José María Rojas en la carpa de Ciudadanos (Cs) situada en la Gran Vía de Majadahonda

José María Rojas en la carpa de Ciudadanos (Cs) situada en la Gran Vía de Majadahonda

FEDERICO UTRERA. *Doctor en Comunicación Audiovisual, profesor, editor, escritor y periodista. El científico de Majadahonda, José María Rojas, retoma su conversación sobre asuntos políticos y de ahí que en esta parte de la extensa charla que se publica este domingo 7 de mayo (2023) la primera pregunta sea sobre su pasado político y su salida de Ciudadanos (Cs). ¿Le fallaron todos?. –No, quienes nunca me fallaron fueron Juan Carlos Girauta y Antonio Espinosa, mis auténticos “brothers in arms”. Respecto a Albert Rivera, no le traté, pero siempre daba la impresión de ir muy acelerado, aunque es cierto que el partido se hundió cuando se marchó. Ya no era Ciudadanos. No sé si hizo bien en dimitir o no, le pidió el cuerpo hacerlo y fue un gesto de dignidad. Ha sido el único político que llevó hasta el final lo que había prometido (pese a presiones de todo tipo, incluyendo parte del IBEX) que era no aceptar a Pedro Sánchez, pero había un sector en la Ejecutiva de Cs que se dedicó a conspirar y hacer doble juego. Ahora sale el libro de Fran Hervías y supongo que contará algunas cosas al respecto.


Nuevo capítulo de la conversación entre el científico José María Rojas y el doctor en Comunicación Audiovisual, Federico Utrera

¿Recuerda al final de UCD, cuando Paco Ordóñez filtraba temas internos?. –Pues lo mismo. Dentro y fuera de Cs se extendía la idea de que Albert debía pactar con Pedro Sánchez (algo que no se pedía a Casado, cuando PP y Cs estaban casi a la par en diputados). Yo mismo opinaba igual, pero la historia ha demostrado quién es Sánchez y que la postura correcta siempre fue decir “No”. El problema es que habitualmente no queremos conocer la verdad, preferimos el engaño de los fuegos fatuos. Albert Rivera demostró su grandeza en no doblegar su creencia por el sendero correcto y eso le eleva por encima de cualquier figura del panorama político actual. Personalmente reconozco mi equivocación de criterio y, como soy racional y científico, no me importa afirmar ahora que Rivera, Villegas, Girauta, Hervías y un largo etcétera tenían razón y yo no.

La vida es cíclica y se repite, también en la política… –Luego llegó Inés Arrimadas, yo tenía mis suspicacias, había cosas que no me gustaban de ella: abandonó Cataluña cuando había ganado las elecciones y volvía la idea de esa cosa meliflua y bizcochable llamada “constitucionalismo catalanista”. El detonante, en mi caso, fue la reacción interna a los resultados de las elecciones autonómicas en Cataluña (febrero de 2021): pasamos de 36 diputados y ser la fuerza más votada, a 6 escaños y penúltimos. No hubo ni la menor autocrítica, ni por supuesto nadie dimitió, cuando en proporción el descalabro fue mayor que el de las generales de 2019 y que supuso la dimisión de Rivera y su núcleo duro de la Ejecutiva de Cs. La campaña catalana la llevó el entorno de Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa, con errores brutales y estrategias desnortadas, pero según ellos la culpa era la herencia recibida (supongo que en referencia al equipo de Rivera), cuando si meditaran sus palabras se darían cuenta que esa herencia fue la que les había llevado al mayor éxito electoral en Cataluña (36 puestos en 2017) y que ellos solitos dilapidaron. Pensé: ¿pero esto qué es?, ¿se hunde la casa madre y nadie levanta la voz?.

¿Que repercusiones hubo en Majadahonda?. –En esa época planteaba presentarme en las elecciones a Coordinador de la Junta Directiva de Cs en Majadahonda, un error que ya cometí: en mayo de 2017 pasó igual y, antes de hacerlo, abandoné Cs, hastiado hasta la náusea de las maquinaciones del aparato, aunque regresé en noviembre, como reacción al golpe de Estado en Cataluña. Recuerdo que hubo una asamblea online por zoom, allí comenté que se deberíamos exigir responsabilidades internas por el desastre electoral en Cataluña y Cs se tendría que refundar antes de seguir en esa deriva (luego se hizo algo cosmético). Salvo con algunas excepciones, me quedé solo, y la parte institucional (grupo municipal) no estaba por nada disruptivo (ya habíamos tenido diferencias de criterio en otros temas). Además, me entero que los concejales no sólo seguirían las indicaciones del “aparato” de votar al candidato “oficialista” (omitiré el nombre), sino que algunos de ellos irían dentro de esa candidatura. Esa noche le dije a una persona amiga: “¿me conoces de años y apoyas a ése trepa porque lo dicen desde arriba?”. Poco después anuncié que no me presentaba y cursé mi baja definitiva de Ciudadanos. Luego, en el pecado llevaron la penitencia: acabaron como el rosario de la aurora con el vencedor oficialista.

De ahí al abismo… –Poco después vino el esperpento de la moción de censura en Murcia y el “interruptus” en Madrid, con la presentación de Edmundo Bal como cabeza de lista a las elecciones de nuestra Comunidad. Edmundo llega con su moto y chupa de cuero, su trayectoria de Abogado del Estado (enfrentado a Pedro Sánchez por el golpe en Cataluña), intelectualmente más brillante que Ignacio Aguado (mérito poco complicado) y el club de fans que le seguía en bus descubierto. Resultado: 0 diputados… y ahora quiere ser la alternativa de todo porque él sabe la esencia de Cs. ¡Pero chico!, ¿a dónde vas?. Durante el doctorado residí en el CMU Cesar Carlos, el único Colegio Mayor de posgraduados en Madrid, donde había muchos opositores al cuerpo de Abogados del Estado (y a otros de la alta administración estatal) y pude entender que se puede ser brillante en ciertas facetas profesionales y a la vez un merluzo en aspectos básicos de la vida.

Un juez que sacó una oposición muy dura me dijo que éstas lo único que demostraban era que el opositor tenía una gran vejiga para sentarse a estudiar sin moverse (risas)… –Y, en este caso concreto, con un ego más alto que mi hipertensión (risas). Ahora estamos en la penúltima fase de un esperpento que no se comprende, siguiendo el dicho «ni se muere padre, ni cenamos«. Da la sensación de una lucha por ser quién pone el último clavo al ataúd de Cs. Un espectáculo denigrante. ¿Pero que se creen que van a sacar?. Por un mínimo sentido de dignidad hacia lo que fue Ciudadanos, hay que despedirse, con solemnidad y con cariño, enterrar este proyecto muerto. La idea es necesaria y continúa ahí, pero no se supo llevar, fracasamos y yo asumo también mi parte, por supuesto. A finales de año, tal vez vuelva a gobernar el PP y quizás en un futuro surja algo similar a Cs, confío que sin ese rollo del centrismo que es una gilipollez. Ser liberal no significa que tengas qué ser centrista, equidistante o moderado, más bien implica contundencia contra la corrupción, el déficit presupuestario, los ataques a la libertad individual, opuesto a las mentiras y a las tonterías independentistas e identitarias y asumiendo internamente la defensa de la libertad y la igualdad. Y si estás a favor de la libertad de opinión no puedes promover «cazas de brujas«.

¿Y la célebre defensa de la meritocracia…?. –Otra leyenda. El partido que iba a ser el de los profesionales de la política y no el de los políticos profesionales, donde cada uno tenía su trabajo al dejar la política y ahora… Eduardo González y yo éramos partidarios que los concejales no cobrasen si estaban en la oposición y por supuesto nada de asesores a cargo del presupuesto municipal. Éramos dos frikis en eso, dos bichos raros. ¿Cuántos concejales hay en el Ayuntamiento de Chicago? ¿Y cuánto cobran?. Federico Utrera: Pues exactamente 50 concejales para 50 distritos, lo sé porque mi hijo estudió en el Estado de Illinois, cuya capital es Chicago, y estuve allí. Y no llega a los 3 millones de habitantes. En Majadahonda son 25 concejales para 75.000 habitantes y cobran 13. En la Comunidad de Madrid somos casi 7 millones de habitantes y hay 2.300 concejales. Es una exageración, pero si tuviéramos el ratio de Chicago sobrarían 2.200.

José Mª Rojas:–Por muy crítico que pueda ser con Ciudadanos, creo que en Majadahonda lo hicieron muy bien durante los últimos años. La primera etapa (2015-2019) fue bastante caótica, pero en la última época (2019-ahora) y con Ana Elliott de líder estuvieron más eficaces, siempre con un toque excesivamente moderado para mi gusto, pero investigaron, fueron proactivos y, pese a sufrir denuncias y amenazas, han estado muy bien (el mejor grupo municipal de largo). Obviamente, si el anterior alcalde (Narciso) parece Churchill comparado con el actual (Álvarez Ustarroz), los de Cs en Majadahonda, comparados al grupo municipal del PP, es la reunión de los Sabios de Sion. Como Ayuso es lista y está bien asesorada seguro que hará una limpia en la candidatura local del PP, salvo algún caso de pacto extraño con Feijoo. Los debe laminar, no porque sean casadistas, sino por inanes. Su principal valor era la juventud (como el alcalde), algo que caduca pronto y con el inconveniente de la inexperiencia. Estos chicos no sé si harán un Erasmus, prepararán Oposiciones o algo normal en la vida… porque intuyo que el PP no volverá a contar con esta gente ya que si los hubiera presentado, entonces me movilizo para que todos, absolutamente todos los partidos se unan frente a ellos. Confío en que sea otra candidatura la del PP, por el bien de Majadahonda. (Continuará).

Majadahonda Magazin