conductora borracha

NILDA GRACIELA. Me he decidido a prestar este testimonio para MJD Magazin porque no sé si alguien sabe por qué me lo censuraron en el Foro Majadahonda de Facebook, y por que no pude volver a escribir hasta el 29 de julio, por favor a ver si alguien me puedes informar. La verdad es que no entiendo por que no puedo publicar este tipo de cosas cuando hay vidas de por medio y podemos enseñar a otros a no conducir en estado ebrio. Mi relato se produce en calidad de testigo del aparatoso accidente de tráfico que tuvo lugar en Majadahonda por parte de dos chicas que a las 5.00 de la madrugada del sábado a domingo 26 de julio (2020) iban bebidas y que milagrosamente salvaron la vida. Primero escuché un ruido muy fuerte, abrí la persiana y me encontré con un coche tirado bocabajo, frente a mi terraza. De repente oí a dos chicas, me pongo a gritar si están bien, y en eso llegó un señor que estaba paseando a un perro grande y ayudó a salir a la conductora del coche. La que conducía estaba como muy nerviosa, pero evidentemente se notaba que no podía ni andar, no sé si sería del susto o que… Luego se corroboró que estaba bebida, porque resulta que el policía le obligó a hacer el test de alcoholemia fuera de la ambulancia. Lo hizo repetir tres veces porque la chica no lograba soplar como tenía que hacerlo. Hasta que sonó el pitido final creo que fueron tres veces. El oficial le decía “tienes que soplar de una vez, no tiene que ser con fuerza, sino tranquilamente pero largo”. Todo esto yo lo escuché desde mi ventana.


Así quedó la farola de la rotonda del Sol y Aire

El policía, como estaban todos los restos del coche esparcidos y en la ambulancia estaban los técnicos, dijo ante todos: “0.7 de alcotest”. Evidentemente la chica estaba borracha, no podía ni hablar, estaba que se caía, se tropezaba con todo. La acompañante salió del coche y se sentó, estaba como ida la pobre, normal con el susto. Subieron a la conductora en el coche de la policía y la llevaron al cuartel, porque se lo dijeron a la acompañante, a la cual comprobaron el estado de su hombro, del cual se quejaba, para ver si tenía alguna fractura o no. Como vieron que hacía todos los ejercicios fisicos que le decían, la dejaron irse, a lo que ella contestó “¿pero dónde voy?”. La contestación de los agentes fue: “No sé, nosotros la vamos a llevar al cuartel de la policía, queda aquí recto (desde la calle de San Roque), si quieres ir, puedes hacerlo junto a ella».

conductora borracha

Salvaron la vida: los bomberos

Por último, le pidieron su documentación y tomaron sus datos. La chica que conducía, al hablar alto, pude escuchar que era de Fuenlabrada y su amiga de Coslada, y que venían de la casa de una amiga en Majadahonda. Esto es lo que escuché y lo que vi, todo ello porque estaba frente a mi terraza. De hecho, los vecinos se despertaron, todos lo estuvimos viendo, solo que yo me quedé hasta el final e hice fotos. Y un apunte más sobre la rapidez de la intervención de los servicios de emergencias y policiales: el hombre que la ayudó llamó al 112, mi vecina estaba llamando y yo también, pero como quien no tardó en llegar fue la policía municipal, dejamos de llamar todos. Por suerte este hombre que estaba paseando con el perro ayudó a salir a las chicas. Y eso probablemente les salvó la vida.

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Majadahonda Magazin