Fuente Mágica de Montjuich (Barcelona). Crescencio (der) y su hijo Darío a su lado (1956 ó 1957)

CRESCENCIO BUSTILLO. Como padre de familia, Rufino Bustillo fue ejemplar. Enseñó a sus hijos los oficios que sabía, les educó culturalmente y, sobre todo, a ser hombres de bien. Pero no consintió nunca que se mermara su autoridad, pues al menor asomo de rebeldía, cortaba por lo sano. Contadas veces nos puso la mano encima, pues como él decía: «Me hago yo más daño en la mano si os doy que el que pueda haceros a vosotros». En cuanto a mí particularmente, me dedicó una especial atención, bien porque era el más pequeño o porque según decía, era el que más se parecía a él en el conjunto físico y en mi forma de ser. Por eso sin salvar la barrera de autoridad entre padre e hijo, éramos…





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