Esther García LlovetLIDIA GARCIA. La escritora Esther García Llovet ha sido finalista al Premio Ciudad de Santa Cruz de Novel Criminal 2020 con su libro titulado «Sánchez«. Y el periodista Sergio Lojendio la ha entrevistado para indagar sobre su contenido: «Nikki es una filóloga dedicada a las apuestas y las timbas; Sánchez, un superviviente solitario, y Beltrán, un pijo de Majadahonda aspirante a ser alguien. ¿Acaso representan paradigmas de un espectro social?». Por eso la autora declara: “Todos somos mucho más atípicos de lo que creemos”. García Llovet afirma en la entrevista que «no creo que mis personajes representen nada o por lo menos no se representan más que a sí mismos. En realidad todos somos mucho más atípicos de lo que creemos. Podría haber hecho que Beltrán fuera un chaval del barrio de San Blas, pero eso habría resultado una historia muy distinta. Los prejuicios no me interesan nada. Los postjuicios, sí».


Y añade: «Los personajes saben dónde buscarse, es lo que tiene andar por los lugares menos trillados, que son como clubs exclusivos o como prisiones, según se vea, donde todos están por lo mismo y se conocen entre sí. La madrugada también puede considerarse un lugar. No creo que lo marginal ni oculto tenga que ser sórdido. Que sea menos visible sólo quiere decir que lo conocen pocos, y eso es una ventaja para que ocurra cualquier tipo de historia diferente. Son unos personajes demasiado hedonistas como para ser violentos. Y son vagos. Si hubiera un amago de violencia tampoco se la creería nadie. Expuestos a la ruina estamos todo el tiempo; hay quien le tiene miedo y hay quien no. Mis personajes no le tienen miedo porque ya la conocen y, por ejemplo, quizá por eso se arruinan sin parar. ¿Por qué esas referencias a lo guapos que son ellos?»

Esther García Llovet«Porque sin duda es lo primero que vemos en las personas y quien piense lo contrario que tire la primera piedra. La única regla del juego que hay es que todos entramos en la vida de la misma manera pero nos marchamos cada una de una forma diferente. Lo que hay por en medio es puro azar. La gente con pasta parece que esté por encima de todas las cosas, cuando está detrás de las cosas, se dice en la novela», señala. «En realidad creo que eso se aplica más al poder que al dinero, que no son necesariamente lo mismo. Y cuando digo poder tampoco me refiero a la política ni a las instituciones, más bien a las grandes corporaciones. La fugacidad de que todo ocurra en un lapso de tiempo muy corto, como es una sola noche, es algo que quise escribir siempre, no sólo porque los acontecimientos ocurren muy deprisa sino porque el libro se lee muy deprisa también. Me gusta la literatura breve porque deja más una sensación, una emoción, que un recuerdo. Sí, hay varias propuestas ahora sobre la mesa para llevar el libro a la pantalla, aunque los plazos en cine son muy lentos», concluye.

 

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