El aforo del Wanda registró la mejor entrada de todos los partidos jugados por el Rayo Majadahonda en este estadio

LIDIA GARCIA. La cadena de televisión internacional ESPN hizo los deberes y puso las cifras exactas del partido más relevante de la Historia del Rayo Majadahonda y de la ciudad: «hubo 17.769 espectadores, cuando en el Cerro del Espino caben 3.376», sentenció la emisora audiovisual con datos oficiales supervisados por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) con los mismos sistemas de auditoría de la Liga de Fútbol Profesional (LFP). Y eso que lo retransmitían en abierto (Cuatro TV) y en casi toda América (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela). Había pues 17.769 razones para cambiar de estadio. Claro que podía haberse jugado en el Cerro, a 50 euros la entrada más barata y 80 la más cara para que 1.000 privilegiados -si es que no se hubiera hecho pasar por taquilla a todos los abonados en un habitual Día del Club- para alcanzar como máximo 50.000 euros limpios de beneficio. De esta forma se obtendrán aproximadamente 250.000 euros, que es la diferencia entre un hipotético 0-1 en el Cerro a un 0-5 en el Wanda, que son las cuentas de la lechera que algunos aficionados se echaban. Porque toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son, que dijo Calderón de la Barca.


El nombre y el himno del Rayo Majadahonda se vio y sonó en todo el estadio en un día memorable de gran ambiente futbolero

La realidad es que el At. Madrid fue superior al Rayo Majadahonda, como el Real Madrid, FC Barcelona o At. Bilbao fueron superiores al Alcoyano, Linares o Mancha Real aun poniéndoles en algo más de aprietos en este atractivo formato de Copa del Rey. Y la realidad es que al día siguiente, 7 de enero, toca pagar las nóminas y los gastos de una competición y de un campo municipal, esos que no sufraga el Ayuntamiento ni concede los permisos para poner un techo, en esa actitud del perro del Hortelano, que ni come ni deja comer, refrán popular que Lope de Vega llevó al teatro y Pilar Miró a la gran pantalla con 7 premios Goya. Porque al alcalde de Majadahonda ni al concejal de Deportes les gusta el fútbol -no se les vio por el palco del Wanda- pero tampoco quieren que a los demás les guste, todo muy democrático y legitimado por las urnas. A quien sí se vio fue a alguna concejala del Equipo de Gobierno. El resto de los acontecimientos extradeportivos de un partido histórico fueron significativos:


Numerosos aficionados aprovecharon la fiesta para hacerse fotografías en un día histórico

Se redujo el aforo un 25% pero los 17.000 espectadores estuvieron todos apretados en los anillos inferiores del estadio, por lo que el At. Madrid se pasó por el arco del triunfo la norma sanitaria de la distancia interpersonal para ahorrarse la apertura de varias puertas y a los empleados que las custodian. El descontrol de los accesos, con solo un 25% de la capacidad del estadio cubierta, fue apoteósico: la puerta 33 que era la del acceso de los rayistas estaba colapsada con una cola kilométrica pero la contigua puerta 34 estaba vacía. Los accesos al parking, igualmente desbordados por la cicatera idea de cerrar varios de ellos para comprimir a los coches en solo dos de ellos para ahorrarse la vigilancia. Y la ausencia de señalización y de seguridad privada obligaba a desgañitarse a la policía municipal de Madrid pidiendo los tickets de parking en la calle. Son los favores del alcalde Almeida, reconocido aficionado y seguidor del At. Madrid que dan la imagen de una capital norteafricana en lugar de europea cuando se trata de cuestiones organizativas incapaces de racionalizar.

 

Majadahonda Magazin