LIDIA GARCIA. Iñaki Errazkin, ex asesor de Podemos y secretario del Consejo de Administración de ‘Castilla-La Mancha Media’, ha escrito un artículo en el Periodicoclm.es titulado «Por qué me he ido de Podemos«. Y en él emplea una sonora analogía que tiene que ver con Majadahonda: «En estos años he defendido a Podemos a capa y espada en público y en privado. En 2015 escribí el siguiente texto: “Soy de izquierdas, anticapitalista, antiimperialista, republicano, ateo, creo firmemente en la lucha de clases y defiendo el derecho de todos los pueblos del mundo a su autodeterminación… ¿Qué pinto entonces en Podemos? Yo considero a Podemos como lo que es: una herramienta. Y las herramientas sirven siempre a los fines de quien las utiliza. Así, un destornillador puede servir para montar un mueble o para clavárselo a alguien en la garganta, y con un bisturí se puede salvar una vida en un quirófano o quitarle el puesto al descuartizador de Majadahonda. El destornillador y el bisturí son meras herramientas, lo mismo que Podemos».


Iñaki Errazquin

«He narrado alguna vez que me incorporé a Podemos la víspera de fundarse, y es absolutamente verídico. La noche anterior a su presentación en el madrileño Teatro del Barrio, participé en un debate de televisión moderado por el profesor Monedero y, al finalizar el programa, Juan Carlos me contó el bombazo político que iba a tener lugar al día siguiente. Me gustó la frescura del proyecto y me agradó saber que había detrás del mismo algunas personas amigas mías, lúcidas, honestas y de mi total confianza. Sin pensarlo mucho, más bien nada, le dije que me apuntaba al bombardeo», comienza el artículo.

Y concluye: «La gente, en general, sólo es militante de su egoísmo. Y para el grueso de la población, los “concienciados” que pontificamos en las redes sociales somos extraterrestres que venimos de otro mundo y hablamos otro idioma. Es hora, pues, de acercarnos a la ciudadanía con un mensaje inteligible para poder avanzar conjuntamente hacia objetivos cualitativamente superiores. No caigamos de nuevo en la práctica habitual de erigirnos en dirigentes del vacío social. Sin paisanos no hay país, y ya se sabe que tener razón a destiempo es equivocarse. (…) No es lo mismo SER de un partido que ESTAR en un partido. Yo, desde luego, no soy de Podemos, pero estoy con Podemos tácticamente, seguramente porque soy un viejo escéptico y egoísta, porque la vida se me escapa y quiero ver resultados lo antes posible. Puede ser mi última decepción o, quizás, mi último acierto. Mi último acierto parece que no ha sido«. Lea el artículo completo.

 

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