JULIA BACHILLER. Tumultuoso pleno en el Ayuntamiento de Majadahonda celebrado este jueves 27 de enero (2022) tras más de 4 meses de silencio del Equipo de Gobierno desde que se cerró la piscina municipal, con entre 700 y 1.200 afectados (las cifras varían según las proporcione el Ayuntamiento o los vecinos). La estrategia de silencio no evitó la presencia de algunos de los afectados en el pleno, algunos de los cuales demostraron no estar familiarizados con la normativa a seguir en este tipo de actos públicos institucionales. Ello les llevó a manifestar airadamente su opinión en determinados momentos del debate sobre la moción de la piscina, donde intervenían los diferentes grupos políticos, aflorando en ocasiones sus críticas con gruesas palabras: “¡Qué vergüenza!“, se escuchó varias veces desde el público, así como algunas puntualizaciones: “somos 1.200 afectados” (el alcalde asegura que son solo 700). Incluso se produjo un aplauso, recibido en dos ocasiones por la concejal de Ciudadanos, Ángela López, tras su intervención. El momento más desafortunado llegó una vez finalizada la votación de la moción, desestimada con los votos en contra de PP-Vox y el voto a favor del PSOE y Ciudadanos. Y se produjo tras la decisión del alcalde de intervenir: ”Voy a tomar la palabra en este punto de mucha trascendencia en la vida de nuestro municipio”, palabras a las que el portavoz socialista Manuel Fort, reaccionó: “Podía haberlo hecho antes”. En el improvisado discurso por parte del primer edil reconoció que ambos partidos están sufriendo un desgaste por su gestión: “Somos conscientes que va a tener una repercusión electoral y lo sabemos, y esto tendrá una repercusión en los medios de comunicación, en los twits, en los titulares…”, momento en el que una usuaria de las instalaciones deportivas y vecina de Majadahonda, no pudo evitar su ira ante lo ya escuchado, y manifestó: “¡Esto es una bufonada!, ¡esto no hay quien lo aguante!”.

La espontánea reacción de la afectada indujo a la concejal del PP, Marina Pont, a solicitar a esta vecina “¡un poco de educación!“, la cual agravó aún más la situación, ya que la vecina continuó lanzando el siguiente mensaje a más alto cargo del Ayuntamiento: “Qué vergüenza señor alcalde que usted diga esas palabras. Sabe que todo lo que está diciendo es mentira, que no somos tontos, oiga. Es un ciudadanía la que viene aquí a cooperar y usted nos están vendiendo una burra muerta. ¿Pero que me está diciendo usted?. Entre usted y aquel señor (refiriéndose al concejal de Deportes del PP) esto es para publicarlo en todos los periódicos del mundo, ¡esto es una vergüenza!”, momento en el que el alcalde le informó de que “el reglamento orgánico impide la intervención de los vecinos”. La respuesta no se hizo esperar: “Yo lo orgánico me lo paso… por el orgánico, cuando acabe la sesión, que venga la Guardia Civil y que me lleve presa”.

OPINION. El desagradable incidente producido en el pleno del Ayuntamiento de Majadahonda estuvo motivado por el hartazgo que en ocasiones provocan los políticos, pues la confianza que el vecino deposita con su voto les confiere una cierta tranquilidad en que los representantes elegidos velarán por sus intereses, cuando no es así. La fiscalización debe ser permanente y en ocasiones se evidencia como el votante quiere demostrar la disconformidad públicamente en el pleno donde, tan solo con identificarte en el turno de ruegos y preguntas al alcalde, recibes atención personalizada así como una posible solución a cualquier hecho relacionado con el municipio. Lamentablemente el horario en el cual tiene lugar el pleno es un impedimento para muchos de los vecinos y quizás por eso los dos partidos del Gobierno prefieren convocarlos por las mañanas en horario laborable.