Cine: tras el premio en el Festival de Málaga, Jimena Rodríguez Herrera busca ahora ayuda a través del socorrido crowdfunding para obtener los recursos económicos necesarios y rematar su primer trabajo como directora

LIDIA GARCIA. La cineasta de Majadahonda (Madrid) Jimena Rodríguez Herrera, que actualmente estudia cine en Barcelona, ha sido premiada en Festival de Cine de Málaga este miércoles 6 de marzo (2024) en el apartado de jóvenes talentos por su proyecto de cortometraje titulado “Romance de la Luna, Luna”, poema de Federico García Lorca. El corto «nace de un recuerdo de la infancia de la directora, un verano borrado. Una niña llena de miedos que se aferra a su madre, durante el primer verano que pasan sin su padre, en un lugar completamente desconocido y ajeno para ella.


Lidia García

Apadrinado por el Festival de Cine de Málaga, recibió el galardón de «Ayudas a la Creación Audiovisual» asegurando su estreno en el año 2025 en la próxima edición del festival, señala la sinopsis de esta obra, que está recabando financiación en la plataforma Goteo.org para poder ser concluida, ya que le faltan 2.500 euros para acabarla. Jimena Rodríguez Herrera se crió y mamó el cine en los cines Zoco de Majadahonda, donde Gabriel Rodríguez, padre de Jimena, socio fundador y presidente durante sus 9 primeros años de existencia, ayudó, junto a numerosos voluntarios y vecinos de nuestra ciudad, a sacar adelante este noble proyecto cinematográfico. Jimena Rodríguez Herrera busca ahora ayuda a través del socorrido crowdfunding para obtener los recursos económicos necesarios y rematar su primer trabajo como directora.


Cine: María (38) lleva a sus dos hijas Elia (9) e Isabel (12) a pasar las vacaciones a una comuna a las afueras de Sevilla

LA SINOPSIS DE LA OBRA ES LA SIGUIENTE: María (38) lleva a sus dos hijas Elia (9) e Isabel (12) a pasar las vacaciones a una comuna a las afueras de Sevilla, establecida en un cortijo abandonado en el centro de un antiguo volcán, donde hombres, mujeres y niños de distintas procedencias, viven al margen de la ciudad. Un día, mientras las hermanas y otros niños se bañan en la alberca, varias mujeres comienzan a hacer un sonido a la vez, al que cada vez más voces se unen, y se llevan con ellas a Isabel, la hermana mayor. Durante el resto del día, Elia se queda sola con los hombres y el resto de niños. Nadie le dice dónde están su madre y su hermana, y cuando pregunta, solo le hablan de la luna. El verano, los niños, el espacio… embellecen la soledad que siente la protagonista, una niña que, aún acompañada en todo momento por gente de esa comunidad, solo busca el cuidado y la compañía de su madre. En este espacio tan idílico, cuando todas las mujeres, incluidas su madre y su hermana, desaparecen y se queda sola con los niños y los hombres, es cuando, por primera vez, se tiene que enfrentar verdaderamente a la soledad y a su reciente herida de abandono, mientras cree que su única salvación es recuperar a su madre, su lugar de confort».

El corto «nace de un recuerdo de la infancia de la directora, un verano borrado. Una niña llena de miedos que se aferra a su madre, durante el primer verano que pasan sin su padre»

«LA HISTORIA SE DESARROLLA EN UN CORTIJO A LAS AFUERAS DE SEVILLA, donde nos desplazaremos para llevar a cabo el rodaje durante la semana del 10 al 17 de junio. Bajo la luna de Sevilla, Elia se adentra en un viaje de verano, donde la realidad se desdibuja y la emoción se teje en cada rincón de un lugar extraordinario, onírico, y natural. En las afueras de la ciudad, un cortijo silencioso se alza como un refugio, pero para Elia, se convierte en un escenario de aislamiento, desconocimiento y confusión. En cuanto a referentes cinematográficos, el relato se inspira en varias obras semejantes con el cortometraje en algunos aspectos narrativos como Aftersun (Charlotte Wells) y La Ciénaga (Lucrecia Martel) en cuanto al recuerdo veraniego, Cría Cuervos (Carlos Saura) hablando sobre relaciones materno filiales y tomando de referencias algunas obras que narran el mundo femenino místico como Retrato de una mujer en llamas (Céline Sciamma)«, señala la autora.

La película es una transposición del poema de Lorca en la experiencia personal de la autora

«AL TRATARSE DE UNA PRODUCCIÓN QUE TIENE SU ORIGEN EN CATALUÑA, desplazarse hasta Sevilla en pleno mes de junio suponía contar con al menos un 50% del equipo local, pues apostamos por la creación de posibles puestos de empleo y oportunidades artísticas locales allá donde vayamos, así como la posibilidad de aliarnos con alguna productora andaluza con el fin de crear un producto auténtico y real. Si hablamos de tangibilidad, consideramos “Romance de la Luna, Luna” un cortometraje viable a la hora de producir gracias -entre otras cosas- a las sencillas necesidades que tiene y de la manera en la que hasta ahora se han ido cubriendo. Los fuegos que pueden aparecer durante el proceso resultan bastante fáciles de apagar gracias a que contamos con un equipo resolutivo, profesional y, como a mí me gusta decir “apañado”. En cuanto a presupuestos, jugamos con un objetivo alcanzable, donde quizás lo que puede llegar a encarecerlo es la logística y el transporte tanto de equipo humano como de material desde Barcelona así como las posibles remuneraciones a las que aspiramos. Actualmente nos encontramos en la búsqueda de una productora local para coproducir junto a Tralla Estudio en el Service«, finaliza Jimena Rodríguez Herrera.

«Romance de la luna, luna» expresa la dramática muerte en soledad de un niño con un juego constante de alusiones de gran belleza y potencia visual. El niño habla con la muerte, simbolizada por la luna, a quien suplica que le lleve con ella.

ROMANCE DE LA LUNA, LUNA. FEDERICO GARCÍA LORCA. A Conchita García Lorca. La luna vino a la fragua / con su polisón de nardos. / El niño la mira mira. / El niño la está mirando. / En el aire conmovido / mueve la luna sus brazos/ y enseña, lúbrica y pura, / sus senos de duro estaño. / Huye luna, luna, luna. / Si vinieran los gitanos, / harían con tu corazón / collares y anillos blancos. / Niño, déjame que baile./ Cuando vengan los gitanos, / te encontrarán sobre el yunque / con los ojillos cerrados. / Huye luna, luna, luna, / que ya siento sus caballos. / Niño, déjame, no pises / mi blancor almidonado./  El jinete se acercaba/ tocando el tambor del llano. / Dentro de la fragua el niño, / tiene los ojos cerrados. / Por el olivar venían,/ bronce y sueño, los gitanos./ Las cabezas levantadas/ y los ojos entornados. / Cómo canta la zumaya, / ¡ay cómo canta en el árbol! / Por el cielo va la luna / con un niño de la mano./ Dentro de la fragua lloran, / dando gritos, los gitanos. / El aire la vela, vela. / El aire la está velando.

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