
El éxito fue rotundo, y lo mejor, la recuperación fue casi inmediata. «Estuvo un par de días solamente con líquidos y luego ya con una ingesta sólida. A la semana se fue a casa sin ningún problema», explica Gema Díaz, neumóloga del hospital. Hoy, Lilia está feliz y agradecida: «Me pusieron la tapita esa y Dios mío, me dieron la gloria, ¡tengo 15 años!», bromea entre risas, emocionada por haber recuperado su vida. El caso no solo ha devuelto la salud a una paciente, sino que es un ejemplo claro del poder de la colaboración entre especialidades médicas puede marcar la diferencia
MARIANA BENITO. (9 de agosto de 2025). «Durante dos años, la vida de Lilia, de 84 años, fue un auténtico calvario. Pero los médicos del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) han logrado mejorar la situación con una técnica tan ingeniosa como poco habitual: usar un dispositivo diseñado para tratar cardiopatías congénitas en bebés. Lilia ha pasado dos años sin poder apenas comer, con dolor constante y sufriendo ingresos frecuentes por neumonía. La causa era una fístula entre el esófago y el bronquio, una complicación rara y de muy difícil abordaje que ningún tratamiento anterior había conseguido cerrar. Provocaba una comunicación anómala entre el esófago y el bronquio que causaba una continua entrada de alimentos o líquidos al pulmón».
Con este resumen, las periodistas Candela Hornero y Silvia Asiaín de la cadena de televisión Tele 5 cuentan el caso de Lilia, paciente de 84 años, quien durante 24 meses ha pasado un auténtico calvario. Sin embargo, los médicos del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) han logrado mejorar la situación con una técnica tan ingeniosa como poco habitual: usar un dispositivo diseñado para tratar cardiopatías congénitas en bebés. La situación era compleja y los tratamientos previos no habían tenido éxito. «Lilia es la paciente que ha padecido una fístula esofagobronquial. Esto le producía tos continua, incapacidad para comer con normalidad y neumonías constantes» explica el doctor Alberto Herreros de Tejada, jefe de la Unidad de Endoscopia del hospital de Majadahonda. Pero la clave del caso fue la colaboración entre diferentes especialidades.
EN UNA MESA COMPARTIDA POR LOS DEPARTAMENTOS DE DIGESTIVO, NEUMOLOGÍA Y CARDIOLOGÍA, surgió la solución: «La opción de ponerle una prótesis que utilizáis vosotros…», sugiere Herreros al especialista en Cardiología. Y la respuesta fue afirmativa. «Hay varias decenas de prótesis que podemos utilizar y, por dentro del catéter, metemos el dispositivo que seleccionemos», detalla el doctor José Antonio Fernández, cardiólogo del centro. El elegido fue un pequeño dispositivo utilizado habitualmente para cerrar comunicaciones anómalas del corazón en bebés con cardiopatías congénitas. Ahora, se iba a usar por primera vez en una fístula esofagobronquial de una paciente anciana. La intervención fue precisa y coordinada. Quienes manejaban el broncoscopio y el endoscopio guiaron el acceso hasta la fístula.
«CUANDO HEMOS ASEGURADO ESE ACCESO, SE LO CEDEMOS AL CARDIÓLOGO», relata Herreros de Tejada. El momento más delicado llegó con la colocación de la prótesis. «Estoy muy contento con los resultados, sobre todo teniendo en cuenta que es un dispositivo que no está diseñado específicamente para esto», celebra José Antonio Fernández. El éxito fue rotundo, y lo mejor, la recuperación fue casi inmediata. «Estuvo un par de días solamente con líquidos y luego ya con una ingesta sólida. A la semana se fue a casa sin ningún problema», explica Gema Díaz, neumóloga del hospital. Hoy, Lilia está feliz y agradecida: «Me pusieron la tapita esa y Dios mío, me dieron la gloria, ¡tengo 15 años!», bromea entre risas, emocionada por haber recuperado su vida. El caso no solo ha devuelto la salud a una paciente, sino que es un ejemplo claro del poder de la colaboración entre especialidades médicas puede marcar la diferencia, finaliza el reportaje de Tele 5.