JUAN F. MTNEZ (OPINION). ¿Tienen los jóvenes y personas con sueldos más reducidos acceso a la vivienda en Majadahonda (y esto no es una excepción en toda España)? Parece que es una realidad unánime apreciar que faltan viviendas de alquiler o de dimensiones más pequeñas y accesibles a la compra en toda el territorio nacional porque todos los indicadores así lo expresan. Y mientras no se demuestre lo contrario o se invente la vivienda aérea o subterránea (y aún en ese sarcástico supuesto), las casas se construyen en el suelo. En Majadahonda existe un desarrollo urbanístico paralizado desde hace casi una década por la burocracia municipal, autonómica y estatal (como ocurre en otros lugares, por ejemplo Chamartín). Y pese a la dramática falta de vivienda, no se puede construir. ¿Por qué?. Izquierda Unida se opone –y es labor de la Oposición oponerse– pero salvo la propuesta de estatalizar el suelo, expropiar a los propietarios y burocratizar aún más los procedimientos aumentando el sector público, no conocemos el «meollo» de su lógica oposición a construir vivienda, que llama «pelotazo».

En España (y en casi todo el mundo, esta vez no hemos sido la excepción debajo de los Pirineos) hemos vivido una crisis que para muchos aún no ha terminado, concretamente para los 3 millones de parados que son la vergüenza de Europa y del mundo civilizado, menos para los políticos, que siempre encuentran trabajo cuando los echan del poder. Y el batacazo surgió procedente de una «burbuja inmobiliaria«. El «crack» de 2008 fue fruto del «bastardeo» entre banca, política y construcción, pues los tres sectores se «contaminaron» sin división de poderes, según coinciden todos los expertos. Pero la terapia para no volver a tropezar en la misma piedra no reside en condenar al desempleo y la cohabitación de padres e hijos a una generación entera por la parálisis urbanística.

Sabida es la línea editorial de este periódico en este asunto y enfoques en Europa y Estados Unidos hay sobre un problema que nadie ha atajado aún de forma resolutiva y convincente: la carestía de los alquileres y precios de los apartamentos no es algo «tipical spanish», aunque estemos en el país más despoblado y desértico del continente. Y la Comunidad de Madrid es pionera en una iniciativa loable pero insuficiente: cada promoción privada de los nuevos desarrollos urbanísticos lleva aparejada la construcción de vivienda protegida para acceso a los más débiles, así como la cesión de suelo al municipio. El problema es que en este país de ruletas y trileros, con una parte de su economía de casino nada ejemplar, las viviendas se conceden por sorteo. Y en la burocracia anida después la corrupción sobre las renuncias de los agraciados, dándose una bolsa b.

Además, el tiempo ha demostrado que los políticos y los funcionarios son incapaces de planificar nada en tiempos de crisis: si se crearan nuevos barrios con buenos accesos por autovía y transporte público, aun lejos de los centros de trabajo, a nadie le importaría irse a vivir a 20 o 30 km de los mismos si el alquiler o compra fuera asequible. Dicho lo cual, y aunque nos parece disparatado dibujar Majadahonda como una ciudad «sin comercio ni servicios de proximidad», «profundamente insostenible» e «incompatible con una vida digna» que está al borde «de una catástrofe ecológica que se nos viene encima”, publicamos el comunicado íntegro de IU (unido a Podemos en la Asamblea de Madrid) para contraponer estos dos puntos de vista sobre esta transcendente cuestión:

COMUNICADO DE IU SOBRE VIVIENDA EN MAJADAHONDA. «El pasado día 9 de junio la Asamblea de Izquierda Unida Majadahonda registró un escrito de alegaciones al nuevo desarrollo urbanístico que planea el Partido Popular para Majadahonda y que fue aprobado la pasada legislatura con los votos a favor del PP y Ciudadanos. El escrito llevaba también la firma de la coportavoz de Izquierda Unida Madrid y diputada en la Asamblea de Madrid, Sol Sánchez, quien hoy día 14 de octubre ha registrado 4 preguntas y una solicitud de información sobre la operación». «Izquierda Unida plantea que la magnitud de los cambios planteados por el Ayuntamiento trasciende los límites de lo que se permite para una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que requiere, por sus implicaciones en el resto del municipio, el uso de la fórmula de Revisión del PGOU, Además, dadas la cercanía del agotamiento del suelo disponible en el municipio, y la escasez de determinadas dotaciones en el conjunto del mismo, la consideración en el momento actual de la totalidad de nuestro territorio y sus necesidades a través de la Revisión del PGOU permitiría afrontar el reequilibrio de nuestra ciudad garantizando las dotaciones e infraestructuras necesarias bajo el imprescindible reto del cambio climático y la sostenibilidad».

«Otro de los aspectos que lleva a Izquierda Unida a oponerse a esta operación tal cual está planteada es porque plantea un importante aumento de la edificabilidad pasando de 1.931 viviendas con el Plan original a 3.659 que es el deseo y propuesta de los promotores, es decir más de un 89% de incremento. En el “juego” de ir posponiendo la construcción de la vivienda protegida de anteriores desarrollos, obliga a aumentar la densidad de viviendas en Arco de Poniente, garantizando así el negocio de los promotores por la construcción de más vivienda libre sin protección. A juicio de Izquierda Unida, se debe mantener la densidad de viviendas por hectárea garantizando que las que se construyan sean de protección, tal y como marca la normativa en vigor, evitando así la especulación y la vivienda inaccesible para la gran mayoría de la población de Majadahonda«.

«Por último, Izquierda Unida plantea una cuestión de fondo en sus alegaciones relacionado con la sostenibilidad y el desarrollo de Majadahonda, ya que el municipio ha superado a día de hoy los límites de población que se planteaban en el Plan General de Ordenación Urbana y con el desarrollo de Arco de Poniente supondrá un aumento de población de más de 10.000 personas, sin contar que todavía queda pendiente al menos otro desarrollo urbanístico más. Ante esta cuestión la diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, Sol Sánchez, ha preguntado al Gobierno Regional sobre las medidas que está tomando para hacer cumplir la normativa urbanística en este caso y ha solicitado información para tratar de constatar la existencia o no de precedentes de operaciones de estas características en la Comunidad. Finalmente, ha preguntado al gobierno de la Región sobre su valoración ante la negativa del anterior gobierno municipal a incorporar la sobrecarga poblacional que tiene Majadahonda y la cuestión del cambio climático así como la preservación de recursos y la biodiversidad como base para un desarrollo territorial sostenible».

«Lola Sánchez portavoz de la Asamblea de Izquierda Unida Majadahonda comentó: “Majadahonda es una ciudad profundamente insostenible, con barrios todavía desconectados del conjunto del municipio, sin comercio ni servicios de proximidad, condenando al uso del vehículo privado para desplazarse constantemente, lo que genera enormes problemas de tráfico y contaminación. Esta nueva operación ahonda en un modelo de ciudad incompatible con una vida digna y solo al servicio de quienes especulan con la vivienda. A su vez, Sol Sánchez, diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid comentó: «Con la unánimemente aprobada Operación Chamartín, y con la operación de Arco de Poniente en Majadahonda, asistimos a un intento de reactivar la burbuja del ladrillo en nuestra Comunidad. Es una muestra de que los partidos que apoyan estos pelotazos no tienen alternativa de modelo productivo para nuestra región y por muchas iniciativas verdes que proclamen no tienen ningún plan para evitar la catástrofe ecológica que se nos viene encima”.