

–Monté con Juan José Moreno un partido político y él dijo que nos iba a apoyar, que le parecía muy buena idea, que había que luchar contra la corrupción y que él tenía muchísimos amigos y que seguramente nos ayudarían. Él lo que hacía era recolectar dinero, donaciones… Hay una grabación en la que Felisa Isabel Jordán nos dice que «algún día nos dirá el negocio que (Correa) había hecho con nosotros». Él daba dinero mensual a la formación, Corporación Majadahonda. Guardé todas las facturas. Hay más de 300.000 euros justificados en la Audiencia Nacional. No tengo ningún tatuaje, pero a lo mejor cuando termine el juicio me hago uno que diga que Correa dijo que era mala persona, porque que eso lo diga una persona como él es motivo de orgullo.

–Todo el mundo me hace esa pregunta. Y dudo de que a Correa se le diga ‘por qué ha delinquido usted’. Parece que delinquir fuera lo normal y denunciar no, que tiene que haber algo oculto. Denuncié porque tenía que hacerlo. No sé si la gente lo sabe, pero hay una obligación legal, y cuando alguien conoce un delito lo tiene que denunciar, cosa que no hicieron ni Mariano Rajoy ni Esperanza Aguirre.

–Yo soy abogado. Podría ocultarme del banquillo tras la toga, como ha hecho algún acusado. Yo no. Yo me pongo colores vivos. No me importa estar en el banquillo, porque yo no tengo moralmente la convicción de ser un acusado. He estado muy cerca de una trama que falsificaba informes, que extorsionaba alcaldes… Al estar tan cerca hay supuestas pruebas que me pueden incriminar. Yo solo sé que no he cogido ningún dinero de la trama y que dediqué dos años de mi vida a grabar (a Correa), y mal no lo hice cuando aquí hay más de 30 acusados, siete causas abiertas y en València, dos condenados y otro juicio pendiente de sentencia.

–Era diciembre del 2005. Correa recibió una llamada y le gustaba dejar el manos libres del móvil. Estaba hablando con Benjamín Martín Vasco, que era presidente de la empresa municipal de suelo de Arganda del Rey (Madrid). Estaban discutiendo y en un momento le dijo «mira, Paco, o me dais mis 300 millones de pesetas o las parcelas no salen». No hace falta ser licenciado en nada para saber que esa frase esconde lo que esconde. En ese momento supe que Correa no era solo ese empresario de éxito, el que le hizo la boda a la hija de José María Aznar, el amigo de Alejandro Agag, era mucho más.

–Yo había denunciado el urbanismo en Majadahonda ante la Fiscalía. Era la época en que los políticos eran inmunes. Aquello se archivó y me dejó mal sabor de boca. Decidí apostar por llevar tal cúmulo de pruebas que nadie pudiera decir que aquí no había nada. Cuando lo había recopilado todo, me presenté en la policía e hice la denuncia. Ya con la denuncia, me llamó Paco para una reunión, en la que yo pasé bastante miedo, porque pensaba que a lo mejor se había enterado. Afortunadamente fui, porque fue una de las mejoras grabaciones: habla de Jesús Sepúlveda, de Luis Bárcenas, de Valencia…
Fuentes:
El exedil de Majadahonda que destapó la trama declarará este martes ante el tribunal
El delator de la Gürtel declara en el macrojuicio a la trama de Correa
Llegó la hora del delator: Pepe Peñas



