«Por ahí, callejeando por Majadahonda, poetizándola tal vez, sigue su camino Vicente Araguas. En la tarde tibia de un casi otoño majariego. Dándole aire a su nuevo libro, “El deseo aislado”, reciente aún “Enseñando Poesía en la Escuela” (Sial/ Pigmalión) fruto de su experiencia como profesor emérito, de la materia poética, precisamente, en el Colegio Logos, de Molino de la Hoz, Las Rozas».

PENA RECIO. Aislando el deseo (con Vicente Araguas). Me encuentro una vez más con Vicente Araguas, al pie de cualquier árbol donde medre la literatura. Conversando en una terraza de Majadahonda, ciudad que nos acoge a ambos. Esta vez convocados por la reciente aparición de su “El deseo aislado. Poesía 2010-2024” (Sial/ Pugmalión). “Summa poética”, entiendo, de cuanto ha venido publicando en español en este tiempo, que hay otro Araguas, escritor, digo, en gallego. Que como ciudadano también coexiste entre los dos ámbitos. “El deseo aislado. Poesía 2010-2024” se presenta el lunes 11 de noviembre (2024) en la Biblioteca Francisco Umbral de Majadahonda a las 19.00 horas: «Claro, vivo entre Majadahonda y Neda, y en el medio la República Checa, país que frecuento con asiduidad, bien que no intente escribir en su idioma. Me basta con la antología de mi obra, traducida al checo por Klára Goldstein. Luego de ser traducido al italiano por Sabrina Lembo y al portugués por Viale Moutinho«.


Pena Recio: A estas alturas de la película me fascina que alguien crea tanto en la poesía como lo hace este autor, dueño de una obra amplia, propia, y a la vez traductor y antólogo de poetas varios. Vicente Araguas: –La poesía lo es todo. Desde su esencia misteriosa, sin misterio no hay poesía, desengáñese, señora Pena. Más todavía, la poesía explica aquello a lo que no llega la filosofía. Y solamente la supera la música, único arte o materia artística que pueden si no entender, intuir, los seres irracionales. Ya se sabe: la música amansa las fieras. Y en Holanda han probado, con éxito, a poner música, de Mozart, en concreto, a las vacas estabuladas. Produciendo más leche las vacas melómanas.

P.R; Estimulante la conversación con Vicente Araguas, a quien no es difícil encontrar por calles y avenidas majariegas. Incluso en el Cerro del Espino, me dicen, espacio que frecuenta. V.A.: –Eso es, estoy muy integrado en esta ciudad que me acoge desde 1979. Y por cierto que “El deseo aislado” incluye poemas, los primeros del libro, aparecidos en su momento en el colectivo “A los cuatro vientos”, de temática majariega. Relativos a la guerra civil, tan cruel para los que la padecieron, pero también al tiempo posterior. Y en uno de ellos están Pablo de la Torriente y Miguel Hernández. El primero muerto en Romanillos, el segundo con presencia muy próxima aquellos días, diciembre, enero del 37, a nosotros.

P.R.; Tengo la sensación de que la poesía de Araguas es de las que combinan comunicación y conocimiento, siguiendo al maestro Carlos Bousoño. Es decir que nutre sus versos de lo inmediato, luego de un proceso de elaboración. V.A.; –Naturalmente y, si me permite la metáfora coquinaria, a fuego lento o “lume manso” como decimos en Galicia. Mire, citaré una vez a Turner cuando increpado por haber cobrado una millonada por un cuadro en el que había invertido dos horas dijo que sí, que era cierto, pero que llevaba veinte años a vueltas con esa pintura. Algo así en mi caso, desde aquellos versitos primeros que escribía aquel niño melancólico pero juguetón, nacido en Xuvia-Neda, un domingo de setiembre del 50. Y le diré, señora Pena, que para mí la poesía es la mano de un muchachito que hace cuenco con ella para encerrar un pájaro. Pero al notar su temblor lo deja volar. Eso es la poesía: libertad.

P. R.: Lejano, pues, a la distinción entre poesía comprometida y aquella más, podríamos decir, evasiva, Araguas parece alzar ese vuelo del ave de su metáfora. V.A.; –¿Evasiva? No, no creo en la literatura que se evade del cuerpo y del alma de quien la escribe. Verá, Octavio Paz lo dejó dicho para siempre: “Amar es combatir.” Y lo dijo al aire de una pareja haciendo el amor mientras caen las bombas en el Madrid de 1937. Ahora, no creo en absoluto en un falso compromiso que desdeñe la poesía amorosa, erótica en sentido lato, esa que forma parte de gran parte de mi poética. Desde los poemas “majariegos” ya citados hasta los dos libros rigurosamente inéditos hasta hoy, “Variaciones Goldstein” y “En la hora violeta” que cierran “El deseo aislado”. Y claro que el deseo puede y debe aislarse, pero en una isla para dos náufragos, que eso es la vida, puro naufragio pero dotado del regocijo de la salvación aunque sea momentánea. Algo así. Pena Recio.: Por ahí, callejeando por Majadahonda, poetizándola tal vez, sigue su camino Vicente Araguas. En la tarde tibia de un casi otoño majariego. Dándole aire a su nuevo libro, “El deseo aislado”, reciente aún “Enseñando Poesía en la Escuela” (Sial/ Pigmalión) fruto de su experiencia como profesor emérito, de la materia poética, precisamente, en el Colegio Logos, de Molino de la Hoz, Las Rozas.

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