
«Lo que vino después como broche de oro, regalo al público y homenajes a Rafael Farina y a Carlos Cano/Amalia Rodrigues, a pie de escena, fue indescriptible, faltan palabras, había que estar allí para escuchar “Mi Salamanca” y después terminar con la copla/fado/pasodoble, “María la portuguesa”, una canción que dio la vuelta al mundo, que sigue vigente y que esconde no pocas historias, entre otras que puso fin pese a algunos, al veto institucional andaluz sufrido por Carlos Cano. Pero también escondía otra historia, la de un Carlos Cano obsesionado con el disco “Fado” de Amalia Rodrigues, con letras de Federico Valerio, escritas allá por los años cuarenta, que puso fin años después al desprecio sufrido por el fado durante el salazarismo».
TERESA FDEZ. HERRERA. “Flamenco por Cantaora” con Argentina. Auditorio de la Casa de la Cultura Carmen Conde, sábado 23 de noviembre (2025), tercer evento del Festival Flamenco Ciudad de Majadahonda. En escena la cantaora de Huelva, Argentina, con su concierto “Flamenco por cantaora”. Se presenta acompañada por un elenco de grandes artistas de guitarra, compás y percusión. El reconocido guitarrista y compositor jerezano e internacional José Quevedo Bolita. Cái no podía faltar a esta cita, con los coros, palmas, y jaleos de Jorge Bautista y del percusionista Roberto Jaén, este último miembro del Cuarteto de Cái, que lidera su cuñado el gran artista David Palomar; ambos, Bautista y Jaén entre los más señeros gaditanos con denominación de origen: Argentina. A su voz soprano lírica con registros puramente flamencos, hay que añadir toda una serie de elementos cruciales que ella posee: Elegancia, clase, estilo, personalidad, comunicación y cercanía con el público y con sus artistas. Cuando canta de pie demuestra ser tan buena actriz como cantaora/cantante, cuando se sienta, eleva su figura manteniendo el tronco recto, las rodillas juntas, su marca de elegancia, que influye en un braceo lleno de arte y armonía. Ese sería mi retrato completo de Argentina. Un repertorio versátil, que empezó por lo que ella denominó asturianas al estilo flamenco, con la letra de “Soy de Pravia”. Otra de las cualidades del cante de Agentina, es que se entiende todo lo que dice, lo que enriquece su arte en la percepción del espectador. Ella y Carmen Linares, que cerrará el festival majariego el próximo sábado 29, son maestras en saber cantar, decir y comunicar.
SIGUIÓ POR TONÁS, PRIMIGENIAS DEL CANTE, EN SOLITARIO, SIN GUITARRA NI PALMAS. Las tonás son quizá el cante más puro de los palos flamencos. Argentina cantó por toná grande, el cante complejo y oscuro de desamor y desesperación. Cante rodeado de silencio y emociones propias. Argentina es consciente del efecto de los grandes contrastes en el público. Por eso siguió por alegres y picarescos tanguillos de Cái que empalmó con una soberbia guajira, apostando por los cantes de ida y vuelta, que por algo Cádiz es desde siempre la puerta de América. Tronco central festero del concierto, que nuestra cantaora es sabia en transmitir emociones muy precisas a su público y aquí todo tiene su porqué. Los verdiales de Málaga, las bulerías de Jerez, la rondeña de tierras altas, en guiño a Enrique Morente con “Dame veneno”.

«Y luego está la historia que esconde María la Portuguesa. Y la única vez que Amalia y Carlos la cantaron juntos cuando la “Rainha do Fado” recibió la Medalla de Honor de la Complutense en 1990, y esa única vez se cambió María por Amalia».
HOMENAJE A CARLOS CANO. Un punto y aparte, con cambio de vestuario, para que Bolita diera su concierto de guitarra de composición propia, haciendo reír o gemir a las seis cuerdas, haciendo corazón de su música y dejando jirones de alma por el camino. Un inciso dramático por seguiriyas, para luego sumergirse en la alegría de los fandangos de Huelva, que en esta ocasión no fueron el final del concierto, porque Argentina ya antes había introducido la copla en su concierto, pero lo que vino después como broche de oro, regalo al público y homenajes a Rafael Farina y a Carlos Cano/Amalia Rodrigues, a pie de escena, fue indescriptible, faltan palabras, había que estar allí para escuchar “Mi Salamanca” y después terminar con la copla/fado/pasodoble, “María la portuguesa”, una canción que dio la vuelta al mundo, que sigue vigente y que esconde no pocas historias, entre otras que puso fin pese a algunos, al veto institucional andaluz sufrido por Carlos Cano. Pero también escondía otra historia, la de un Carlos Cano obsesionado con el disco “Fado” de Amalia Rodrigues, con letras de Federico Valerio, escritas allá por los años cuarenta, que puso fin años después al desprecio sufrido por el fado durante el salazarismo. Y luego está la historia que esconde María la Portuguesa. Y la única vez que Amalia y Carlos la cantaron juntos cuando la “Rainha do Fado” recibió la Medalla de Honor de la Complutense en 1990, y esa única vez se cambió María por Amalia. Y Argentina en la Carmen Conde supo como terminar su concierto, con ese homenaje a una canción y a dos artistas. Quienes estuvimos allí, siempre recordaremos como fueron los aplausos.







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