MANU RAMOS. A Guillermo Ortega, alias «Willy«, ex alcalde del PP en Majadahonda, le salió el tiro por la culata al recurrir su sentencia de la Audiencia Nacional. Algunas de las penas se elevan al castigarse ahora de forma separada el «fraude» y la «malversación» que fueron cometidos en concurso de delitos, tal como pidió la Fiscalía en su recurso, a quien también se estima la elevación de la cuantía de determinadas multas. Es el caso del ex alcalde de Majadahonda, su pena se incrementa en 2 años y es condenado a cumplir 40 años y 3 meses de prisión. La Sala Segunda del Tribunal Supremo ratifica con ligeros ajustes las condenas para 29 acusados fijadas por la Audiencia Nacional y la responsabilidad civil a título lucrativo del PP.
Similar suerte ha corrido Carmen Rodríguez Quijano, «la Barbie«, que ahora debe además dar con sus huesos en la cárcel. La Audiencia Nacional decidió que la ex mujer de Paco Correa, el líder de la Gürtel y ex jefa de Gabinete del Ayuntamiento de Majadahonda, quedara en libertad con medidas cautelares, desoyendo así la petición de la Fiscalía Anticorrupción que consideraba que al superar los 5 años de condena debería entrar en prisión. La doctrina del Supremo era que con penas superiores a 2 años de prisión entraban entre rejas. Ahora Carmen Rodríguez Quijano ve aumentada su pena en 3 años, desde los 14 años y 8 meses iniciales a los 17 años y 8 meses de ahora.
La «Barbie«, aún así, no ha salido tan «mal parada» si se mira bien. La Fiscalía Anticorrupción le pedía 35 años y 7 meses de cárcel. Según el Ministerio Público, participó en el amaño de contratos a favor de su ex marido, Francisco Correa: trabajó como administradora de las empresas de la trama y también como asesora política del PP en el Ayuntamiento de Majadahonda con el alcalde Guillermo Ortega, que se habría embolsado millones de euros a cambio de estas concesiones a dedo. Rodríguez Quijano dice que tenía «confianza» en su marido. Tanta que, según sostenía, administró empresas de la trama Gürtel que se hicieron con contratos públicos porque se lo pidió Correa y firmó documentos sin mirar. Aunque «ni entendía, ni entiendo, ni creo que entenderé», la confianza se quebró al parecer por las continuas infidelidades del cabecilla. Mantuvieron con vida el matrimonio hasta que ella presentó la demanda de divorcio en abril de 2014, cinco años después de la detención de «Don Vito». La relación actual entre ambos es extraña: Quijano, que atraviesa una mala situación económica, le reclamaba una pensión de 4.500 euros
La acusada no «recordaba» su labor en el Ayuntamiento de Majadahonda. Tampoco quién contrató la organización de eventos en el municipio, no sabía que su exmarido pagaba comisiones a políticos, ni siquiera se acordaba de la declaración que prestó Correa en el arranque de la vista oral ni de cómo lo conoció. Solo ha hecho memoria en contra de los argumentos de la Fiscalía. Asegura que nunca intercedió para conceder contratos a la Gürtel ni obtuvo comisiones: «Nunca he recibido yo dinero de nadie».
En este capítulo de las dádivas, tampoco ha rememorado el modo en que se pagaron más de 23.000 euros por unos relojes para Guillermo Ortega, ex alcalde de Majadahonda y persona a la que asesoraba. Se contabilizaron en la cuenta «Extracto Servicios Willy» -a Ortega lo apodaban «Willy el Rata»-, y la Fiscalía insistía en que se sufragaron con fondos públicos. Al parecer, el ex regidor simuló un contrato con Special Events, una de las empresas de Gürtel, para la confección de un vídeo denominado «Creciendo en calidad de vida». Así aparentó legalidad en la partida destinada realmente a los relojes. La «Barbie» detallaba la «buena relación» que su marido mantenía con el alcalde de Majadahonda. También que compartía «muchas cosas conjuntas» con el de Pozuelo de Alarcón, Jesús Sepúlveda. Aunque, en base al mismo testimonio, no poseía trato alguno ni con su mujer la ministra de Sanidad, Ana Mato, ni con el tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, ni con la esposa de este último, Rosalía Iglesias. Hoy la mayor parte ellos pasarán a vestir el «traje de rayas» aunque ella ha cambiado de «desfile»: siempre se jactó de ir a la moda, como hizo en la boda de la hija del presidente Aznar.
Me parece muy bien el castigo a quién se lo merezca, pero es curioso y sintomático, siempre caen las penas gordas, y se hacen públicas durante toda la vida, a bombo y platillo, pero los robos, errores y demás de la izquierda, pasan como si se pasase pisando huevos, y no se oyen ni se vociferan ni se continúan para hundir al que sea. Curioso, al menos. ¿no será que el odio no se lo quitan de encima y les gusta odiar y defenestrar al contrario en ideas?
No será usted al que le gusta odiar y defenestrar al contrario en ideas? Aquí la noticia es que estos mangantes van a pasar una temporada entre rejas. Yo me alegro.
Y cuando les toque a los otros, que les tocará, podrá usted odiar a «los rojos» tranquilamente.
Son Vds.los rojos, los que ven odio en cualquier palabra que decimos los derechones. Se creen que les odiamos y están totalmente equivocados, y es que el odio que tiene Vd. y sus «amiguetes» de izquierda,a osotros nos les deja ver con claridad.
Empiezo por decirle que no soy rojo, aunque seguramente tengo ideas menos arcaicas que usted.
Usted rezuma odio por los cuatro costados, en cada articulo publicado( no entiendo como le dejan escribir aquí), en cada comentario. Está usted pasado de rosca, no aporta nada, solo insulta.
Si usted está de acuerdo con que paguen por sus robos, según dice en su comentario, no entiendo porque saca a la izquierda a relucir.
Ya están algunos socialistas en la carcel, y otros cuantos caerán..pero deje sus vomitivos comentarios para cuando llegue el momento.
No insulto a los rojos. Lo que pasa es que cualquier cosa que a Vds. se les recuerda creen que es un insulto porque son Vds. Unos ególatras y se creen que solo son los únicos que se creen con toda la razón
Pocos años