En la Federación Española de Belenistas hay 3 inscritas del Oeste de Madrid: Majadahonda, Pozuelo de Alarcón y Hoyo de Manzanares

MANU RAMOS. José Antonio Ortiz, presidente de la Escuela de Belenismo de Majadahonda y Nuria Ortiz, jefa de Montaje, son protagonista de un amplio y detallado reportaje en el diario El País publicado este lunes 11 de diciembre (2023), que revela una sorpresa hasta ahora poco conocida: los belenistas de Majadahonda que vieron destruido el Belén en la madrugada del sábado 2 de diciembre (2023) no se consideran «religiosos» sino más bien partícipes de una tradición «española» que abarca otras religiones y culturas (protestantes y judíos también celebran la Navidad): «Si bien el belenismo es una tradición de origen cristiano, muchos apasionados pesebristas no profesan ninguna creencia. Los Ortiz, por ejemplo, no se consideran religiosos. “Esto es una tradición española”, subraya Nuria, a quien sucede su padre para complementar: “Aquí aceptamos gente de todos los dogmas”. Tal es grado de enraizamiento de esta tradición en el país, que la Federación Española de Belenistas reúne 78 delegaciones regionales de todas las comunidades. Solo en Madrid, hay 8 inscritas: en Alcalá de Henares, San Sebastián de los Reyes, Hoyo de Manzanares, Getafe, Pozuelo de Alarcón, Majadahonda y 2 en la capital». El artículo se titula: «El niño Jesús sí nacerá en Majadahonda, aunque sea entre las cenizas. El municipio madrileño, cuyo belén municipal quedó destruido por un incendio al parecer intencionado, abrirá el domingo un nuevo pesebre, construido por varias asociaciones belenistas a partir de donaciones y préstamos. Belenistas de Majadahonda levantan un nuevo pesebre municipal el 7 de diciembre de 2023″ y lo firma el periodista Juan José Martínez, desplazado a Majadahonda para su elaboración y autor del texto y las fotografías que lo ilustran.


Juan José Martínez

LA ESCUELA DE BELENISMO DE MAJADAHONDA. «En un discreto rincón de la Casa de la Cultura de Majadahonda (Madrid), una decena de adultos emplea estos días en un proyecto tristemente inesperado: construir un nuevo belén municipal, después de que un incendio redujera a cenizas el anterior la madrugada del 2 de diciembre. El grupo funciona como una sinfonía. En un salón impregnado de aerosol, donde suena cada tanto el “faltan 5 para las 12″, una señora pinta con spray la reproducción a escala de un ciprés, mientras otras pegan corchos bornizo para simular unas montañas egipcias o retocan con un pincel una fachada de estilo hebreo. Estos vecinos y expertos de la Escuela de Belenismo de Majadahonda, respaldados por asociaciones de otros municipios como Madrid, han luchado contra el tiempo para instalar un nuevo pesebre antes del 11 de diciembre», indica el texto.


El Belén de Majadahonda sigue provocando ríos de tinta digital

“ME GUSTA METER FIGURAS DE DIFERENTES ETNIAS PORQUE VIVIMOS EN UN PAÍS MULTICULTURAL, COMO LA PALESTINA DE LA ÉPOCA DE JESÚS». Y añade: «Eso de que “la magia está en los detalles” es más una obligación que un adagio para Nuria Ortiz, de 48 años, jefa de montaje de la escuela. Cada año, usa sus vacaciones laborales para montar el pesebre municipal. Considera esta labor “una responsabilidad con el pueblo”, ya que en la recreación del belén “todo el mundo debe sentirse representado”. Para ella, la grandeza de un pesebre, más que en el tamaño, radica en la capacidad para reflejar a cada habitante del pueblo. Por eso, no solo ha añadido con el tiempo más mujeres y niños, sino también árabes y afrodescendientes. “Me gusta meter figuras de diferentes etnias porque vivimos en un país multicultural, como la Palestina de la época [de Jesús]. No me gustan los belenes donde no hay diversidad, con las figuras del mismo tono de piel”, apunta Nuria Ortiz, taladro en mano, desde la tarima que soporta la nueva instalación. «A pocos metros de allí está su padre, José Antonio Ortiz, presidente de la Escuela de Belenismo, quien convierte pacientemente un pedazo de poliestireno (o poliespan) en una fachada de ladrillo: lija la superficie, antes de zanjarla con un cúter para darle la apariencia de los adoquines. Finalmente, golpea el rectángulo con un cepillo de alambre para darle textura rugosa.

Los belenistas majariegos, protagonistas

UNA MUJER CRUZA 40 KILÓMETROS DESDE VALLECAS A MAJADAHONDA PARA ECHAR UNA MANO. “Las técnicas son muy sencillas, pero hay que conocerlas”, señala este hombre, de 80 años, que lleva más de medio siglo armando belenes. No es su único trabajo para alegrar las navidades de Majadahonda. “A partir de octubre, dejo de cortarme la barba para disfrazarme de rey mago”, cuenta. Representa a Melchor en los espectáculos municipales. “Una señora nos dijo que somos mejores que los de El Corte Inglés”, remata. Y concluye: «A media mañana de este jueves (7 de diciembre), entra una voluntaria en la Casa de la Cultura, anunciando la buena nueva: “Ya tenemos la primera figura para el río”. La mujer, que ha cruzado casi 40 kilómetros desde Vallecas para echar una mano, saca de una caja una canoa y otras estatuillas para el belén. Las nuevas adquisiciones se unen a un centenar que, acomodadas sobre unas mesas plegables frente a la tarima, parecen esperar a que se complete la recreación del pesebre para encontrar su nuevo lugar. “Las donaciones podrían ir mejor”, lamenta la familia Ortiz, que ha renunciado a tener este año un pesebre en casa, a cambio de prestar sus elementos al belén municipal, finaliza el reportaje.

 

Majadahonda Magazin