LIDIA GARCIA. «Francisco Umbral convirtió su vida en un misterio y ahora el documental ‘Anatomía de un dandy‘ saca a la luz grabaciones inéditas que descubren la dimensión más frágil, vulnerable y desconocida de un escritor y periodista que ideó su propio personaje y escondió su verdadera persona bajo abrigos y bufandas. Esa imagen ahora queda menguada con esta cinta, narrada por la actriz Aitana Sánchez-Gijón, que se presenta este lunes 26 de octubre (2020) en el marco de la Seminci de Valladolid y llega el próximo 20 de noviembre a los cines», adelanta la periodista Mirian San Martín del diario «Voz Pópuli«, que edita y dirige el conocido periodista económico Jesús Cacho.
Los directores de este documental, Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, ofrecen un valor añadido al espectador con documentos exclusivos, añade Javier Yuste en «El Cultural»: «el gran archivo del escritor permanecía inalterable en La Dacha, la legendaria casa familiar de Majadahonda: fotos inéditas, cintas de cassette, borradores, cartas… Y los realizadores tuvieron la fortuna de contar con acceso a todos estos tesoros entre los que destaca una serie de cintas de audio privadas donde Umbral contaba al escritor Eduardo Martínez Rico aspectos de su vida desconocidos para la gran mayoría. En cualquier caso, Arnaiz y Ortega han intentado trascender la mera hagiografía y para ello cuenta con amplia nómina de entrevistados: Raúl del Pozo, Pedro J. Ramírez, Rosa Montero, Juan Cruz, Manuel Jabois o el recientemente desaparecido David Gistau«.
«Uno de los momentos más demoledores de la producción ocurrió cuando encontramos unas cintas que nunca se habían escuchado en las que Umbral habla con su hijo y ves la relación que tenía con él. De hecho, tardamos varios días en averiguar que la voz que se escuchaba era la del propio Umbral ya que su tono de voz cambiaba completamente cuando hablaba con el niño”, añade Alberto Ortega. “En estas circunstancias, olvidaba hasta tal punto el personaje que su voz era difícil de identificar”. Como dice su viuda, María España, en el documental, para Umbral hubo un antes y un después tras la muerte del niño en el 74. “No encuentro palabras para decir lo que sufrió Paco durante toda la enfermedad y toda esa ternura y toda esa disposición a jugar con el niño, y enseñarle a leer y todo lo que inventaba para que Pincho no se sintiera mal”.
Tras la fatalidad, Umbral se dedicó como nunca antes a escribir y creó un estilo de crónica poético malvada en la contra de El País con la que se convirtió en toda una celebridad en los años de la Movida (término que parece que él mismo acuñó). “Me encanta porque es media hora deliciosa de insultar al personal: famosos, millonarias, putas… Es una especie de purga matutina y luego ya me pongo a escribir cosas más serias”, comentaba el escritor. De aquellas crónicas, destaca la capacidad que tenía Umbral para captar el lenguaje de la calle, que según él mismo tenía tres fuentes principales: la droga, la cárcel y el rock. Por aquella época también era fácil verle en televisión ejerciendo de provocador y testando los límites de la corrección política, concluye la crónica.