Las diferentes secciones que con su prodigiosa imaginación, reflexión e información se «inventa» el periodista Miguel Sanchiz (Atlas de Geografía Humana, Encuentros en la Historia, Gente Maja que se Moja…) gustan a los lectores de MJD Magazin y la ex concejala de Cultura, Ana Fernández Mallo, una de las pocas políticas majariegas que citaba el escritor Francisco Umbral, así lo refleja en este artículo

ANA FDEZ MALLO. *Vecina de Majadahonda. (24 de noviembre de 2025). Querido Miguel Sanchiz, te leo y te saboreo. Escribes bien y trasmites mejor. Me saben a poco tus artículos. Aunque hubo quien dijo “lo bueno si breve dos veces bueno», eso dejémoslo para la vida laboral. Cuando uno deleita con su escritura consigue crear avaricia en el que lee. En mi caso, cuando presiento que un texto se acaba comienzo a leer más despacio porque no quiero llegar al final. Y otras veces releo o busco aquellos momentos o chispazos que he percibido más interesantes, más profundos o que superan mi nivel de conocimiento. Me enseñas también nuevos conceptos o palabras que enriquecen mi bagaje o amplían mi vocabulario. No me canso nunca de aprender y tú, Miguel, eres buen maestro. Te escribo para decirte que llenas un vacío en estos momentos de mi vida que hace que busque cada mañana tu firma. Sé que tendré una visión, la tuya, sobre una parcela de este universo que me hace cotejar con la mía en este infinito mar del conocimiento. Me gusta tu sensibilidad, tu pragmatismo unido a la espiritualidad que destilan todos los temas que tocas. Tu poesía y tu grandeza : “de tan humilde eres sabio» (Proverbios 11, 2). Despiertas en mí la atención y curiosidad del niño. Y como digo siempre que “no es culto el que sabe mucho sino el que tiene inquietud por saber», me haces sentir una mujer inquieta en la eterna búsqueda del disfrute que aporta la Cultura. Y es que «el único bien del hombre es disfrutar y pasarlo bien en esta vida” (Eclesiastés).

Ana Fdez Mallo

EN TU ARTÍCULO DE ESTE DOMINGO (23/11/2025) escribes sobre Dios y la Muerte dices que «el hombre empezó a intuir que no estaba solo. Que detrás de la belleza, el orden, el dolor y de la vida misma, había una voluntad, un origen, una inteligencia… o una ternura inmensa”. Y “aquel que descubrió a Dios no vio un rostro pero sintió que el universo tenía uno. Y que en su interior habitaba algo infinito. Desde entonces, no hemos dejado de buscarlo». Que levante la mano aquel que no ha sentido un fogonazo de Fe ante la belleza en estado puro de cualquier manera en que se le haya manifestado. ¡Ah! ¡El ser humano! que en su complejidad rechaza e ignora su lado divino… ese que le da su trascendencia, el propósito de dejar huella y perdurar más allá de la propia vida o de la propia experiencia … y … que hace que le sigan amando aún después de la vida…

Majadahonda Magazin