LIDIA GARCIA. «Enviar a los niños al rincón de pensar es malo para su educación», declara Alba Pérez Escalero, psicóloga sanitaria y neuropsicóloga en el Centro Logros de Majadahonda al periódico Córdoba BN. «Mandar a los niños castigados mirando a la pared es un concepto que ha evolucionado hasta convertirse en el famoso rincón de pensar, el problema reside en que esto “se basa en el castigo negativo, ya que se elimina un estímulo positivo, como la atención de los adultos o una situación social agradable para el menor como, por ejemplo, el juego. Por supuesto, el rincón de pensar es mucho “menos controvertida que pegarles, porque no implica un abuso físico o verbal. Sin embargo, el tiempo fuera negativo es un enfoque autoritario que entrena a los niños para comportarse según los deseos del resto. Los niños aprenden que solo merecen la compañía y cariño del resto cuando se comportan de manera calmada. Cuando su desarrollo y su forma de ser se ajustan a la normalidad, no hay problema, pero multitud de niños necesitan ayuda para aprender a calmarse, a tolerar su frustración o a resolver problemas”.

Por su parte, la doctora Romina Vignolo, directora de la clínica «Boca a Boca Dental» (Majadahonda, Madrid) ha sido protagonista de un reportaje en la revista «Salamanca 24 horas» en el que indica que lo idóneo para mantener una adecuada salud bucodental es siempre llevar una dieta “seca, dura y fibrosa” para una masticación fuerte que nos ayude a que nuestros huesos crezcan, y se fortalezcan nuestras encías». A su vez, apunta a la higiene correcta tres veces al día, y si comemos entre horas, o no nos lavamos, la doctora insiste en que hay que intentar eliminar esos alimentos especialmente perjudiciales para que no pasen tanto tiempo en la boca, como chicles con xilitol, aunque esto no nos debe eximir de una buena higiene. “Luego son imprescindibles ayudas extra en nuestros cuidados, sobre todo por las noches, en personas adultas y en niños con aparato, como por ejemplo el irrigador bucal, una gran ayuda en la limpieza, antes o después del cepillado, para masajear las encías”, agrega. La experta de la clínica majariega considera igualmente de gran utilidad el limpiador de lengua porque arrastra la placa de la misma, así como un buen colutorio que no tenga alcohol, pero siempre bajo prescripción médica, y con flúor para los niños.





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