MANU RAMOS. Un insólito juicio se celebra este lunes 9 de octubre (2023) por un suceso ocurrido en Majadahonda y del que no se había tenido antes noticia: «El fiscal pide hasta 10 años de cárcel para 5 guardias civiles por dar una paliza a un detenido. «Estando arrinconados en una pared, de repente, sorpresiva y arbitrariamente, sin mediar previamente ninguna clase de comportamiento agresivo, comenzó a ser golpeado», señala el periodista Pablo Gabilondo en El Confidencial en su edición de este viernes 6 de octubre. Los hechos se remontan al 1 de diciembre de 2019, cuando los agentes recibieron un aviso de que 2 jóvenes ebrios estaban causando molestias a los conductores en una zona de Majadahonda: “En concreto a los vehículos que se encontraban circulando en las mismas, deteniendo los vehículos y golpeándolos con una botella de cristal, increpando e insultando a los conductores así como al resto de viandantes”. Al llegar al lugar, dos agentes de la Policía Local de Majadahonda les advirtieron de que ya habían levantado acta contra ellos, pero, «ignorándose exactamente las razones», los guardias civiles acudieron a una gasolinera próxima donde se encontraban los jóvenes».
DOS AGENTES DE LA POLICIA LOCAL LEVANTARON ACTA Y LA GUARDIA CIVIL ACUDIO A UNA GASOLINERA CERCANA DONDE SE ENCONTRÓ CON LOS JOVENES. El periodista revela que el informe del Fiscal dice que los 2 jóvenes que habían montado la «bronca» fueron conducidos a la zona exterior del lavadero de la gasolinera «y estando arrinconados en una pared hablando con los agentes de la Guardia Civil, de repente, sorpresiva y arbitrariamente, sin mediar previamente ninguna clase de comportamiento agresivo por parte de P. J., este último comenzó a ser golpeado, con los puños cerrados, reiterada e innecesariamente, por los acusados M. A. S. E. y L. M. S. E., quienes derribaron a P. J., cayendo éste al suelo, donde continuaron con los golpes una vez incluso inmovilizado, quien, durante el trance de la agresión, no se reveló en ningún momento contra los agentes», explica el escrito de acusación. La Fiscalía apunta a que el joven «nunca arremetió contra los agentes de la Guardia Civil, ni antes ni durante ni después de estar siendo golpeado por estos últimos, quedando reducido y engrilletado infundadamente con las manos a la espalda y con todo el cuerpo boca abajo durante aproximadamente 10 minutos con el frío y el suelo mojado«. Pese a ello, le denunciaron por desobediencia a los agentes de la autoridad, y ahí es donde el fiscal entra a valorar el papel de los otros 3 guardias civiles: «Observando directamente la conducta anteriormente relatada, y teniendo todos ellos la posibilidad de intervenir, no mostraron descuerdo alguno durante la actuación».
«EL JOVEN EBRIO P. J. OFRECE UNA GRAN RESISTENCIA ACTIVA». «Una vez detenido sin «causa legal para ello», los guardias civiles redactaron un atestado en el que aseguraban que el joven había hecho «un amago de golpear» y que tras lograr «apartarse de la trayectoria de la agresión», se produjo un forcejeo: «Debido a que la persona ofrece una gran resistencia activa, ambos caen al suelo junto a P. J., ya que este se encuentra lanzando patadas y aspavientos continuos hacia los agentes, junto con la adversidad del estado del pavimento el cual se encuentra mojado debido a las inclemencias meteorológicas, hasta que finalmente logran reducirlo totalmente con la mínima fuerza indispensable y proporcional, procediendo así a su detención». Según la Fiscalía, este atestado «no se correspondía con la realidad», tal y como refleja el parte de lesiones: el joven sufrió una «contusión nasal, equimosis en párpado superior de ojo derecho, laceración en cara interna de labio superior y discreto bultoma en zona occipital izquierda«, mientras que solo uno de los agentes presentó «tendinitis postraumática del manguito rotador del brazo derecho y contusión en la cadera derecha». Para la Fiscalía, las lesiones del guardia civil «fueron consecuencia del comportamiento agresivo que él mismo desplegó, no habiendo quedado acreditado que sean imputables a una conducta de resistencia o acometimiento físico», indica la noticia.
EL FISCAL PIDE PRISION PARA LOS GUARDIAS CIVILES. Y concluye: «La Fiscalía Provincial de Madrid solicita penas que van desde los 4 años y medio hasta los 10 años de prisión para 5 guardias civiles por dar una paliza a un joven cuando ya estaba en el suelo boca abajo y con las manos engrilletadas. Según el escrito de acusación, solo 2 de ellos propinaron los golpes, pero los otros 3 en ningún momento intervinieron y colaboraron en la falsificación del atestado para tratar de justificar la actuación», finaliza la reseña del escrito de la Fiscalía. La Audiencia Provincial de Madrid tiene previsto celebrar el juicio este lunes 9 de octubre (2023) y la Fiscalía les imputa los delitos de detención ilegal, falsedad en documento oficial y contra la integridad moral».
Leyendo el artículo la sensación es que los Guardias Civiles son los delincuentes y los agresores las pobres víctimas. La GC se juega su integridad física por el ciudadano (cualquiera de nosotros) y en cuanto es necesario hacer el más mínimo uso de la fuerza hacemos un juicio paralelo y ponemos el altavoz a la petición de 10 años de prisión.
Y paralelamente en esta misma noticia ni un solo reproche ni un solo comentario acerca de qué pena se pide para los delincuentes que atacaban a los ciudadanos.
Es vergonzoso, estúpido y peligroso el «buenismo» en el que estamos cayendo cada día más.
Estoy totalmente de acuerdo con que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tengan limitaciones en el uso de la fuerza (faltaría más) , pero no es esto lo que se desprende del artículo, que no se limita a informar sino que tiene tintes de sentencia.
Acabaremos consiguiendo que este colectivo (Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado) acabe estando desierto porque nadie querrá arriesgarse a ser víctima de sufrir las consecuencias del acoso y derribo por informaciones de este tipo. Ojalá esto no ocurra nunca porque entonces echaremos mucho de menos el uso (lamentable pero en muchas ocasiones inevitable) de la fuerza para combatir la delincuencia.
Hay que perseguir y erradicar la delincuencia, no a los que la combaten. Que triste tener que recordar constantemente algo tan elemental…
Pues que se haga justicia