Ana Martín Méndez

JORGE RUBIO. «Aunque vivo en Las Rozas, mi casa está mucho más cerca de Majadahonda, por lo que mi vida diaria transcurre en esta última localidad. Es por ello que he querido que apareciera entre sus páginas, en las que he incluido desde su famoso mercadillo hasta algunos restaurantes. Y, por descontado, todos ellos tratados con el respeto que me merecen, y que se merecen». Con estas palabras, la escritora Ana Martín Méndez describe a MJD Mgazin como la ciudad de Majadahonda se ha convertido en el escenario de su primera novela Veinte comedias de amor y una noche desesperada recientemente editada y publicada por Planeta. Una obra que para la autora ha significado «la ilusión de toda una vida, y además, la constatación de que, a veces, algunos sueños, o milagros, se hacen realidad» ya que gracias a ella ha podido cerrar una dura y complicada etapa de su vida. «Recién cumplidos los cincuenta años —hace cuatro años ya de eso— en el mismo mes perdí mi trabajo debido a la crisis económica y también me separé, con dos hijas menores de edad a mi cargo«, detalla Ana Martín en un testimonio que pone de manifiesto las enormes dificultades por las que pasan las personas de esa edad para reincorporarse al mercado laboral. 


«En en este país resulta imposible que una persona de esa edad encuentre trabajo, desaprovechando con ello su experiencia, que es uno de los mayores valores con los que puede contar. No obstante, seguí luchando y me reinventé como pude para intentar sacar a mis hijas adelante, a la vez que me prometí a mí misma que la vida tenía que ser algo más que caer en el abismo, por lo que dediqué todo mi tiempo libre a escribir una novela, lo que era mi sueño más querido desde que era una niña», relata la escritora. Y concluye: «Cuando pensé que todas las ventanas se cerraban, la Editorial Planeta me abrió una puerta, y tan gigante como su nombre ya que, sin conocerme o saber nada de mí, me dio una oportunidad. Y este es el resultado».

Nota de prensa: «¿Qué hacer cuándo, recién cumplidos los 50 años, te despiden de tu empresa? ¿Y qué hacer al comprobar que resulta imposible que una persona de esa edad encuentre trabajo? Y, lo que es aún peor, ¿qué hacer cuando los años pasan y todas las puertas se siguen cerrando para ti? Ese fue el caso de Ana Martín Méndez, una periodista que, recién cumplidos los 50 años, perdió su trabajo en una editorial médica a consecuencia de la crisis y que, cuatro años después, todavía no ha logrado que ninguna empresa la contrate. No obstante, y desgraciadamente, su caso es uno más entre un millar, ya que según un estudio publicado el año pasado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVE), el 40% de los parados de más de más de 50 años lleva al menos cuatro años buscando empleo«.

«Según los resultados que ofrece este estudio, “se trata de un colectivo de especial vulnerabilidad” en términos de desempleo y de riesgo de pobreza. Además, el hecho de que aumente el paro en este grupo, que representa el 25% del total de los desempleados, conduce a un incremento “muy sustancial” de los niveles de desigualdad. “La mejora económica y, en particular, el crecimiento del empleo, está dejando de lado a un colectivo muy importante de población, con una situación laboral muy difícil de revertir. Las políticas públicas de inserción laboral deben considerar de forma amplia la situación del grupo poblacional con más dificultades para salir de la situación de desempleo y que, en su mayor parte posee cargas familiares”, subraya el informe».

«Y este es precisamente el caso de Ana Martín Méndez, con dos hijas menores de edad a su cargo, y que, para empeorar aún más su situación, en el mismo mes en que perdió su trabajo, se separó de su marido. “Tras mandar miles de curriculums y comprobar que no obtenía ningún resultado —afirma Ana Martín Méndez—, me di cuenta de que la única alternativa que me quedaba era la de reinvertarme. Así, lo que me planteé fue qué sabía hacer y cómo podía canalizarlo para ganar dinero tratando de realizar el menor desembolso posible, porque si algo te falta cuando estás en el paro es, precisamente, dinero”. De esta forma, y dado que Martín Méndez sabía hacer punto desde que era pequeña, abrió una tienda en una plataforma norteamericana de compra-venta de Artesanía, Etsy. “Gracias a eso conseguí ingresar algún dinero, e incluso que una tienda de Nueva York me comprara 150 prendas, pero se trata de un trabajo muy inestable, puesto que nunca sabes cuándo o cuánto vas a vender”.

«Al mismo tiempo, “y dado que no me resignaba a pensar que lo que me quedara de vida se iba a convertir en caer al abismo”, optó por dedicar todo su tiempo a escribir una novela, lo que constituía su sueño más querido desde que era una niña. “En cualquier caso —asegura—, lo más difícil no fue escribirla, sino conseguir que alguien la leyera”. A más de 50 sitios la envió, entre editoriales y agentes literarios, sin que nadie respondiera. “Pero un día, cuando pensé que todas las ventanas se cerraban, la Editorial Planeta me abrió una puerta, y tan gigante como su nombre ya que, sin conocerme o saber nada de mí, me dio una oportunidad, y ‘Veinte comedias de amor y una noche desesperada’ es el resultado”. Se trata de una novela con tintes de amor y de humor, que emociona y hace reír a carcajadas, pero también profunda, que demuestra que las mujeres sobreviven, pero, por encima de todo, que viven, deciden, se equivocan, caen y siempre siguen adelante, porque “en la vida solo tienes dos minutos para lamentarte y el resto para levantarte”, como afirma una de sus protagonistas».

«Y es en esta novela donde Ana Martín Méndez tiene puestas todas sus esperanzas ya que “tal como está montado el sistema de pensiones en la actualidad, a pesar de llevar trabajando desde los 20 años, ni siquiera voy a tener derecho a cobrar una pensión, ya que no voy a poder cotizar el último tramo exigido, el de los últimos 16 años. Y sin pensión después y sin trabajo ahora, ¿cómo vamos a poder sobrevivir mis hijas y yo? Las únicas opciones que se me ocurren tienen que ver con la palabra puente, y precedida por otras dos: primero ‘debajo’ y después ‘desde”. Y es que, como se recoge en el estudio realizado por la Fundación BBVA y el IVE, “para este grupo de edad, caer en en el desempleo y no conseguir trabajar antes de un año puede conducir a que esta situación se perpetúe”, tasa que no hace más incrementarse año tras año».

Nota de prensa Planeta: «Recién entrada en la treintena, Marina afronta, con un enorme sentido del humor y una visión trágico-cómica de su propia existencia, tanto sus problemas laborales —en una España castigada por la crisis económica— como lo que ha dado en llamar su VSL, Vida Sentimental Lamentable, situación que comparte con otros personajes, como Sabrina o Clara. Por su parte, Amanda y Blanca se enfrentan a sendos divorcios en edades distintas, en condiciones diferentes y con sentimientos dispares. Victoria, sin embargo, se enfrenta a la muerte del hombre de su vida, el hombre ideal. El denominador común de todas ellas es que se encuentran en un momento de sus vidas en el que tienen que tomar una decisión: retroceder, estancarse o seguir adelante. En ese camino descubren dentro de ellas a personas que ni siquiera sabían que existían, así como a hombres que las acompañarán en el trayecto, como Alejo, el supuesto hombre perfecto, o Calem, el amigo perfecto».

«También en ese proceso son capaces de crear una, cuando menos, peculiar corriente mundial de solidaridad entre mujeres que se encuentran en una situación similar a la suya, gracias a las redes sociales, merced a las cuales conocen a personajes tan insólitos como inesperados. Sirviéndose de unos personajes complejos y llenos de matices, y valiéndose de diálogos tan divertidos como inteligentes, Ana Martín Méndez ha conseguido crear una novela generosa en todos los sentidos, con muchísimo mensaje, aunque escrita de una manera tan ágil y dinámica que convierte su lectura en imposible de abandonar».

«Veinte comedias de amor y una noche desesperada es una novela con tintes de amor y de humor, que emociona y hace reír a carcajadas, pero también profunda, que demuestra que las mujeres sobreviven, pero, por encima de todo, que viven, deciden, se equivocan, caen y siempre siguen adelante, porque “en la vida solo tienes dos minutos para lamentarte y el resto para levantarte”, como afirma Blanca, una de sus protagonistas. En definitiva, se trata de una obra que a veces es divertida, a veces es profunda, a veces es dulce, a veces es triste. De la misma manera, te aboca a la risa, pero también a la reflexión, así como a las lágrimas, porque entre sus páginas hay dolor y amargura, pero también alegría y esperanza«.

«Ana Martín Méndez nació en Toledo. Es licenciada en Ciencias de la Información por el Colegio de Estudios Universitarios (CEU) y ya desde antes de acabar sus estudios superiores desarrolló su carrera profesional en Madrid. Ésta comenzó trabajando en la prestigiosa revista de información general Cambio 16, habiendo trabajado con posterioridad en otras revistas como Mercado (Grupo Prisa) y Panorama (Grupo Zeta), tras lo cual se decantó por el periodismo médico, pasando a formar parte de una editorial médica. Hace cuatro años, recién cumplidos los 50, se separó y, en el mismo mes, perdió su trabajo debido a la crisis económica».

«Desde entonces no ha podido volver a trabajar a causa de las inexistentes oportunidades para personas que alcanzan o superan esa edad. No obstante, se reinventó como pudo para intentar sacar a sus dos hijas adelante —menores de edad— y se propuso a sí misma que “lo que me quedara de vida iba a ser algo más que caer en el abismo”, según sus propias palabras. Así pues, dedicó todo el tiempo del que disponía a escribir una novela, al ser “mi sueño más querido desde que era una niña”. Y Veinte comedias de amor y una noche desesperada es el resultado».

Majadahonda Magazin