El proceso de impresión de un periódico de papel es algo que aún está rodeado de una aureola de misterio y atracción desde que Gutenberg inventase este fabuloso ingenio que dura ya casi seis siglos (1.440) y que ahora se ve obligado a simultanear su atractivo y eficacia con la edición digital. El olor a tinta, los viejos oficios de impresores, correctores, montadores, maquinistas, etc… se han visto transformados en profesiones con un alto índice de desarrollo tecnológico que ha abaratado costes y ha hecho posible la subsistencia de ese mágico producto que sigue siendo la publicación impresa y en papel, tan apreciada sobre todo por los publicitarios y los lector@s de calidad.

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¿Se huele la tinta…? ¿El tacto del papel…? Me lo leo esta noche y te digo lo que me transmite. Pero viniendo de ti, seguro que no es baladí