Crescencio Bustillo

CRESCENCIO BUSTILLO. Corría el año 1907 y bien avanzada la primavera, en vísperas del verano, cuando mi madre Q.E.P.D. me trajo a este mundo. Era concretamente el día 15 de junio, aproximadamente las 7 de la tarde y el lugar Majadahonda, pueblo de la provincia de Madrid y próximo a la misma capital. El sitio, la casa de mis padres, enclavada en el nº 14 de la Calle de la Flor, por orden en el número de vástagos que habían tenido mis progenitores hacía el 7º, de los cuales 3 de ellos eran vivos y varones. Otros 3 habían fallecido al nacer o en los comienzos de la vida: un varón y dos hembras. Recuerdo que las partidas de nacimiento y de bautismo, que después fueron saqueados y destrozados los archivos en donde constaban estos datos por la violencia de la Guerra Civil, decían poco más o menos así: «En el pueblo de Majadahonda, a 15 de Junio de 1907, ha sido registrado en este Juzgado Municipal, el niño Crescencio Bustillo Millán, cuyo niño al nacer concuerda con esta fecha, siendo tanto el nombre como los apellidos legalizados en este registro. Este niño es hijo legítimo de Rufino Bustillo Calvo y de Jesusa Millán Ugena, siendo abuelos por parte de padre Lucio y Andrea, y por línea materna Atanasio y Baltasara». Idénticos datos constaban en la Partida de Bautismo, donde decía que había tomado las aguas en la Pila Bautismal de la Parroquia de Santa Catalina de Majadahonda.


Así pues mi nacimiento ocurrió el 15 de junio de 1907, día de San Vito y Modesto, pero como estos nombres no le gustaban a mi madre, decidieron ponerme el tercero del día, que era Santa Crescencia. Por este motivo me pusieron Crescencio al ser yo varón. Fui bautizado con el mismo nombre y aunque no sea un nombre bonito lo he llevado y lo llevo con orgullo. Primero por ser deseo de mis padres y segundo porque no se ha prestado a confusiones, como pasa con otros nombres que tanto han proliferado, que ya no hay variedad en la nomenclatura. Todos son reiterativos como si fueran hijos de un harén con el que las diferentes mujeres del jeque quisieran así obsequiar a su amo y señor. Por tanto, con mi nombre no he tenido falsas interpretaciones a lo largo de mi dilatada vida.

Majadahonda Magazin