MANU RAMOS. El municipio de Majadahonda fue escenario este sábado 27 de marzo (2021) de un suceso que conmocionó a todas sus víctimas y testigos pero que gracias a la rápida y eficaz labor de la policía municipal pudo acometerse con prontitud y solucionar el grave problema de orden público. A última hora del turno de tarde entró por vía telefónica un aviso que alertaba de que un varón había sacado un arma de fuego en el interior de un autobús de línea en la céntrica calle doctor Calero. «Posteriormente se ha escuchado una detonación», advertía el denunciante, que ponía la voz de alarma ante el estado de terror y pánico en el que cayeron todos los ocupantes del autobús, incluido su conductor, según relatan otros testigos presenciales. No habían pasado ni siquiera un par de minutos cuando se desplazaron todas los patrullas disponibles hasta el lugar del suceso, en estado de «alerta roja» por posible uso de arma de fuego en transporte colectivo de uso público y con todas las medidas de seguridad disponibles: chalecos antibalas, armas de fuego, controles viarios etc.. A toda celeridad se interceptó el autobús y efectivamente había un varón con un arma de fuego que al avistar a los agentes inició rápidamente su huida a la carrera. Fue perseguido con gran precaución y pericia por los miembros de la policía local que pudieron finalmente darle alcance, con lo cual fue detenido en la Vaguada del Arcipreste, con grave riesgo de su integridad física y de los transeuntes que presenciaban la espectacular persecución.


La pistola Walther p99 que desencadenó el incidente

Cuando el delincuente fue inmovilizado y desarmado, finalmente se comprobó que el arma de fuego era una Walther p99 similar a la que utilizan los policías locales pero simulada. Al desenfundarla en la calle doctor Calero, en el paraje situado frente al Tutti, se armó un considerable revuelo callejero ante tan inusual escena. Reseñar la actuación y el comportamiento de los agentes policiales del turno de tarde, cuya actuación fue calificada como de «sobresaliente». Cuando se personó una patrulla de Guardia Civil de Majadahonda, el autor de la acción ya estaba «engrilletado y envuelto para regalo», como se suele decir en el argot policial.

Majadahonda Magazin