FERNANDO ARRABAL. Blog en español, francés… del lunes 30 de diciembre de 2024 al sábado 4 de enero de 2025; [Desde el 1° de enero de 2025 en portugués, alemán, inglés, italiano…]. Lunes 30 de diciembre [1/6 Σωσιγένης ὁ Ἀλεξανδρεύς]. El 25 de diciembre, los romanos celebraban tradicionalmente el nacimiento del Sol («dies natalis solis invicti»), ya que el astro comenzaba a salir de nuevo tras el punto bajo del solsticio del 21 al 22 de diciembre. ¿Como un afluente del requerimiento?. El cumpleaños regio de Constantino se convirtió entonces en la ocasión de festividades que lo equiparaban con el dios Sol. La íntima conexión entre el primer emperador cristiano y Sol, el dios principal del paganismo tardío, llevó finalmente a los obispos a situar el nacimiento de Cristo en esta fecha. La Natividad del Salvador eclipsaba así la cegadora presencia del dios que Constantino nunca dejaría de considerar su protector personal. Tal un águila de vuelo corto. De hecho, tras la muerte de Constantino, fue divinizado en la tradición pagana, y las monedas lo muestran subiendo al cielo en una cuadriga como la estrella divinizada cuyo lugar había ocupado, uniéndose a las nubes de las que emerge la mano del dios cristiano para darle la bienvenida. El emperador Augustus Cayo «Julio Cesar» reconoció en el año 7: «…dar órdenes es menos desagradable que recibirlas.»
Sábado 4 de enero [6/6 Σωσιγένης ὁ Ἀλεξανδρεύς] . En medallón de metal, el emperador Constantino sostiene una lanza en el hombro derecho y, en el brazo izquierdo, un escudo ornamentado en el que el Sol se eleva hacia el cielo entre una estrella (imagen en miniatura del astro del día) y una luna creciente. Debajo de los caballos, descansando sobre las olas, están la Tierra y el Océano. En el reverso: «Constantino invicto, el más grande emperador». Constantino a caballo, sostiene un cetro y levanta el brazo en señal de saludo. Está a punto de entrar en la ciudad, precedido por la Victoria y un soldado que lleva un letrero: «la feliz entrada de nuestros agustinos», en referencia a Licinio. El término «Invictus» pertenece al registro religioso del culto solar, del que es inseparable Constantino. De hecho, a partir del año 310 d.C., para distanciarse de la religión oficial de la tetrarquía centrada en Júpiter y Hércules, Constantino eligió al Sol como patrón, presentándolo como su compañero oficial (comes) con la leyenda SOL INVICTO COMITI [mi] compañero. Su conversión a la religión de Cristo en octubre de 312 no disminuye nada su entusiasmo helenista, y continua a tener al Sol como responsable de sus victorias de después del año 320. El emperador Augustus Marcus Servius «Otho» Caesar dijo después de ser salvado por un guardia pretoriano en 69: «… consiento a ser emperador con un Senado en que yo sería el único miembro».
Viernes 3 de enero [5/6 Σωσιγένης ὁ Ἀλεξανδρεύς]. Constantino llegó al poder ilegítimamente en 306, elevado al rango de emperador en contra de las reglas de la sucesión tetrárquica en Eburacum por tropas inconsolables, ante la prematura muerte de su muy querido padre, Constancio Cloro. Para hacer menos ilegítimo su poder, Constantino se conformó primero con el título de César (heredero imperial) y luego, tras casarse en marzo de 307 con Fausta, hija del tetrarca Maximiano Hércules, tomó finalmente el título de Augusto (emperador por derecho propio) el 25 de diciembre de 307 y fijó ese día como fecha de su ascensión. Las distribuciones imperiales se produjeron con ocasión de la «Entrevista de Milán» entre Constantino I, gobernante del Occidente romano, tras su victoria sobre Majencio en 312 en la batalla del Puente Milvio, y Licinio I, gobernante de las provincias orientales. El emperador Augustus «Galba» Servius Caesar dijo después de recibir el apoyo de las legiones hispánicas en el año 69: «… me esperaba lo peor, pero cuando lo peor llegó no me había preparado. »
Martes 31 de diciembre [2/6 Σωσιγένης ὁ Ἀλεξανδρεύς]. El cumpleaños regio de Constantino, como un grito hincado en el día, se convirtió en la ocasión de festividades que lo equiparaban con el dios Sol, una confusión cada vez más intolerable para la Iglesia. La íntima conexión entre el primer emperador cristiano y Sol, el dios principal del paganismo tardío, llevó finalmente a los obispos a situar el nacimiento de Cristo, el «Sol de Justicia», en esta fecha: el 24 de diciembre… La Natividad del Salvador eclipsaba así la cegadora presencia del dios que Constantino nunca dejaría de considerar su protector personal. De hecho, tras la muerte de Constantino, fue divinizado en la tradición, volviendo a correr el mismo río, y las monedas lo muestran subiendo al cielo en una cuadriga como la estrella divinizada cuyo lugar había ocupado, uniéndose a las nubes de las que emerge la mano del dios cristiano para darle la bienvenida. El emperador Augustus Tiberius «Julius Caesar» dijo en el año 21: «… hay romanos que se encierran en la obscuridad creyendo que nadie les verá.»
Jueves 26 de diciembre [4/6 Σωσιγένης ὁ Ἀλεξανδρεύς]. A partir del año 274, el emperador Aureliano introdujo la fiesta pagana Sol Invictus o Sol Invicto, para celebrar el solsticio de invierno, el 25 de diciembre. Pedestal del alboroto en alas de la rutina. No sabemos exactamente cuándo empezó a celebrarse la Navidad cristiana en este día. Pero es seguro que hacia el año 330, en el siglo IV, Roma ya celebraba el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre. Cristo se podía comparar así a un sol inconquistable. A partir del siglo V, la Navidad se adoptó tanto en Occidente como en Oriente. En la antigua Roma, el final de diciembre se celebraba con la fiesta de los Sigilarios, equivalente a la Nochevieja actual. Para darle lampiño a la hermosura. Pero las tradiciones eran diferentes: los esclavos ocupaban el lugar de sus amos y viceversa. Los romanos también se hacían pequeños regalos de terracota. Era una época anterior a los fuegos artificiales multicolores y a las celebraciones de Nochevieja con champán. El emperador Augustus Germanicus «Neron» Caivs Caesar dijo después de haber sido declarado culpable por el Senado en el año 68: «… los pequeños inconvenientes no sirven de entrenamiento para los grandes»
Miércoles 25 de diciembre [3/6 Σωσιγένης ὁ Ἀλεξανδρεύς]. Los romanos siempre tuvieron ganas de fiesta durante el mes de diciembre. Si nos remontamos a la Antigüedad, encontramos grandes celebraciones paganas siempre festivas. Dejando siempre aupada la esperanza. Roma celebraba la Saturnalia todos los años del 17 al 24 de diciembre. La gente se hacía regalos, ataviados con guirnaldas al cuello ¿con alegría?. Lo único en lo que pensaban todos era en empezar bien el Año Nuevo. Por esta razón, se sacrificaba simbólicamente un maniquí para que su vitalidad se extendiera por todo el periodo venidero. Un piñón de perdón entre los dientes. En cuanto al 25 de diciembre, debemos su importancia a un malentendido. En el año 46 a.C., Julio César reformó el calendario. Consultó a Sosígenes de Alejandría –Σωσιγένης ὁ Ἀλεξανδρεύς–. El antiguo astrónomo griego, que había ideado el calendario juliano con 365 días y 12 meses, cometió un error al fijar en esta fecha el solsticio de invierno, que anunciaba el alargamiento de los días. En realidad, fue precisamente el 22 de diciembre cuando se produjo la noche más larga del año. El emperador Augustus «Caligula» Caivs Julius Caesar dijo en el año 40: «… torturar mortalmente a los más sufridos me incita mucho después a la misericordia»
¿El milenarismo llegó al final como predijo Fernando Arrabal?
Viva la Muerte de Fernando Arrabal tiene una escena en la que un niño es cosido al cadáver de una vaca (ps. Es una película completamente loca).
Gente a la que me gusta escuchar en podcast: Peter Thiel (imagino que ya le conoces), las tertulias de «El Mundo por Montera» de Sanchez-Dragó, Tarantino si te gusta el cine, el episodio con el fundador de Vice de Joe Rogan, Mike Tyson, Iman Shumpert para NBA, Escohotado, Gustavo Bueno y luego Fernando Arrabal tiene joyas