Las primeras gomas eran caras, se deshacían y olían mal debido a la descomposición del caucho natural pero en 1839, el estadounidense Charles Goodyear descubrió la vulcanización, un proceso con azufre que hacía el caucho más resistente, elástico y duradero. Así nació la goma moderna: más limpia, eficiente y accesible. A finales del siglo XIX, empresas como Faber-Castell comenzaron a fabricar gomas en masa, con distintas formas y durezas, e incluso integradas en lápices.

MIGUEL SANCHIZ. (8 de agosto de 2025). El Ingenio Invisible. La goma de borrar: el derecho a equivocarse. Entre los objetos humildes y esenciales, pocos son tan simbólicos como la goma de borrar. No ilumina, no brilla, pero ofrece algo invaluable: la posibilidad de corregir y empezar de nuevo. Es el instrumento del aprendizaje y del ensayo. Tan común que se olvida, ha acompañado a generaciones de estudiantes, artistas y escritores, celebrando el error… y redimiéndolo. Antes de la goma: pan y migas: Durante siglos, los errores de lápiz o carboncillo se corregían raspando con cuchillas o difuminando con migas de pan. Era una solución imperfecta, que dejaba manchas y restos. El descubrimiento del caucho en el siglo XVIII transformó esa tarea.

Miguel Sanchiz y sus Encuentros con la Historia que este verano son «Ingenios Invisibles»

Un invento por accidente: En 1770, el científico británico Joseph Priestley observó que el caucho podía borrar las marcas de lápiz. Casi al mismo tiempo, el comerciante Edward Nairne comenzó a vender trozos de caucho como “substancia para borrar las marcas de lápiz”. El material era tan novedoso que aún no tenía nombre. Los ingleses lo llamaron “rubber” (de “rub”, frotar). Sin embargo, las primeras gomas eran caras, se deshacían y olían mal debido a la descomposición del caucho natural. La gran mejora: vulcanización. En 1839, el estadounidense Charles Goodyear descubrió la vulcanización, un proceso con azufre que hacía el caucho más resistente, elástico y duradero. Así nació la goma moderna: más limpia, eficiente y accesible. A finales del siglo XIX, empresas como Faber-Castell comenzaron a fabricar gomas en masa, con distintas formas y durezas, e incluso integradas en lápices.

Un ingenio invisible que, con su tacto blando y su olor a infancia, nos da el derecho a empezar 

TIPOS DE GOMAS: Hoy encontramos gomas blancas suaves para dibujo técnico, gomas de caucho rosadas, gomas plásticas más abrasivas, y gomas amasables para artistas. En los estuches escolares, las gomas de colores, con formas o perfumes, son pequeños tesoros. UN SÍMBOLO DEL APRENDIZAJE: La goma de borrar no es solo una herramienta; es una metáfora de la segunda oportunidad, de la posibilidad de rectificar. Nos recuerda que equivocarse es parte del proceso creativo. La goma de borrar no escribe, pero enseña a escribir mejor. No dibuja, pero mejora la obra. Un ingenio invisible que, con su tacto blando y su olor a infancia, nos devuelve cada día el derecho a empezar otra vez.

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