«Rodri» comenzó su carrera futbolística a los 10 años en un club llamado Rayo Majadahonda, con compañeros como Lucas y Théo Hernández. Un año después, se incorporó al equipo juvenil del Atlético de Madrid, desde donde fue desaconsejado en 2013 por su fortaleza física, o mejor dicho, por su falta de ella», recuerda la revista húngara Sport

FEDERICO MTNEZ. Dos reportajes de Telemadrid y el diario AS han indagado en los orígenes del futbolista Rodrigo Hernández Cascante, conocido futbolísticamente como «Rodri«, que ya es una estrella del fútbol mundial tras haber ganado en 1 semana la Champions con el Manchester City (con gol incluido) y haber metido a España en la final de la UEFA Nations League 2022/23 con un partidazo memorable. La final se juega este domingo 18 de junio (2023) a las 20:45 horas en Rotterdam (Holanda) pero no todo en su vida fue de color rosa: «Celebrando su 27 cumpleaños, el 22 de junio, Rodrigo Hernández Cascante o «Rodri» comenzó su carrera futbolística a los 10 años en un club llamado Rayo Majadahonda, con compañeros como Lucas y Théo Hernández. Un año después, se incorporó al equipo juvenil del Atlético de Madrid, desde donde fue desaconsejado en 2013 por su fortaleza física, o mejor dicho, por su falta de ella», recuerda la revista húngara Sport. Hasta Villanueva de la Cañada llegó Telemadrid: «El futbolista llegó al Manchester City con 23 años, pero empezó a dar sus primeras patadas al balón cuando estaba en el colegio. Javier, su profesor, nos enseña aquellas instalaciones donde Rodri comenzó la andadura que le ha hecho llegar donde hoy se encuentra. «Era un chico muy inquieto. Ya en el patio se veía que era excepcional, en el sentido de que jugando destacaba sobre los demás, e igual que jugaba al fútbol estaba en clase», nos cuenta Javier. Su primer club de fútbol fue el de Villanueva de la Cañada, donde Mateo tuvo la suerte de jugar con él. «Él nunca se sentaba en el banquillo, era un ‘fuera de serie’ desde pequeñito». Según cuenta, Rodri le dice que se siente un auténtico privilegiado. «Tiene contacto con nosotros, con el club y es una persona muy humilde».


J. Federico Mtnez

JUGADOR «FRANQUICIA» DEL OESTE DE MADRID. Después pasó al Rayo Majadahonda, donde un equipo de Madrid Directo tuvo la oportunidad de conocer a Antonio, quien fue su entrenador. «La verdad que era un chico muy centrado, muy buena persona. De destacar algo, en cuanto al fútbol, tenía unas cualidades espectaculares». Nuestra siguiente parada nos lleva a recorrer las calles por donde pasó sus primeros años de vida. No solo la familia del futbolista acude a recoger platos para llevar al restaurante Soho de Villanueva de la Cañada, sino también que la dueña fue su «canguro» desde los 6 meses. «Es una casualidad increíble». Los madrileños que le vieron crecer celebran ahora su triunfo, señala Telemadrid.


En la escuela del Rayo Majadahonda (La Oliva) lo proyectaron

«Es un orgullo que Rodrigo haya iniciado sus pasos en el club de Villanueva de la Cañada y haya hecho campeón al Manchester City, le deseo el mejor futuro posible”, asegura Luis Partida, alcalde

HABLA EL ALCALDE LUIS PARTIDA: «ES UN ORGULLO». En el diario AS es Iván Cordovilla, redactor de Fútbol Internacional, quien este 12 de junio (2023) repasa su trayectoria en un reportaje titulado «El origen del MVP de la Champions«: «Rodrigo creció en una urbanización a las afueras de Villanueva de la Cañada, donde empezó a jugar al fútbol. De ahí, al Rayo Majadahonda. Y después, a la gloria. “Es un orgullo que Rodrigo haya iniciado sus pasos en el club de Villanueva de la Cañada y haya hecho campeón al Manchester City, le deseo el mejor futuro posible”, asegura Luis Partida, alcalde de la localidad. El Mundial y esta Champions le han elevado al nivel de fama que su fútbol se merece. Sobre Rodrigo Hernández (Villanueva de la Cañada, 1996) ya se han agotado todos los buenos adjetivos, las estadísticas y las declaraciones solo dos días después de que tocase el cielo en Estambul. Lo hizo obligatorio él, con el partidazo (o solo la segunda parte, como dijo después de la final) que hizo el sábado. Una de esas grandes noches que elevan de categoría a los futbolistas. El tipo de cita con la que soñaba cuando crecía en Villafranca del Castillo, una urbanización a las afueras de Villanueva de la Cañada, al Oeste de Madrid«.

«No solo la familia del futbolista acude a recoger platos para llevar al restaurante Soho de Villanueva de la Cañada, sino también que la dueña fue su «canguro» desde los 6 meses. «Es una casualidad increíble».

«Hacía vida en Villanueva de la Cañada, Allí iba al Kolbe, un colegio concertado a las afueras del centro de este pueblo de 20.000 habitantes»

ESTUDIO EN EL COLEGIO KOLBE. «Rodrigo vivía en esta zona tranquila, de casas grandes y con una pequeña pista de fútbol que los niños aprovechan hasta la medianoche, la hora de cierre. Que hayan puesto focos ha sido un gran avance para ellos, dice el dueño de uno de los pocos establecimientos que hay en esta urbanización. Pero aunque vivía (y todavía tiene casa) aquí, hacía vida en Villanueva de la Cañada, a 10 minutos en coche. Allí iba al Kolbe, un colegio concertado a las afueras del centro de este pueblo de cerca de 20.000 habitantes. Una escuela en la que también aprendió a jugar al fútbol en un campo en el que el césped artificial ha llegado hace bien poquito», señala el artículo. “Era un pulmón”, explica uno de sus compañeros y todavía amigo del que se puede decir que es, sin ningún miedo a equivocarse, el mejor mediocentro del mundo. Siempre iba sobrado en los cross entre colegios. En general, “era el típico al que se le daban bien todos los deportes, al tenis también es buenísimo”.

«Miguel Zárate fue parte del equipazo que tenía el Rayo Majadahonda en alevines, con Lucas Hernández y el propio Rodri».

MIGUEL ZARATE Y ENRIQUE VEDIA LO RECUERDAN EN EL RAYO MAJADAHONDA. Un chico responsable (adjetivo que repite cualquiera al que le preguntes sobre su personalidad de niño), de buenas notas y un poco tímido, pero con una técnica que sobresalía. Sí, destacaba desde pequeño por su liderazgo y su control del partido. Lo más curioso, es que era muy pequeño para su edad. Siempre era de los más bajitos de su clase. Miguel Zárate fue parte del equipazo que tenía el Rayo Majadahonda en alevines, con Lucas Hernández y el propio Rodri. “Al final tampoco había que ser muy listo para saber que crecería, porque los padres y sus hermanos tienen buena planta”, dice Miguel. “Pero el fútbol lo llevaba dentro y ese hándicap no lo notaba”. En Majadahonda, a escasos 10 kilómetros de su casa, siguió madurando en unos años que le ayudaron a jugar al fútbol que disfruta hoy en día. “Nosotros siempre hemos tenido la idea de querer jugar con balón. No te voy a hablar del estilo de Guardiola, porque para eso hay que tener muchísima calidad y con niños pequeños es difícil, pero siempre les enseñamos a jugar con control y toque en el centro del campo”, admite Enrique Vedia, presidente del club.

«El Atlético de Madrid, que se lo llevó junto a los hermanos Hernández (Lucas y Theo)»

“Al final tampoco había que ser muy listo para saber que crecería, porque los padres y sus hermanos tienen buena planta”

EL AT. MADRID SE LO LLEVA EN UN MISMO «PAQUETE» CON LUCAS Y THEO. «Hasta que le llamó el Atlético de Madrid, que se lo llevó junto a los hermanos Hernández (Lucas y Theo). En los informes que manejaban en la cantera rojiblanca ya le describían como el tipo de jugador que ha llegado a ser en su madurez. “Mediocentro diestro, con muy buen criterio de juego, hace gala de buena colocación, siempre bien situado defensivamente para robar el balón, lee con facilidad las líneas de pase del equipo contrario. Bien en la distribución, siempre elige la mejor opción de juego, maneja el equipo en ataque y en defensa, es capaz de liderar el grupo con facilidad, completo, competitivo y con carácter”. Jugaba igual con 1,55 metros que ahora con 1,90 metros», concluye el reportaje.

 

 

 

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