FERNANDO BRUQUETAS DE CASTRO. Para la investigación del libro «Outing en España. Los españoles salen del armario«, tomé la determinación de ponerme en contacto con los artistas que habían salido en «Party» y otras revistas famosas de la Transición, donde algunos habían manifestado abiertamente su condición de gays, lesbianas o bisexuales, que para todo hubo entonces. Tenía un buen repertorio de nombres de candidatos, que había ido recopilando en las hemerotecas de las bibliotecas públicas del Estado, de las universitarias y en los archivos nacionales. Boris, Jorge Cadaval, Javier Gurruchaga, Moncho Borrajo, Mendicutti, Leopoldo Alas… En mi ingenuidad creía que con esos nombres ya tenía hecho el libro. Tiré mano de los viejos amigos y de los nuevos que conocí a raíz de emprender la labor de rastreo por las asociaciones de gays y lesbianas. El ambiente lo dominaba desde hacía tiempo, estaba al tanto de los códigos, y la perenne sonrisa hizo lo demás, así que fui bien recibido. Es cierto que alguno me trató con suspicacia en una que otra ocasión, todo hay que decirlo, pero por lo general todos me recibieron adecuadamente.


Fernando Bruquetas

La revista Zero se interesó mucho por el proyecto del outing, pero solo en el primer momento, porque al poco tiempo dejaron de mostrarse interesados, hasta que comenzaron a sacar a sus propios iconos del armario. Zero fue una bocanada de aire fresco, hasta que se llenó de publicidad. No es que esté en contra de la propaganda, nada más lejos de mi interés, lo que creo es que debería estar un poco más dosificada. Al fin y al cabo, entre las suculentas páginas de Zero descubrí al dirigente popular Carlos Alberto Biendicho (PP), responsable de un espacio dedicado a Salud y Sida. Se presentaba como oficial del arma de Ingenieros del Ejército de Tierra. El primer militar «oficial» gay, como yo, que ya soy «Gran Reserva».

El militar y dirigente del PP, Carlos Alberto Biendicho, le confesó antes de morir sus propias memorias gays a la escritora Illy Ness

Las conversaciones con Biendicho me devolvieron a la cruda realidad. Nadie va a querer aparecer en ese libro saliendo voluntariamente del armario, me dijo. No vas a poder realizarlo si pretendes obtener testimonios personales, porque la gente no está por la labor. Dudé lo mío sobre el asunto y lo consulté con otras personas. El bueno de Eloy Rosillo me dijo que tenía razón, porque –incidió– nadie quiere ser héroe en esto del mariconeo… Y me propuso que planteara el outing en un libro que nadie pudiera discutir ni rechazar. «Hazlo como si estuvieras realizando una crónica actual». Y bromeó diciendo «que más sabe el diablo por viejo…» Le hice caso, como se puede ver. El outing tuvo éxito por eso, porque se trataba de un libro de historia actual, porque el tema era morboso e interesante, a la par que atrayente. Y porque el entonces ministro Jerónimo Saavedra salió del armario en él, como quien no quiere la cosa. Además de que la revista «Interviú» lo llevó a la portada sin posado previo.


La revista Zero le dedicó una portada al Outing

Majadahonda Magazin