
Manu Alcázar reconoce que es un motivo de orgullo haber tenido a sus órdenes a un jugador cuya progresión le ha llevado a convertirse en uno de los mejores futbolistas del mundo. “Cuando llevas mucho tiempo en el club y pasan tantos niños es una gran satisfacción verles llegar tan lejos. Lo veo como una recompensa a tu trabajo desde el punto de vista moral y emotivo. Cuando veo a Marcos en la tele, sonrío. La última vez que coincidí con él fue en Valdebebas. Nos cruzamos. Le dije, en plan de broma, que yo era el peor entrenador que había tenido en su vida. Se partía de risa. Se acordaba perfectamente. Alguna vez en las redes sociales muestra su cariño al Rayo Majadahonda y eso es muy gratificante. Era superior al resto, pero en ese momento, con sólo 13 años, no sabes si cumplirá las expectativas y algún día triunfará en el fútbol. Está la pubertad de por medio e influyen varios factores para que un chico pueda seguir progresando. No era muy grande y normalmente a esas edades el más fuerte siempre sobresale. Estuvo un año en el Rayo Majadahonda y se marchó al Real Madrid. Su evolución fue muy rápida, pero donde realmente experimentó un cambio fue en su etapa juvenil. En el Rayo su perfil era el de un futbolista muy técnico. No era rápido ni fuerte, pero sí muy habilidoso. Podía jugar por fuera o como 10 y tenía mucho gol. En el Real Madrid de División de Honor, en la “Youth League” y en el Castilla es cuando noté el gran cambio. Después, cuando llegó al fútbol profesional, empezó a jugar en la posición de mediocentro defensivo con un perfil más destructivo y una facilidad impresionante para recuperar balones. En el Atlético ha vuelvo a cambiar su estilo porque tiene mucha llegada y talento para generar peligro en ataque”.
Simeone y Luis Enrique confían totalmente en Marcos Llorente tanto en el Atlético como en la selección española. Su explosión definitiva fue ante el Liverpool en Anfield en la Champions. “Es tan vertical y rápido que el Atlético sale muy beneficiado cuando coge el balón. Simeone es un magnífico entrenador. Tiene las ideas muy claras. Explica muy bien el guion. Exige mucho y es un excelente competidor”. Le apasiona la Premier porque “allí están los mejores entrenadores y los más mediáticos. Están Guardiola, Klopp, Mourinho o Bielsa. A mí me marcó mucho el Barça de Guardiola porque su filosofía es muy parecida a la del Rayo Majadahonda de los 7 años anteriores de Iriondo con un fútbol de toque y posicional. Hay muchas fórmulas y todas son válidas”. Otros referentes en el banquillo son Vicente Del Bosque y Luis Aragonés. “Admiro mucho su trayectoria profesional. Su dinámica de grupo y su forma de llevar el vestuario en la selección española y en los clubes en los que estuvieron”.
Su referente es Antonio Iriondo. Un ejemplo por lo mucho que aporta dentro y fuera del césped. “Es mi maestro. Un modelo a seguir por muchas razones. He aprendido mucho a su lado. Nunca le ha ido mal. Ha conseguido hacer cosas increíbles que no estaban a nuestro alcance. Siempre ha tenido éxito en los equipos en los que ha estado. Lo único malo es cuando descendimos en la última jornada de Segunda División, pero tuvimos opciones de salvarnos en todo momento. El equipo creció mucho, pero el club lo hizo más lentamente. Esta temporada seguro que nos irá bien. Parece que hemos tenido un pequeño bajón, pero seguimos muy arriba y con aspiraciones de hacer algo muy importante”. El fútbol es su vida y es feliz desempeñando su doble labor en el club. “A nivel profesional yo he tenido la suerte de crecer al mismo ritmo que el Rayo Majadahonda. Cuando llegué el equipo estaba en Tercera División y peleaba por no descender. Pasa el tiempo, crece la institución, se incorporan nuevos profesionales, aprendes de ellos, te haces sólido en tu trabajo en la dirección deportiva, comienzas a entrenar, el equipo sube Segunda B y después a Segunda A, te dan la opción de entrenar… Mi trayectoria está muy ligada al Rayo Majadahonda. Yo trabajo aquí para crecer lo máximo posible, aunque a veces tengas que coger carrerilla para dar un salto como cuando descendimos de nuevo a Segunda B. No sé cuánto tiempo estaré en el club. Ojalá esté toda la vida. Desarrollar mi carrera como entrenador en el club en el que me he criado es un orgullo”.
Su sueño sería “entrenar algún día en Primera División. Me encantaría. Yo me centro en el día a día con una exigencia muy alta. Intento ser cada vez mejor profesional. Las cosas van llegando. El año pasado estaba sentado en el banquillo en Melilla con el primer equipo rodeado de profesionales con la certeza y tranquilidad de hacer un buen trabajo. El día que me lo comunicaron no me sorprendió porque trabajas para ello. No tengo ninguna prisa. Si trabajo bien, quizá en cinco, diez, quince o veinte años tenga un futuro mejor y firme por un equipo de Primera. Nunca se sabe. No descarto que el Rayo Majadahonda esté en la máxima categoría dentro de unos años y posiblemente yo siga aquí. Una de las razones por las que entreno al filial es porque la experiencia con el primer equipo fue buena”.









