LIDIA GARCIA. «La educación especial apuesta por no correr riesgos y no avanzar la vuelta a los centros ante la falta de recursos. “Hay niños con Síndrome de Down con cardiopatías, autistas que pueden ponerse nerviosos con las mascarillas y alumnos que necesitan un contacto estrecho con los profesores”. Así titula Ángela Lara en «La Razón» un reportaje que tiene como uno de sus protagonistas a Lucía Gutiérrez, directora del colegio de educación especial Virgen de Lourdes de Majadahonda. La profesora admite que están viviendo estos días de incertidumbre e indefinición con mucha “inquietud y preocupación” ya que si bien «el deseo es el de volver a las clases presenciales, porque sabemos que a distancia no damos el 100%, se ha hecho un esfuerzo increíble para llegar a todos los niños a través de la educación on line, incluso con clases virtuales de logopedia, fisioterapia o educación física, y nos da miedo que todo eso se rompa por solo tres semanas” de atención presencial en el centro. Lucía Gutiérrez reconoce que para sus alumnos “la escolarización tiene un componente emocional, más allá del puramente académico, ya que es en el centro donde ellos establecen sus relaciones sociales de igual a igual y en muy pocas ocasiones tienen la posibilidad de establecer ese tipo de relación fuera del entorno escolar”, y además asume que es posible que “los chicos van a salir de todo esto un poco lastimados, como el resto de niños en edad escolar”, pero confía en que “con un poco de esfuerzo extra podrán volver a estar a punto” con cierta rapidez. En cualquier caso, señala que “nos preocupa interrumpir este esfuerzo que familias, alumnos y profesores hemos hecho estos meses para mantener la educación a distancia y más por cuanto, de forma presencial, no vamos a poder darles lo que necesitan”.


 

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