Cerro del Aire: urgencias cerradas y desviadas a Puerta de Hierro, teléfonos descolgados, goteras…

CATHY BOIRAC. Los Centros de Salud de Majadahonda a examen. El pasado 1 de noviembre (2020), nuestra Asociación Vecinal de Majadahonda se dirigió al Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid para exponerle la situación por la que atraviesan nuestros Centros de Salud, Cerro del Aire y Valle de la Oliva, en plena pandemia y por entonces con 518/100.000 casos. A día de hoy no hemos recibido respuesta. Destacábamos los siguientes puntos: 1-Nuestros centros de salud, en contra de lo que recomiendan los expertos de forma unánime como primera medida para luchar contra el coronavirus, no han visto reforzados sus recursos, contando con el mismo personal que tenían en 2015. No existe suficiente personal de rastreo en estos centros y tiene que ser el propio enfermo quien comunica con sus familiares y contactos, lo que no creemos que de muchas garantías.


Cathy Boirac

2-Se cerró en marzo, hace ya siete meses, el Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) del Centro de Salud Cerro del Aire, lo que supone que nuestros vecinos han pasado a utilizar las urgencias del Hospital Puerta de Hierro, lo que aumenta su saturación en momentos en que debería buscarse lo contrario. 3-La atención al usuario que se realiza en los Centros de Salud, no solo es deficitaria en la atención personal a los pacientes, principalmente por línea telefónica, siendo, paradójicamente, difícil establecer comunicación, sino también en lo relativo a la entrada de pacientes Covid y no Covid, que se realiza por la misma puerta y al tiempo, lo que genera colas de espera en la calle, insoportables cuando las condiciones meteorológicas son adversas.

4-Problemas estructurales. Debido al casi nulo mantenimiento de los últimos años, el Centro de Salud más antiguo de los dos, Cerro del Aire, muestra sus deficiencias y genera problemas para quienes allí trabajan o son sus usuarios, que exigen que la Comunidad de Madrid los asuma y solucione. Tras cuarenta años de uso intensivo, existen continuas fugas de agua por rotura de conducciones, deficiencias en la canalización de aguas que producen goteras, levantamientos de suelos y desperfectos en la estructura interior y averías constantes en la sala de máquinas.

 

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