JULIA SÁEZ-ANGULO. Federico Utrera (Almería, 1963), residente en Madrid, escritor, periodista, es autor de los siguientes libros: «Canarias, Secreto de Estado» (Mateos López Editores, 1996); «Memorias de Colombine. La primera periodista» (HMR, 1998); «¡Diputado Blasco Ibáñez. Memorias Parlamentarias» (HMR, 1999); «Después de Tantos Desencantos. Vida y Obra Poéticas de los Panero» (Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, 2008); «Los Leones del Congreso» (La Esfera de los Libros, 2011); «Cordel de Extraviados: Literatura y Arte«. Prólogo Juan Goytisolo y Matías Díaz Padrón (Museo del Prado). (Cabildo G. Canaria, 2011); «Arraballebecq» (Libros del Innombrable, 2012); «Viola on Video» (USAL, UAL, ULPGC y URJC, 2012). Entre su labor como editor destaca la publicación de los siguientes libros: “España y sus Ejidos” del novelista Juan Goytisolo; «León el Africano: Descripción de Africa», del arabista Luciano Rubio; «Libros de Madrid», poemario inédito del Premio Nobel Juan Ramón Jiménez; “Arraballebecq” del dramaturgo Fernando Arrabal con textos del novelista francés Michel Houellebecq y “Memorias para la Paz” del diputado vasco Juan María Bandrés, con prólogo de Eduardo Chillida, libro que fue presentado por el que fuera presidente del Gobierno, Adolfo Suárez.

Julia Sáenz-Angulo

1. ¿Qué tiene Benito Pérez Galdós como escritor que no tengan otros? –Su mudejarismo lo sitúa al mismo nivel de originalidad y calidad que Dostoyevsky, Tolstoi, Charles Dickens, Balzac o J.D. Salinger. 2. Además de por ser canario como usted, ¿qué le interesó de Galdós? –En realidad yo tengo triple nacionalidad, ya que usted me concede la canaria, que acepto gustoso porque residí y trabajé para medios de comunicación de Canarias durante dos décadas, por lo que gran parte de mis amigos y de mi corazón está en el archipiélago, del que escribí aquel libro titulado «Canarias, secreto de Estado«. Yo en realidad nací en Almería y viví en en otras provincias de Andalucía pero llevo 35 años residiendo en Madrid. Y como vecino del mundo, de Galdós me interesa su mudejarismo, sutilidad, agudeza y sentido crítico, perspicacia… ¡tantas cosas y tan inalcanzables!

Federico Utrera y Matías Díaz Padrón en el Casino Militar de Madrid

3. ¿Qué supone para Canarias este escritor? ¿Le hacen justicia las islas? -Fue el isleño más universal, sin duda. Para bajar al segundo peldaño literario, y aunque me riñera el poeta Juan Ramón Jiménez, que hablaba de la inutilidad de las escalas, hay que descender al siglo XVIII con Tomás Iriarte, discípulo de Voltaire. Y ya después los pintores Oscar Domínguez y Manolo Millares. 4. ¿Qué Madrid ha descrito Pérez Galdós en su narrativa? –La almendra de sus descripciones sigue viva pero es un Madrid que no se ve en la superficie, hay que verlo primero y saber buscarlo después. Yo alguna vez lo he hecho y en ocasiones no es del todo grato. 5. El escritor viajó algún tiempo al norte de África. ¿Cuál fue su experiencia y como la reflejó? –En sus dos novelas «Aita Tettauen» y «Carlos VI en la Rápita». Un día me animé a seguir sus pasos por Tánger y Tetuán y sentí su pálpito. Un artículo lo recoge en mi libro «Cordel de Extraviados«, que tuve el honor de que me prologaran el canario Matías Díaz Padrón, «maestro del Prado», y Juan Goytisolo, Premio Cervantes y Europalia.

Federico Utrera y Juan Goytisolo en Tetuán

6. ¿Quién es el mejor experto en Benito Pérez Galdós?Hay muchos y los Anales Galdosianos son muy fecundos, una delicia leerlos. Sin embargo, y aunque hubo muy agudos eruditos, para mí el más fértil fue el catedrático de Harvard, don Francisco Márquez Villanueva, al que tuve el honor de conocer y que estuvo a punto de llevarme como profesor visitante a la vecina Universidad de Brown, algo que frustró su inesperado fallecimiento. No obstante, el primero que a mí me enseñó a leerlo y decodificarlo fue el escritor Juan Goytisolo. 7. Algunos escritores como Umbral hablan de su “prosa garbancera”, ¿qué opina? –El más galdosiano de los escritores españoles es Umbral, pero creo que se quedó en Valle-Inclán. Y entiéndase esto como una critica y un elogio. Detrás, y allá a lo lejos, entre nuestros costumbristas ibéricos Fernando Sánchez Dragó (también es una crítica y un elogio) igualmente más valleinclanesco que galdosiano. La verdad es que el maestro dejó muy poca escuela.

Federico Utrera y el dramaturgo Fernando Arrabal

8. ¿Cómo sale la mujer en la literatura de Galdós? –Muy bien parada. En ese aspecto es el más moderno de los escritores de su época, plagada de misoginia. 9. ¿Cómo enjuiciaría su relación con las mujeres reales? ¿Cuáles fueron las más importantes? Carmen Bravo, que es la que más y mejor lo ha estudiado, descubre seis relaciones largas. La séptima la afloré yo en mis «Memorias de Colombine«, donde está la correspondencia entonces inédita entre él y Carmen de Burgos. Si Carmen Bravo no quiso revelar como accedió a sus cartas con la Pardo Bazán, yo tampoco desvelaré mis fuentes, producto de otro rocambolesco azar detectivesco en el que tuvo mucho que ver el escritor Fernando Bruquetas. Carmen de Burgos y la Pardo Bazán, que se conocían, también compartieron amoríos con Blasco Ibáñez… pero esa es otra historia.

Dibujo de Ramón Casas (Museo de Cataluña)

10. ¿Tuvo Galdós peso político en España? –Claro, y mucho. No abrió el pico en la tribuna, pero ahí están publicadas sus lúcidas crónicas parlamentarias, que me regaló Jesús Gómez, un diputado canario en mi época de corresponsal en Cortes y que leí con deleite. Don Benito fue diputado «cunero» por Puerto Rico, pero también por Gran Canaria y Madrid. Y aunque no ejerció nunca el poder, sí que era lo que hoy llamaríamos un «influencer» o líder de opinión precisamente por sus artículos y libros en la España que le tocó vivir. 11. ¿Cómo ve su popularidad en vida? –Se ha escrito mucho sobre ella. Solo hay que ver las fotos de su entierro y exequias en el ABC de ese 4 de enero de 1920, lo cual me alerta de su centenario. Que yo haya visto y vivido, solo Adolfo Suárez, Tierno Galván, Rubalcaba y Franco han suscitado en sus entierros tanto fervor popular en España en los últimos cien años. Y Lola Flores, claro.

Federico Utrera y el poeta Leopoldo Mª Panero

12. Su teatro no se representa mucho ¿a qué se debe?Un experto que podría responder a esa pregunta es el profesor almeriense Ángel Berenguer, pero creo que «Electra», «Casandra» y «El Abuelo» aguantarían muy bien una adaptación contemporánea. De hecho, Paco Nieva y Garci llevaron las dos últimas a las tablas y al cine. 13. ¿Qué bibliografía sobre Galdós recomendaría? –¡Bufff!, difícil pregunta. A lo largo de esta entrevista he ido salpicando nombres. Pueden servir de referencia. 14. ¿Están bien enfocados los congresos galdosianos que se organizan en Las Palmas? –No he ido a ninguno. El Museo Galdós de Gran Canaria me invitó una vez a dar una conferencia. Ahí empezó y acabó mi periplo galdosiano oficial, yo me he movido siempre entre los escritores y admiradores heterodoxos.

Galdós con 40 años retratado por Hispaleto

15. ¿Iconográficamente cuales son los mejores cuadros o retratos sobre Galdós? –Solo conozco bien el más afamado que le hizo Sorolla y el retrato fotográfico de Alfonso. A mí me gustan ambos. A Sorolla lo admiro tanto como lo hacía el pintor norteamericano Sargent hasta el punto de que fragmentos de sus lienzos ilustran todos los capítulos de mi libro «¡Diputado Blasco Ibáñez!». Sin embargo, confieso que la crítica que le hacía Valle es aguda, hilarante e ingeniosa. Cuando Sorolla pintó a Alfonso XIII con el uniforme rojo de húsares (hoy en el Palacio Real), exclamó: «¡parece un cangrejo cocido!». Algo de razón tendría porque veinte años después le pintó otro lienzo con el mismo uniforme y ya no asoma tanto el rojo (se puede ver en el Prado). A Leopoldo Alas, no obstante, le gustaba más el retrato de Galdós que le hizo «El Hispaleto» y que está en el Ateneo. Creo no obstante que todos los juicios estéticos coetáneos que se hicieron sobre Sorolla están muy contaminados por la política, nuestro ancestral psicodrama.

Galdós por el fotógrafo danés Christian Franzen

Majadahonda Magazin