MANU RAMOS. El trágico accidente de tráfico que tuvo lugar a las 6.18 horas de la madrugada del sábado al domingo 1 de septiembre (2024) en la A-6 Carretera de la Coruña comienza a despejar incógnitas. El joven conductor que provocó el accidente se llama Juan Carlos B. M y es conocido familiarmente como «Juancito». Era ingeniero, experto en prevención de riesgos y su familia, desolada, dice que «no bebía mucho». La Guardia Civil cree que el joven, de 26 años, se confundió al regresar a casa pero Jorge, su hermano mayor, que iba de copiloto y único testigo a la vez que víctima, no ha podido declarar porque está en coma en la UCI del hospital Puerta de Hierro Majadahonda. De momento la investigación de la Guardia Civil no ha dado resultado y tras las primeras 48 horas aún no sabe como su Volkswagen Taigo nuevo de color negro, que tenía solo 1 año de antigüedad, pudo acceder a la A-6 en sentido contrario desde Pozuelo de Alarcón, en cuyas fiestas había estado, en dirección Villalba, cuando solo hay 3 salidas con dirección Madrid. Esta situación está causando inquietud entre los vecinos del Oeste de Madrid ya que si no se detecta el fallo o la imprudencia, creen que puede volver a repetirse. Lo cierto es que Juan Carlos B. M condujo 3 kilómetros en sentido contrario por la A-6 y con su despiste o imprudencia provocó su muerte y la de dos personas más al chocar de frente. El diario «El Mundo» ha localizado a sus familiares y estos aseguran que «estamos muertos en vida. Juancito era muy responsable, un gran hijo y apoyo para sus padres… Es una pena cómo se marchan los buenos». Con estas palabras, acompañadas por un tono quebrado, Julia, tía del joven conductor, cuenta a este diario el golpe que ha recibido su familia tras el accidente donde perdió la vida su sobrino Juan Carlos B. M., de 26 años y origen peruano. «Telecinco» afirma que su familia asegura que «era un joven responsable y trabajador».
Los parientes están ahora pendientes de la evolución de su hermano Jorge, aunque no son muy optimistas. Hasta el Puerta de Hierro acudieron amigos para transmitirle sus fuerzas y apoyo. «Sólo un milagro puede salvarle. Tenemos fe en Dios pero… Ellos eran los dos únicos hijos de los padres, imagínate cómo están. Parecen zombies. Por un lado pendientes en el hospital, al mismo tiempo que están recibiendo el cadáver de su hijo difunto para enterrarlo. Es dramático», apunta Julia. Nadie se explica los motivos que llevaron a este joven a incorporarse a la A-6 en sentido contrario, pero la tía enfatiza: «Él no era de beber. Ni gota tampoco, habría bebido algo… Pero no era una borrachera». De hecho, la benemérita investiga las llamadas alertando del conductor de la A-6 y si había bebido antes de equivocarse de entrada a la autovía. Junto a Juan Carlos en el coche iba su hermano Jorge de 28 años y mientras que «Juancito» era graduado en Ingeniería Civil por la Universidad Politécnica de Madrid, tenía un máster en prevención de riesgos laborales y hace una semana había empezado a trabajar en una empresa constructora como jefe de obra, Jorge era graduado en Psicología por la UNED y tenía un máster en Dirección de Recursos Humanos.
Por su parte, El Debate define al conductor como «ingeniero, del Atleti y poco aficionado a la bebida» e indica que «muchas personas han llenado las redes sociales de comentarios de pésames y rezos. Lamentablemente el chico, un policía nacional de 44 años y un amigo de este último fallecieron». de Madrid. Otro testimonio de interés es el del agente superviviente que iba en moto: «Vi las luces de frente, me dio y salté por encima. Estoy vivo de milagro», ha declarado a ABC. Se llama Jesús Pedro, es policía municipal y eran las 8 de la mañana cuando no llegó a su puesto de trabajo. Aunque está adscrito a la Comisaría Integral del Distrito de Puente de Vallecas, este domingo se había ofrecido para dar servicio como horas extras voluntarias en el Rastro de Madrid. Un compañero se extrañó de que el oficial, que reside en las inmediaciones de Las Rozas, no hubiese llegado a su hora: «Entonces, vio en las noticias que un coche se había estrellado contra un coche y un motorista, en la A-6, y su instinto le dijo que podría ser su colega, que no respondía. Por desgracia, no le faltaba razón al suboficial, que logró hablar con Jesús Pedro instantes antes de ser operado de la cadera en el Hospital Clínico San Carlos. Además de esa fractura, presentaban otras en un fémur, el peroné y los dos tobillos. «Has vuelto a nacer», le dijo, en esa breve conversación, su subinspector». Este mismo diario había informado erroneamente de que quien iba de copiloto era la pareja de Juan Carlos, pero «finalmente la información correcta es que eran ambos varones referidos. Sobre las causas de su carrera mortal, un despiste o los efectos del alcohol o las drogas (su sangre ha sido remitida al Instituto de Toxicología, para su análisis) son dos de la hipótesis que se manejan, así como un suicidio, explican fuentes de la Agrupación de Tráfico de Madrid», insisten las fuentes oficiales, que no quieren descartar nada, aunque no parezca verosímil, señala ABC.
«Lo cierto es que los servicios de emergencias comenzaron a recibir avisos de otros conductores a las 6.10 de la mañana de que un Volkswagen Taigo, tipo SUV y nuevo modelo, iba como un loco, muy rápido y en sentido contrario por la carretera de La Coruña; al llegar al punto kilométrico 20, fue cuando chocó contra Jesús Pedro, que iba a trabajar en su propia motocicleta. Este agente ha sobrevivido «de milagro», como él mismo ha comentado a su entorno. Se encuentra ingresado en la UCI del Clínico y así narró a sus compañeros lo sucedido: «Iba por la A-6, cuando he visto las luces en dirección contraria, así que me he echado a la derecha, no me ha dado tiempo a más. Bajé mucho la velocidad, pero el coche golpeó mi moto y salté por encima. Me dio en una pierna al saltar y me fui directo por debajo del guardarraíl, pero sin darme con los postes». Unos centímetros de diferencia, y no lo hubiese contado. En la UCI, este oficial de Policía Municipal, de 55 años y muy conocido en el Cuerpo local, tiene restringidas las visitas, a las que no falta su mujer, que aún no se cree lo sucedido. Pero tras la moto circulaba otro Volkswagen, en este caso uno más antiguo, un Passat. Al volante, el policía nacional Alberto S. A., de 44 años. Le acompañaba un vecino de Ávila, donde vivían, al que iba a llevar a trabajar (nada tenía que ver con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado) a Madrid. Alberto también se dirigía a su puesto, en el Grupo Operativo de Reacción (GOR) de la comisaría del distrito de Salamanca. Realizaba labores de seguridad ciudadana, en la calle. Llevaba poco tiempo allí, donde era delegado sindical del SUP, tras pasar por el Registro Central de Detenidos. Ambos amigos fallecieron en el acto, debido al brutal impacto, tras el de la moto, del kamikaze también contra ellos. El agente deja a su pareja y a una niña de apenas 5 años, por la que sentía verdadera devoción. Por otra parte, Juan Carlos, ingeniero, también perdió la vida en el mismo lugar y su hermano Jorge Luis, un año mayor y psicólogo en formación, resultó herido de extrema gravedad. Si sale de esta, su testimonio será también clave», concluye El Debate.