El Juvenil B del Rayo Majadahonda pierde la categoría nacional a pesar de haber obtenido 10 puntos de 12 en los 4 ultimos encuentros y de haber disfrutado de numerosas oportunidades de haber ganado en Móstoles. El partido comenzó a continuación del de sus «mayores» pero no se movió el marcador a lo largo de los 90 minutos. El «míster» Pedro Calvo planteó un partido de contención en el primer tiempo, dado el desgaste físico de ambas escuadras y el abrumador calor en el terreno de juego. Ninguno de los dos equipos lograba perforar la meta rival, aunque el punto le valía al Móstoles y al Rayo no. Fueron ligeramente superiores los locales en esta primera mitad, pero eso no amilanó al Rayo en la segunda: tras aguantar los primeros 15 minutos, llegaron más frescos que sus rivales hasta el minuto 60 y fue ahí cuando los de Pedro Calvo, que habían guardado fuerzas para el final trepidante de partido, se lanzaron a la yugular de su rival. El Móstoles aguantaba las embestidas como podía y las ocasiones se sucedían hasta el punto de que se mascaba ya el gol visitante. La última jugada fue la más desgraciada y se produjo en el último minuto de los 4 de descuento: Angel llega hasta la línea de fondo tras robar un balón imposible y cuando va a realizar el previsible pase de la muerte, con 3 rayistas a la espera, opta por buscar el tiro casi sin ángulo. Ahí se acabó la posiblidad de victoria del Rayo.
Ya había que esperar a las carambolas y aún así se dio la primera al empatar el San Fernando en casa del colista. Las miradas se dirigían entonces a Moratalaz, donde los locales ya no se jugaban nada tras birlarle el Trival el ascenso a última hora con su inesperada victoria ante el Real Madrid. La Federación Madrileña de Fútbol no quiso unificar horarios y cuando salieron al campo, los de «Morata» ya sabían que no podían ascender, mientras que el Pinto necesitaba imperiosamente el triunfo para mantenerse a costa del Rayo Majadahonda. Y pasó lo que tenía que pasar: que ganó el que más empeño puso, porque además el rival no compareció, para desesperación de su propio público y afición, que llegó a pedir en la grada la cabeza del «míster».
En la primera parte aún se conservó la ficción del partido, con un Moratalaz infinitamente superior al Pinto aún plagado de suplentes. Y ya en la segunda ni disputó balones, ni luchó por llegar al área, ni se salía del fuera de juego… Un espectáculo bochornoso que causó la citada dispersión de horarios de la última jornada, obligada en todas las competiciones del mundo. «Spain is different»… todavía. Y la Federación abona esta chapucería, que dejó sin opciones la permanencia del Rayo Majadahonda B, ya que el Pinto ganó al Morata finalmente por 0-2, ambos goles en el segundo tiempo y el último en el descuento.
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