Mª JOSÉ RUBIDO. «Nuevas generaciones de lentes oftálmicas», sería mi titular para describir como hoy en día la vida es dinámica y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación nos traen otras formas de aprender, trabajar, divertirnos y nuestras actividades han evolucionado. La forma en la que el sector empresarial se desarrolla depende cada vez más de las nuevas tecnologías que están totalmente integradas en el entorno laboral. La forma de trabajar ha cambiado y la visión tiene que adaptarse al uso de los dispositivos digitales. La gran mayoría de los trabajos se basan en realizar tareas a distancias próximas y esto trae como consecuencia un stress visual que al principio puede ser imperceptible pero que sin un control adecuado puede derivar en problemas más importantes. Los optometristas deben dar solución a estos problemas que afectan a la población mediante un examen del comportamiento del sistema visual para estos nuevos retos. Para ello necesitamos adaptar lentes que sean capaces de restablecer el confort y la visión para las distintas demandas tanto para niños como para adolescentes y adultos. Y la industria de fabricación de lentes oftálmicas ha desarrollado nuevos diseños para dar soluciones diferentes para las necesidades actuales.


“Las clásicas gafas de cerca ya no sirven para solucionar las nuevas demandas”. Una nueva generación de lentes y tratamientos de filtración de la luz viene a poner en manos de los optometristas las soluciones que necesitan para poder llevar a cabo su trabajo convenientemente. Las lentes que han irrumpido con fuerza para ponerlas a disposición de los usuarios son: lentes para conducir, para pantallas y ordenadores, para hacer deporte, para todo uso, para actividades en el exterior y las de protección laboral. Algunos mayores de 65 años tienen alteraciones visuales que influyen en su autonomía y por tanto en su calidad de vida. Se ha relacionado la pérdida de visión con la discapacidad para las actividades de la vida diaria como trasladarse de un sitio a otro, aseo corporal, entretenerse con la lectura, diversión, salir de compras… Las causas más comunes de la pérdida de visión en ancianos son la DMAE, las cataratas, el glaucoma y la retinopatía diabética. Hay que potenciar el uso de filtros adecuados y las ayudas ópticas necesarias para mejorar la recuperación visual en estos pacientes que tienen unos efectos positivos en su calidad de vida. Lea todos los artículos de Mª José Rubido en MJD Magazin.

Majadahonda Magazin