Drs. ANTONIO ALONSO MARTIN/ J. Mª ANTON GARCIA. El informe epidemiológico semanal de la Comunidad de Madrid en su semana 5 (2019) nos alerta que con 245 casos por cada 100.000 habitantes, su difusión geográfica es epidémica, la intensidad global es alta y la evolución es creciente. Nuestra población de Majadahonda no es una excepción a esta situación. No vamos a entrar en detallar los datos puesto que ya han sido descritos con anterioridad. Vamos a centrarnos en el problema de fondo que constituye la atención a estas personas de una forma eficaz y eficiente para nuestro Sistema Nacional de Salud. En los medios de comunicación empiezan a aparecer mensajes sobre la saturación de los servicios de urgencias de los hospitales de la Comunidad. Prueba de ello es la situación del servicio de urgencias del Hospital Puerta de Hierro, donde cualquiera que acuda a este servicio puede comprobar la situación de saturación y el consiguiente retraso en la atención. Y todo ello a pesar de haber puesto en marcha el plan de invierno que refuerza las plantillas de profesionales de las urgencias, pero sin embargo las urgencias siguen saturándose, principalmente porque la afluencia de personas a estos servicios especializados sigue en aumento. Podríamos preguntarnos si con la incorporación de profesionales de refuerzo en las épocas donde se prevé una mayor afluencia de ciudadanos a las urgencias, es suficiente. Y, seguramente, comprobaremos que no, no es suficiente. Se podrán ver las urgencias llenas con pacientes en camillas, se acondicionarán zonas con sillones, se doblarán camas en aquellos espacios que lo permitan y así, año tras año. Quizás la solución esté en afrontar este tipo de epidemias anuales y el problema que supone para las urgencias de los hospitales, desde otro punto de vista. Para ello vamos a hablar de la “gran olvidada”, la Atención Primaria.
En nuestra sociedad el primer nivel asistencial sanitario es la Atención Primaria. La relación de cercanía entre el paciente y su médico está hoy en grave peligro. En 1978 se creó la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. Desde entonces y tras una expansión que hacía presagiar un éxito del modelo, nos encontramos a fecha de hoy con que existe una degradación en la atención recibida por los pacientes, difícilmente asumible y tolerable. Tengamos en cuenta que los usuarios somos todos nosotros. En el año 2008 la crisis económica entró de lleno en España, y no hay lugar a duda de que influyó negativamente en todos los ámbitos de la asistencia sanitaria, aunque indudablemente todos habríamos deseado que no fuese así. Lo cierto es que la Atención Primaria sufrió mucho más los recortes que la Atención Especializada.
En el año 2009, el gasto sanitario total en España era de alrededor de 70.000 millones de euros, y en el año 2014 fue de unos 62.000 millones. Es decir, en estos años disminuyó en 8.000 millones de euros. Mientras el recorte en financiación en la Atención Especializada fue del 10,7% en la Atención Primaria ascendió al 14,7%. Es importante reseñar que en el año 2015 se realizaron más de 373 millones de consultas con una dotación de 24.806 Médicos de Familia, 6.408 Pediatras y 29.411 DUEs. Tras los recortes sufridos, achacables a la crisis económica, nos encontramos con que una falta de apoyo clara de los decisores políticos, la insuficiente financiación y el desprestigio creciente de la especialidad de Medicina de Familia por unas condiciones laborales y retributivas cada vez peores, nos han llevado a los usuarios de la Atención Primaria a percibir una disminución de calidad en la misma. La prioridad de los decisores políticos gobernantes en la actualidad está en otro lado, es obvio y no voy a hablar de ello, solo hay que leer la prensa diaria.
Del total de profesionales del Sistema Nacional de Salud se han perdido durante el periodo de crisis 10.000 puestos de trabajo médicos y casi 30.000 de enfermería. A estos datos debemos de sumar que en los próximos 8 años se espera la jubilación de 50.000 médicos y el continuo incremento de médicos que solicitan su certificado de idoneidad para poder trabajar fuera de España, que ha pasado de los 600 en el año 2009 hasta los 12.000 en estos últimos años. Como se puede observar en el gráfico anterior, el 86% de los encuestados piensa que la asistencia que reciben en Atención Primaria es buena o muy buena. Esto tiene una explicación muy sencilla. Nos estamos aprovechando de unos excelentes profesionales con una gran capacidad de trabajo, vocación y humanidad que están sacando adelante el sistema. Deberíamos escucharlos, comprenderles, dotarles de las herramientas necesarias y permitirles participar en las decisiones de gestión. O los ayudamos o los perderemos y, si esto ocurre, perdemos todos. Mañana Segunda parte: la solución está en el cambio de modelo.
En casa sumamos 2
Maria Correas
La gripe satura urgencias del Hospital Puerta de Hierro en Majadahonda
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