MARIANA BENITO. 3 de noviembre (2024). Carles Porta regresa al género «true crime» con la segunda temporada de ‘Luz en la oscuridad‘, su serie en Movistar Plus+ que explora casos reales de crímenes con una narrativa cinematográfica y rigurosa. En esta nueva entrega, Porta presenta 4 nuevos casos: El descuartizador de Majadahonda, La confesión de O Chucán, El churrero de Chiclana y El crimen de las turistas, todos desarrollados con un enfoque que Porta describe en una nota de prensa como la «norma de las tres erres»: rigor, respeto y ritmo narrativo. Cada caso, emitido en episodios dobles, lleva al espectador a diferentes puntos de España, desde Galicia hasta Cádiz, pasando por Majadahonda o Aragón. «El descuartizador de Majadahonda» narra la desaparición de Adriana Giogiosa, cuya búsqueda lleva a la Guardia Civil a descubrir inquietantes detalles en la casa de su inquilino, Bruno Hernández: «Este caso, conocido en su momento por la brutalidad de sus detalles, revela una historia de amor y conexión entre hermanos que logra conmover a la audiencia», añade el comunicado.

OTROS PERIODISTAS LO RESUMEN ASÍ: «El primero de los episodios de esta nueva entrega, conocido como El descuartizador de Majadahonda, narra la angustia de Eduardo Giogiosa, un joven argentino que viaja a España en busca de su hermana Adriana«, desaparecida en el municipio majariego. La investigación revela un macabro descubrimiento en la vivienda que habitaba, propiedad de Bruno, quien asegura que Adriana se fue de viaje, algo que Eduardo y las autoridades cuestionan. «Las pistas que surgen de una inspección en la casa conducen a detalles tan inquietantes como la presencia de una máquina de picar carne, dando un giro sombrío a la trama de esta doble entrega», resume A. Richart. Desde que Eduardo Giogiosa puso un pie en Majadahonda desde Argentina, la Guardia Civil tardó solo 1 semana en descubrir y detener a Bruno Hernández. La nueva temporada de «Luz en la oscuridad«, su aclamada serie documental de true crime en Movistar Plus+, «vuelve a sumergir a los espectadores en la complejidad de casos que van desde crueles asesinatos hasta inquietantes hallazgos.

CON UN ESTILO CINEMATOGRÁFICO Y RESPETANDO EL SUFRIMIENTO DE LAS VÍCTIMAS, Porta, responsable de las series documentales «Crímenes y Tor», va más allá del formato de «true crime» tradicional. Sus relatos se construyen sobre una rigurosa base de investigación policial y periodística, adentrándose en el lado oscuro de la naturaleza humana con una narrativa que atrapa con su voz en off y el montaje de imágenes. Según comenta el director y narrador en la nota de prensa, «hay un hilo invisible que conecta los cuatro casos de la nueva temporada de Luz en la oscuridad, que es el amor. Se termina pillando a los malos por el amor». El periodista catalán ha defendido que los casos presentados en esta segunda temporada llevan investigándose con esmero y paciencia, desde buena parte de tiempo.

LO MÁS CURIOSO DE TODO es lo que cuenta El Periódico: «Carles Porta se ha convertido con el paso de los años en uno de los documentalistas más importantes de España. Un hombre que ha aprendido a transmitir a través de la cámara y la investigación los casos más escabrosos del crimen en la esfera nacional. Si bien es cierto que la trayectoria de Porta despegó en Catalunya con la emisión del true crime ‘Crims’, ahora se encuentra triunfando en todo el país con el documental ‘Luz en la oscuridad’, de Movistar Plus+, el cual estrena ahora su segunda temporada. Con motivo del estreno de la temporada 2 de ‘Luz en la oscuridad‘, Carles Porta ha concedido una entrevista a Vertele en la que se ha abierto como nunca antes, revelando cuál ha sido uno de los peores momentos de su vida: «yo me arruiné», explica el documentalista. En concreto, «hace años, hice una película que tenía que hacer Bigas Lunas, que se titulaba Segundo origen. Pero Bigas Lunas murió y la tuve que hacer yo. Esa película no funcionó en taquilla y la distribuidora internacional se fue al agua. Mi empresa se hundió… Me arruiné y lo perdí todo». Sin embargo, consiguió escapar de dicha situación «luchando, sin uñas, arañando, reinventándome… Y aquí estamos, habiéndole dado la vuelta a todo. Eso sí, te queda esa cicatriz en el alma». Una sensación comprensible dado el miedo que pasaría el propio Carles Porta cuando descubrió que un proyecto tan importante como dicha película acababa hundida».