LIDIA GARCIA. «Ha tenido que superar muchas etiquetas hasta erigirse en icono para muchas mujeres de origen árabe. Con energía, la actriz posa con trajes y joyas de Cartier en la Academia de Bellas Artes de San Fernando«. Así titula el diario «La Vanguardia» una entrevista de la periodista Joana Bonet publicada este 19 de diciembre de 2021. Y en ella la modelo y actriz explica que “El Hammani es el apellido de mi padre, que viene del Rif, y tengo una energía bastante poderosa”. Así se presenta esta mujer que a los 28 años ha conocido el éxito en todos sus rostros, también el amenazador. Tras más de diez años con papeles de mora, como dice ella –el más importante en «El Príncipe» – se convirtió en fenómeno por su papel de «Nadia» en la serie «Elite» (Netflix), estrenada en 190 países, el mayor éxito de la plataforma. Tanta autenticidad logró en su interpretación que la audiencia a menudo confundía persona con personaje, tanto que recibió amenazas de muerte por quitarse el velo en la ficción. “Mi padre me enseñó que nada es fácil en la vida, que no te tienes que comparar con nadie, que en esas horas de soledad, cuando nos acostamos, elijamos nuestros propios caminos. También me enseñó a querer mucho”. Y revela como «vivíamos en Majadahonda y yo jugaba con una vecina mayor que tenía familiares en televisión. Un día me preguntó si quería hacer el casting de «Ana y los siete» porque a mí me encantaba actuar sin entonces saber lo que era. Jugaba a hacer de lo que me diera la gana, astronauta o profesora… Pero mis padres trabajaban y no me pudieron llevar al casting. El no ir fue lo mejor que me pasó, porque me dejó la espinita. Y cada día le imploraba a mi madre: «apúntame a teatro».
«Ahora he entendido lo que es ser actriz, de pequeña quería estar en otra órbita. Me imaginaba cómo los otros niños jugaban en sus casas. Después de la ESO, empecé a trabajar de todo: dependienta, azafata, de figuración, de público… Ahorré durante dos años para poder entrar en la escuela de interpretación de Iñaki Aierra. Enseguida encontré representante y me cogieron para «El príncipe». Me considero una privilegiada, formo parte del 8% del colectivo de actores y actrices que está trabajando.
¿Racismo en Majadahonda?: «Empecé a entenderlo a los 8 o 9 años: me dije, se están metiendo por mi nombre, por mi pelo, nosotros éramos super felices, con una vida modesta pero nunca ha faltado un plato en la mesa. Eso sí, teníamos un apellido difícil de pronunciar. Y he sufrido el racismo en el colegio, donde por mi pelo me llamaban «oveja», y en la calle con mi madre, que era lo que más me dolía. Ella con 41 años decidió ponerse el velo y la insultaban. Después del 11-M lo vivimos de forma radical. Hoy sigue habiendo xenofobia, y el auge de la extrema derecha la ha favorecido. Es un problema grave que tenemos que solucionar», concluye.
Es difícil.
Efectivamente, en todas partes, no sólo en Majadahonda, hay racismo.
Majadahonda, no es el Rif, no Machupilandia, son otras costumbres, y eso pasa en cualquier país.
Conviene SIEMPRE integrarse en el país, aprender de sus costumbres.
Yo, sobre todo, no me veo viviendo en un pis árabe, y no por la gente en sí, que puede ser cercana y amiga.
Pero es otro gobierno, otra religión, otras costumbres.
Racismo ? Si, seguro.
Brava,
Felicidades