
Hace unos días este medio se hacía eco del debate interno, en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Majadahonda, sobre si hacer test o no a toda la población de este municipio: “lo estamos estudiando” era su declaración, lo cual debe ser todo un espectáculo. Esa expresión sin embargo es un mero eufemismo que se traduce por “no tenemos ni idea del tema y esperamos órdenes de nuestros mayores”. Ya expliqué, en una de las primeras columnas (“Tests, Tests y Tests”), la importancia de esas pruebas y cuáles eran las adecuadas en la vuelta a la “normalidad” conforme a los criterios de la OMS. Desgraciadamente este tema se ha politizado, desde el momento en que el Ministerio de Sanidad lo desaconsejó de forma generalista y de hecho Función Pública lo ha prohibido para todos los funcionarios de la Administración del Estado. Algunos “compañeros de viaje” han aducido razones “científicas” para semejante dislate, curiosamente los mismos que criticaban el uso de las mascarillas al inicio de la pandemia y ahora refuerzan que sean obligatorias. El motivo probablemente sea económico, aunque se podrían abaratar costes si se recurrieran a todos los equipos de PCR de Universidades y Centros de Investigación y se flexibilizaran los criterios respecto a su uso “como encuesta y no diagnóstico”, quedando los casos positivos pendientes de confirmación por métodos homologados para diagnóstico clínico.

Mientras, en la Comunidad de Madrid las aguas van muy revueltas por el cruce de acusaciones entre la Consejería de Asuntos Sociales (Cs) y la de Sanidad (PP), sobre las responsabilidades respecto a los fallecidos en las residencias de mayores por la Covid-19. Por si éramos pocos, apareció el pirómano del vicepresidente del Gobierno (señor Iglesias) acusando de asesinos a todos los implicados, sin reparar que el mando único en temas sociales le correspondía a su gestión durante el Estado de Alarma. Afortunadamente ha tenido que ser la ministra de Defensa (Margarita Robles) quien aportó algo de cordura ética, condenando la indignidad de echarse los muertos a la cara. En mi opinión hay responsabilidades compartidas, por acción u omisión, de diferentes cargos políticos y supongo que todos acabarán ante los tribunales de justicia.
Finalmente está el Gobierno de España. Uno se puede equivocar, pues esta crisis ha demostrado la fragilidad de nuestro estado del bienestar, pero por favor no infantilicen a la ciudadanía. Ya comenté, el asunto de las mascarillas y tests (otro día hablaré del retraso y desajuste de los ERTES), ahora quiero entrar en los datos de mortalidad. No podemos continuar impasibles ante el desajuste de las cifras oficiales de fallecidos por la Covid-19 aportados por el Ministerio Sanidad (27.136 a día de hoy), frente a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) muy superiores a esa cifra. He hecho el siguiente análisis de la documentación del INE: desde la semana 10 a la 21 de 2020, ambas incluidas, es decir desde el 1 de marzo al 24 de mayo de este año fallecieron en España 143.223 personas, mientras que en el mismo periodo de los 4 años anteriores los fallecidos fueron 95.099 (en 2019), 97.897 (en 2018), 92.972 (en 2017) y 94.855 (en 2016). Es decir, sólo en ese periodo de 2020 se han incrementado en 48.017 las defunciones sobre la media de los anteriores cuatro años; todo ello cuando había menos problemas de salud por contaminación ambiental y un notorio descenso de accidentes de tráfico de cualquier tipo. Dice el filósofo Javier Gomá Lanzón (en su libro «Ejemplaridad Pública«): “sólo la fuerza persuasiva del ejemplo virtuoso, generador de costumbres cívicas, es capaz de promover la auténtica emancipación del ciudadano”. Tal vez llega el momento de acabar con la inanidad burocrática y reclamar el derecho a saber la verdad y a ser tratados como adultos.





Afortunadamente tenemos a Pablo Iglesias, que dice la verdad sobre los responsables de las residencias, aunque les pese a muchos.
Habló el Profeta.
Señor Rojas sus palabras están llenas de verdades. Hay incultos y necios que no quieren ver la verdad. Algo sacarán.
Me gustaría que TODOS LOS MAJARIEGOS que estamos pasándolo muy mal y que todavía lo vamos a pasar peor,solicitar a VECINOS DE MAJADAHONDA,que nos convoque a UNA GRAN MANIFESTACIÓN DELANTE DEL AYUNTAMIENTO,para que el PP y
VOX que EL PUEBLO SE MUERE DE HAMBRE y que preferimos SER LUCHADORES POR NUESTROS DERECHOS QUE NO VICTIMAS DE CHANTAJE POR ESA ENFERMEDAD QUE TENEMOS YA ASUMIDA.
Tratados como ESCLAVOS y con NUESTROS DERECHOS: CASA,TRABAJO Y LIBERTAD. Que hoy por hoy,NO TENEMOS NADA DE ESO.
Hay que LUCHAR por recuperar TODO LO QUE NOS HAN QUITADO Y PIENSAN SEGUIR QUITANDO.
Un buen discurso señora, esta usted mas cerca de nosotros los progresistas de izquierdas que de sus amigos fascistas del PP.Vox.
Gracias a la pandemia por fin muchos votantes de derechas se han dado cuenta de quien mira por los trabajadores, bien venida al sentido comun.
Es muy triste ver cómo desde las Administraciones quieren cubrir,con un tupido velo,los errores que han cometido, están perdiendo el tiempo en buscar a quien echar la culpa de aquello qu no funcionaba y este invisible enemigo lo ha sacado a la luz. Pagarán un canon para tapar todo esto, rodarán algunas cabezas para acallar bocas, pero no se está trabajando para solucionar lo que estaba mal y nos ha llevado a situaciones muy trágicas. Tenemos encima un rebrote, ya lo estamos viendo en otros países, y seguimos sin aportar medidas para evitar de nuevo un colapso social y sanitario. Pero parece más urgente ver a quien adjudicarles los muertos, que evitar que se vuelvan a producir de forma masiva. Señores políticos empiecen a trabajar por el bien de todos y después tendremos tiempo de pedir responsabilidades. Yo os espero a la salida y las pediré!