Los poderosos insultosJOSE Mª BABOT VIZCAÍNO. Acabo de leer una reseña en un gran diario de tirada nacional que me ha dejado más que perplejo pero que, viniendo de quien viene, ya se puede uno suponer que perlas no dice, pero sí que escupe veneno puro. Las lindezas que ahora, a continuación, voy a dejar escritas, las ha dicho ¡cómo no! el segundo vicepresidente del gobierno español, que no debería estar ni sentado en uno de los escaños del Congreso. Y mucho menos jugar con nuestros salarios para comprarse lo que se compra. Estas durísimas palabras pronunciadas por él también rezan para los majariegos. No se escapa nadie de ellas. Son sobre la sanidad española y las mismas, cuando han salido a la luz, han acarreado una demoledora lluvia de críticas. Pero él ni se inmuta. Se ríe de los españoles a sabiendas de que caeremos en sus pérfidas manos por tales desmanes verbales, si no se le cortan antes las alas. Entre otras lindezas ha dicho, con su sentimiento supongo, lo siguiente:


Babot Vizcaíno

Que la ley «es el único instrumento de la gente humilde. El único instrumento de las mayorías sociales. Los poderosos, normalmente, no necesitan a la ley. Es más, los poderosos suelen necesitar mentir a la ley. Suelen necesitar evadirse de la ley. Los poderosos tienen mucho dinero y procuran tenerlo en paraísos fiscales. Que son, básicamente, digamos, territorios, espacios, donde se normaliza el delito. Los poderosos no necesitan el Derecho. Los poderosos no necesitan las instituciones. Los poderosos no necesitan el Estado. El Estado, las instituciones y el Derecho son los únicos instrumentos con los que cuenta la gente humilde y la gente normal. Una persona con mucho dinero siempre podrá conseguir un médico que le opere. E incluso podrá comprarse un órgano si necesita un trasplante. O comprar a un asesino a sueldo para que mate a alguien y le quite el hígado y se lo pongan». Este personaje siempre tiene la muerte (para otros) dentro de su cabeza, ya que no hace mucho, pero antes de ser lo que ahora le han hecho, dijo que «a lo mejor sería interesante poner una guillotina en la Puerta del Sol«.

Es indignante que toda una personalidad española se exprese con estas palabras y semejantes ejemplos. Y más indignante es que siga sentado y apoltronado en los sillones de mando. Este oprobio y estos insultos no se debieran admitir por parte del Ejecutivo. Y los españoles, sin que falten los majariegos, deberíamos hacer constar nuestro disgusto ante tales hechos de los que, poco a poco, nos quiere ir adiestrando para pegarnos el gran garrotazo cuando lo crea conveniente y nos vea con la cerviz agachada. Parecía que iba a salvar a los españoles de «algo» y lo que nos va a hacer este polítiquillo de vía estrecha que se escuda en las palabras sucias que dice continuamente, es que nos va a llevar a la sima más grande jamás conocida por nosotros. No se puede negar que tonto no es, por desgracia, y que su espabilada mente es sabedora de lo tranquilos que somos los españoles. Y que cosas así no nos van a afectar hasta que sintamos el garrote encima de la cabeza. Una de las cosa más raras que noto es que, por lo menos, el presidente del gobierno español le debiera haber dicho algo al respecto, ya que es para llamarle al orden de una vez por todas y en serio.

Majadahonda Magazin