JORGE RUBIO. «Haces cosas que normalmente los políticos no hacen. A mí me viene una señora a mi despacho y me dice que está esperando desde hace un mes y medio para que le den quimioterapia en el Puerta de Hierro. Y el alcalde tiene que hacer tráfico de influencias, y lo digo así de claro, porque ve a una señora enfrente que se va a morir si espera el tiempo que le han dicho». Con estas palabras, el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá, esbozaba en el programa radiofónico Buenos días Madrid una respuesta «políticamente incorrecta» que se añade a otras como las «ventajas» que proporciona tener un cargo público pese al actual cambio de paradigma en la política. Además de estas cuestiones, en esta segunda parte de la entrevista realizada con motivo de su despedida del cargo por la periodista Ely del Valle en Onda Madrid, el alcalde analiza su gestión a lo largo de sus 14 años y revela la «espinita» que se le ha quedado clavada en todo este tiempo: la llegada del Metro a Majadahonda.
Los políticos se han convertido en presuntos sospechosos y en el caso del alcalde, algunos han cometido tropelías en asuntos de Urbanismo. Eso tampoco se debe llevar bien, ser permanentemente motivo de sospecha. Vas a un restaurante, te dan una mesa que es muy buena y siempre va a haber gente que piensa que te la han dado por ser el alcalde. Eso tiene que ser también complicado… –Sobre todo en los últimos tiempos. El ser alcalde o el tener cierto poder en la sociedad, claro que te da ventajas. Nunca lo he negado. Es verdad que los paradigmas van cambiando y lo que antes no era nada, ahora te lo pueden criticar muy fuerte. Lo que ahora no es nada a lo mejor dentro de un tiempo es un escandalazo.
¿Se tiene un trato muy directo? El alcalde va por la calle y de pronto le para un vecino para hacerle una petición. Muchas veces te habrán pedido cosas que un alcalde no lo puede hacer. –Haces cosas que normalmente los políticos no hacen. A mí me viene una señora a mi despacho y me dice que está esperando desde hace un mes y medio para que le den quimioterapia en el Puerta de Hierro. Y el alcalde tiene que hacer tráfico de influencias, y lo digo así de claro, porque ve a una señora enfrente que se va a morir si espera el tiempo que le han dicho. Y tienes que descolgar el teléfono para decir que por favor atiendan a esta señora. Y lo hago encantado, porque estás solucionando problemas de toda índole pero también estos pequeños problemas de los ciudadanos. Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes, porque cuando hay protestas fuertes, tú estás dando la cara a pocos metros de ellos. Me acuerdo de cosas tan dramáticas como tener una manifestación de niños de 12 o 10 años bajo mi despacho porque íbamos a cambiar un colegio, porque íbamos a tirarlo abajo y ya teníamos construido otro aunque estaba un poco más lejos. Pero como todo en política está manipulado, estaba todo el colegio debajo del despacho diciendo: “¡alcalde, no me tires el colegio!”. Es tremendo.
¿Cual es el proyecto que más ilusión te ha hecho a lo largo de estos años? ¿Cuál es ese otro que todavía no has conseguido pero que no te gustaría dejar descolgado? –También lo digo siempre. Los problemas en las ciudades se saben a través de encuestas, no se saben a través de lo que te rodea. Lo que te rodea son grupos de presión, o más bien, fuerzas vivas de la ciudad, que tienen sus intereses y te transmiten unos problemas, que no digo que no lo sean, pero que no son los más importantes de los ciudadanos. El problema más importante de los ciudadanos de Majadahonda son las conexiones con Madrid. La mayoría de nuestros ciudadanos trabajan en Madrid y tienen que perder unos 45 minutos por la mañana y otros tantos por las tardes. Y lo digo porque he estado así 20 años y era mi principal problema. Cuando vivía en Majadahonda mi único problema era ese, los demás todos estaban más o menos bien. Si tienes un bache delante de tu casa es muy molesto. Y aunque dices “arréglemeló” tampoco te amarga la vida.
A mí me gustaría que el proyecto de Metro que había para unir Majadahonda con Moncloa en 12 o 14 minutos se hiciese. Ha estado a punto de hacerse en tres o cuatro veces. Los proyectos han estado hechos, la primera vez le cogió la crisis y ahora todavía no se ha retomado. No es tan caro como parece, aunque hacer el Metro es muy caro. La idea era aprovechar la vía de Renfe para el trayecto largo y luego enterrar las vías en los extremos, Majadahonda y Parque del Oeste. Era factible. Hacer un túnel de Majadahonda a Moncloa era imposible, pero esto sí. Y se hará. La idea es muy buena, no sé cuándo se hará, pero ese día los ciudadanos de Majadahonda se integrarán completamente en la corona metropolitana de Madrid, pero viviendo en un oasis, porque Majadahonda es un oasis. MAÑANA TERCERA Y ULTIMA PARTE: “MIS PERSONAJES HISTÓRICOS SON BLAS DE LEZO Y HITLER. YO NO SOY COMO CARMENA: NO ME VOLVERÉ A PRESENTAR”