la vida todo sube y baja, y en teoría en el mundo del toro pasa lo mismo. En esto ha habido generaciones complicadas, como en la calle en general. Con la juventud un poco contra todo y contra el sistema. Ahora estamos volviendo a ser un poquito más coherentes y eso se está notando. En la gente joven, de hecho, se está viendo otra vez un revulsivo increíble de gente joven, tanto en las ciudades grandes como en los pueblos. Es el momento en el que se colabora un poco por ayudar para que puedan tener acceso a la plaza, la gente quiere ir a los toros y, de hecho, este revulsivo se está notando una barbaridad. Entonces, creo que esto va a seguir creciendo y subiendo porque también están saliendo toreros nuevos, está saliendo gente que ilusiona, aunque no sabemos el tiempo que aguantará… Al final es un movimiento cíclico que sube y baja.
P: Por último, ¿Qué consejo le darías a un joven torero que sueña con llegar a la figura que tú eres hoy en día, y para los que eres también un ejemplo a seguir? D. F: No sé si soy un ejemplo para alguien. Yo soñé con torear desde pequeño, me encantaba, fue un juego en el que fui creciendo por momentos y, de repente, me di cuenta que era un mundo que me apasionaba y con el que soñaba día y noche. Tal vez con esa misma pasión, con el esfuerzo y dedicar la vida sin una meta concreta, al final, en ese camino es lo que tienes que disfrutar, es lo que tienes que aprender, el camino a dónde vas a llegar. A veces, si miramos una meta, ponemos una meta o no la pasamos, como puede ser mi caso, quien me iba a decir a mí que 25 años después vamos a estar hablando y llevar más de 1.800 corridas, toros matados… Voy a decir que si lo hubiera dicho otro estaría loco, ¿no? Entonces, antes que las metas prefiero ponerme las ideas, luchar por ellas y luego la meta que la ponga el tiempo. ESCUCHE LA ENTREVISTA COMPLETA EN RADIO MAJADAHONDA PINCHANDO AQUI.
David Fandila “El Fandi” fue el gran triunfador de la tarde en Bolaños de Calatrava , demostrando su poderío habitual en los tres tercios y llevándose cuatro orejas tras dos faenas vibrantes, conectando con fuerza con los tendidos y siendo sacado a hombros entre ovaciones.
Feria Virgen de San Lorenzo: El Fandi y Manuel Escribano abrochan la feria de Valladolid por la puerta grande. Valladolid cerró su feria de la Virgen de San Lorenzo con una puerta grande de El Fandi y Manuel Escribano. Algo más de media plaza congregó el cartel de toreros banderilleros en una tarde que cerró Ismael Martín cortando una oreja. Los tres diestros dieron fiesta en banderillas a sus lotes, demostrando luego poder en la muleta. Bañuelos lidió un serio encierro al que le faltó casta.
La enésima de Fandi en Valladolid y siempre con el mismo compromiso, el trabajo. Y así lo recibió, con compromiso. De rodillas en el tercio, dos largas cambiadas, verónicas y arriba. No se entregó en los primeros tercios. Compartieron banderillas los tres matadores con ese poderío…. No tuvo el toro de Bañuelos, nada dentro. Y más si es Fandi. Siempre reponiendo por ambos pitones. Todo lo puso el granadino. Estocada y oreja.
El que hizo cuarto, cantó la gallina desde los inicios. Sin entrega en el caballo y haciendo sonar el estribo. Cuatro pares de banderillas por eso de agradar al público e intentar someter al de Bañuelos. Fandi comenzó en redondo la faena de muleta. Duró dos series, siempre muy tapado y con la muleta puesta. Allí a los terrenos que pedía el animal, Fandi se fue para intentar cómo podía enjaretar dos muletazos seguidos. Estocada y la juventud encantados de que se le concediera la oreja.
Majadahonda (Madrid). Una oreja al primero y dos orejas al cuarto, ambos animales muy complicados. ¡Puerta grande! Seguimos caminando… ¡Nos vemos el día 28 de septiembre en Corella!