
«He narrado alguna vez que me incorporé a Podemos la víspera de fundarse, y es absolutamente verídico. La noche anterior a su presentación en el madrileño Teatro del Barrio, participé en un debate de televisión moderado por el profesor Monedero y, al finalizar el programa, Juan Carlos me contó el bombazo político que iba a tener lugar al día siguiente. Me gustó la frescura del proyecto y me agradó saber que había detrás del mismo algunas personas amigas mías, lúcidas, honestas y de mi total confianza. Sin pensarlo mucho, más bien nada, le dije que me apuntaba al bombardeo», comienza el artículo.
Y concluye: «La gente, en general, sólo es militante de su egoísmo. Y para el grueso de la población, los “concienciados” que pontificamos en las redes sociales somos extraterrestres que venimos de otro mundo y hablamos otro idioma. Es hora, pues, de acercarnos a la ciudadanía con un mensaje inteligible para poder avanzar conjuntamente hacia objetivos cualitativamente superiores. No caigamos de nuevo en la práctica habitual de erigirnos en dirigentes del vacío social. Sin paisanos no hay país, y ya se sabe que tener razón a destiempo es equivocarse. (…) No es lo mismo SER de un partido que ESTAR en un partido. Yo, desde luego, no soy de Podemos, pero estoy con Podemos tácticamente, seguramente porque soy un viejo escéptico y egoísta, porque la vida se me escapa y quiero ver resultados lo antes posible. Puede ser mi última decepción o, quizás, mi último acierto. Mi último acierto parece que no ha sido«. Lea el artículo completo.





Más noticias