MANU RAMOS. El Gobierno de la Comunidad de Madrid había anunciado que este viernes 18 de septiembre (2020) haría pública la lista de los municipios y barrios de la capital que debían guardar un confinamiento obligatorio por el alto número de casos de Covid detectados en los últimos 14 días. Y aunque posteriormente ha dado marcha atrás por las reacciones suscitadas, generando una alta dosis de incertidumbre, en esta lista negra hay tres ciudades de la Zona Oeste que destacan por sus pésimas cifras: Villalba (660), Majadahonda (569) y Pozuelo de Alarcón (461). La grave situación ha provocado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta madrileña, Isabel Ayuso, hayan concertado una cita para tomar una decisión conjunta sobre Madrid, con el cierre de la Comunidad Autónoma al completo encima de la mesa. El periodista Andrés P. Mohorte de la revista «Magnet» se ha preguntado: ¿Hasta qué punto la situación de Madrid es excepcional?. Y añade: «Lo ilustra este gráfico de «El Diario»: 9 de los 10 municipios con la incidencia acumulada más alta de España se encuentran en la Comunidad de Madrid: Parla, Alcobendas y Fuenlabrada superan los 800 casos por 100.000 habitantes; Madrid capital, los 696; Collado Villalba, Torrejón de Ardoz, San Sebastián de los Reyes y Getafe, los 600; y Alcorcón, los 578. Majadahonda, Móstoles o Leganés entran en el top veinte«.


Andrés P. Mohorte

Andrés P. Mohorte explica que la IA es el acrónimo de «Incidencia Acumulada», el marcador más utilizado durante las últimos meses por las autoridades sanitarias para identificar localidades o regiones donde la frecuencia de los contagios es particularmente alta: «En torno a él rotarán los confinamientos, o al menos el debate en torno a ellos. En la comunidad, durante las últimas dos semanas, la IA supera los 614 casos por cada 100.000 habitantes. Pero hay una gran asimetría en función del barrio o del municipio afectado. El gobierno autonómico, como el nacional en su momento, afronta un problema existencial. Cerrar espacios concretos o la totalidad de la comunidad, con el riesgo (económico) que ello conlleva. La asimetría en sus «selecciones» marcará el impacto sanitario y político de sus confinamientos. Porque son los barrios pobres, pero también los municipios ricos: Alcobendas (52.000€ de renta media) o Majadahonda (51.000€) superan los 500 casos por 100.000 habitantes. Madrid-Centro, el distrito, está por encima de los 1.000. Hay para todos», concluye.

Más adelante describe como «dentro de la capital, el impacto de los contagios es muy desigual en función del distrito. Las mismas líneas que dividen a la ciudad en términos socioeconómicos operan también sobre la epidemia. Un ejemplo: mientras en Fuente del Berro la IA de las últimas dos semanas es de 564 por 100.000 habitantes, en Daroca, apenas una calle (M30) de separación, es de más de 1.000. Vallecas, Villaverde, Usera, San Blas. Todos ellos (mapa) se cuentan entre los barrios más afectados. Y todos ellos se cuentan entre los más pobres de Madrid. ¿Por qué? No era algo imprevisible. Los brotes en los distritos y municipios al sur de la capital comenzaron a ser preocupantes a principios de agosto. Como en cualquier otro aspecto sanitario, la renta juega un rol fundamental: desde la ausencia de centros de atención primaria hasta un entramado urbano más denso y compacto, pasando por condiciones laborales con mayor exposición al virus. Todo ello contribuye a explicar por qué unos barrios (pobres) sí pueden ser confinados y otros (ricos) no».

Y concluye mencionando «la política»: «Algunas voces se han mostrado críticas con la idea de «confinamientos selectivos» en una comunidad tan compacta y mallada como Madrid. El principal escollo sería el trabajo: si se admiten excepciones laborales, como seguramente se hará, dado que el objetivo no sería paralizar la ciudad al completo tal y como se hizo en marzo, el impacto del perímetro se anula. Los trabajadores de los barrios afectados se desplazarán a otros barrios con menor afectación igualmente. Algunas ciudades ya han experimentado con ellos, como Palma. Aunque la mayor parte se han aplicado y han sido efectivos en municipios al completo (véase el caso de Ejea o Aranda). Hay dudas sobre su efectividad. En Aragón, el director general de Salud Pública, Francisco Javier Falo, fue claro: «Es prácticamente imposible confinar barrios en Zaragoza». Demasiado porosos, demasiado entramados. En este sentido, Madrid es distinta al resto de ciudades (por escala y particularidades)», termina el reportaje.

 

 

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