Agar Blasco, profesora ceramista en Majadahonda

LIDIA GARCIA. «Mis obras representan los espacios que nos rodean. Son arquitecturas que se transforman en metáforas de nuestras vidas. En ocasiones son espacios acogedores, otras veces son inhóspitos, imposibles de habitar, como la vida misma en ocasiones. Siempre son espacios solitarios porque pienso que cada uno de nosotros está solo en su propia vida. Cada obra esconde un sentimiento o una vivencia. Son para mí una búsqueda del sentido de la vida». Así se expresa Agar Blasco, la profesora de cerámica de Majadahonda que triunfa con su exposición en Alicante, según relata la crítica de arte Marta Gisbert en su reportaje: «la sala El Cub acoge ‘metáforas arquitectónicas’ hasta el 25 de julio. Agar Blasco expone en el MUA: «La arquitectura es una metáfora de nuestras vidas».


Una de las obras de Agar Blasco

«Este diálogo entre espacios abiertos y cerrados, laberínticos, a modo de «alto en el camino», en el que la artista realiza un ejercicio de memoria personal y artística, esta exhibición de toda una vida, no es una despedida. «Para nada», remarca la artista, que a sus 61 años sigue ejerciendo como profesora de cerámica en un centro cultural de Majadahonda, desde donde nos atiende mientras sigue con los lienzos que tiene entre manos. «Intento que la gente haga arte con la cerámica, es esto». Cuando el arte corre por las venas, desde luego, no se puede negar.


Arcadi Blasco (Alicante; 1928-Majadahonda, 2013), padre de la artista

«Mi padre fue pionero a la hora de lograr que la cerámica se viera como un arte, y no solo para actividades como la alfarería, por ejemplo», insiste. «Yo creo que nunca he intentado superarlo, más bien inspirarme en él». De Arcadi Blasco destaca una «voluntad» y un espíritu de trabajo «impresionantes»; todo «un ejemplo». «Hemos hecho cosas muy diferentes. Hubo una época en la que estábamos un poco más cerca en el modo de expresarnos -el momento de la fuente de Campello que hizo él, por ejemplo-, aunque no sé realmente quién influyó a quién», bromea. Su exposición en Alicante no es casual, y no solo por las raíces paternas en Mutxamel, con el domicilio familiar en la partida de Bonalba, sino por los lazos que todavía unen a Agar y a su hermano allí. «Estamos muy conectados con aquello, por mi tía, la hermana de mi padre, mis primos hermanos y amigos íntimos», señala

Obra pública de Agar Blasco en Alicante

Y concluye: «La inquietud por esos «mundos interiores», como ella misma los define, le vino de muy joven, a través del estudio de los huesos de animales. Un poco en la línea del famoso escultor británico Henry Moore. Después, con un gran ‘aval’ a sus espaldas, como el que supuso cualquiera de sus dos progenitores, solamente tuvo que echar a andar. De esas incipientes ideas, traducidas en recreaciones, para intentar representar esas cavernas, pasadizos, que veía en los huesos con solo veinte años, dio el salto de lo anatómico a lo esquemático. Treinta años en la vida de la artista madrileña Agar Blasco han dado para mucho, por eso la Universidad de Alicante le ha brindado el espacio del MUA para exponer su muestra, que lleva de apellido «Metáforas arquitectónicas», y que podrá visitarse en la sala El Cub hasta el 25 de julio de 2020, tras (re)inaugurarse este miércoles 1 de julio, después de que el museo haya retomado su actividad presencial con cita previa y cumpliendo las medidas de seguridad». Vea la obra de Agar Blasco en su página web.

 

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